Los 30 milmillonarios españoles pulverizan récords: en un año se han hecho un 20% más ricos

El saqueo continúa. Es la tajante conclusión del último informe de la ONG Oxfam Intermón sobre el crecimiento de las grandes fortunas y el aumento de la desigualdad en España y en el mundo. Un informe que coincide con la celebración del Foro Económico Mundial, el encuentro anual más influyente entre los principales líderes empresariales y dirigentes políticos internacionales. "Los superricos, los poderosos, los milmillonarios, están llegando a Davos para celebrar que el sistema ha funcionado muy bien para ellos. Su riqueza ha crecido tres veces más rápido de lo que lo hizo el año pasado y han aparecido 4000 nuevos millonarios en este último año. Cada vez son más y cada vez son más ricos", denuncia Susana Ruiz, responsable de justicia fiscal de Oxfam.
Y es que, según la ONG, la riqueza conjunta de los milmillonarios del mundo aumentó en hasta 2 billones de dólares a lo largo del año pasado, triplicando la subida de 2023. 5700 millones al día. Cuatro nuevos milmillonarios por semana. En contraste, según datos del Banco Mundial, el número de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza, con menos de 6,85 dólares al día, apenas ha sufrido variaciones en las últimas dos décadas. "La oligarquía de los milmillonarios crece como nunca, mientras la clase trabajadora apenas consigue subsistir", resume Franc Cortada, director general de Oxfam. La brecha económica se profundiza.
¿El resultado? 2769 milmillonarios con un patrimonio de más de 15 billones de dólares. De entre ellos, los diez hombres más ricos del mundo —Elon Musk, Jeff Bezos, Bernard Arnault, Mark Zuckerberg, Larry Ellison, Warren Buffett, Bill Gates, Larry Page, Sergey Brin y Steve Ballmer— han hecho acopio en los últimos doce meses de hasta 100 millones de dólares al día. Un dato ilustrativo: amasan ya tanta riqueza que, aunque perdieran el 99% de su fortuna de la noche a la mañana, seguirían siendo milmillonarios. Si esta tendencia se mantiene, en apenas una década podrían nacer al menos cinco billonarios —sí, con b— en el mundo. "Tendrían tanto dinero que, entre los cinco, podrían comprar todo el parque de viviendas de España en un año", critica Ruiz.
La desigualdad se traduce en poder. "Poder para influir cada vez más en las reglas del juego, en el engranaje político y en el funcionamiento de la administración. Para conseguir que sus intereses sean defendidos", sostiene Ruiz. "Solo tenemos que mirar qué está ocurriendo ahora mismo en Estados Unidos, con un presidente milmillonario al mando de la primera economía del mundo, que además va a gobernar con el apoyo del hombre más rico del planeta”, añade Cortada. Liderando el ya bautizado como gabinete de los milmillonarios, la administración que más valdrá de toda la historia de Estados Unidos.
España no se queda atrás. 2024 ha sido un año especialmente próspero para los 30 milmillonarios de nuestro país. Su riqueza conjunta ha superado por primera vez los 185.000 millones de euros. En el transcurso de un año, se han hecho un 20% más ricos. Y no sólo eso. "También vemos que la riqueza del 10% más rico de España es ya 30 veces mayor que la del 50% más pobre. La distancia entre los que más y los que menos tienen también se va ampliando en clave nacional", advierte Ruiz.
La nueva aristocracia de superricos
De abuelos a padres. De padres a hijos. El informe de Oxfam evidencia que el 60% de la riqueza de los milmillonarios es heredada de generación en generación. O bien está vinculada al clientelismo. "Es el resultado del capitalismo de amiguetes, es decir, de cómo utilizan sus redes de contactos", explica Ruiz. También del funcionamiento del poder monopolístico. "De la forma en que van creando empresas con una concentración de mercado cada vez más grande para dominar el funcionamiento del sistema en su propio beneficio", continúa.
A los datos concretos. Oxfam estima que aproximadamente el 36% de la riqueza de los milmillonarios a nivel global proviene de herencias familiares. Una cifra que se reduce ligeramente en el caso español: un 31%. A pesar de esto, la ONG calcula que, en nuestro país, hasta el 70% de la desigualdad estaría asociada a las herencias. Sobre todo en las comunidades con menor carga impositiva, como Madrid.
Datos que desmienten el mantra neoliberal de la meritocracia, la famosa cultura del esfuerzo. "Hablar de mérito personal mientras se heredan fortunas, a menudo libres de impuestos, refuerza el crecimiento de una élite económica que se aleja cada vez más de un sistema justo e igualitario", comenta Cortada. En otras palabras: la distribución de la riqueza es fruto de privilegios heredados y sistemas que perpetúan la concentración de poder, en ningún caso del trabajo y la dedicación. En este sentido, la revista Forbes ofrece otra conclusión esclarecedora: todos los milmillonarios menores de 30 años, sin excepción, han heredado el grueso de su patrimonio.
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El legado colonial ahonda las dinámicas de reparto y extracción de riqueza. Según el informe, los superricos de los países del norte global controlan ya el 70% de la riqueza y suponen tres cuartas partes de los milmillonarios de todo el mundo. Paralelamente, los países de renta media y baja del sur destinan casi la mitad de su presupuesto público a devolver los préstamos de deuda pública contraída. Tanto es así que, en los últimos cincuenta años, llegaron a pagar a sus acreedores del norte 3,3 billones de dólares tan sólo en concepto de intereses. La paradoja del "subdesarrollo": la hipoteca del sur global nunca vence.
Pararle los pies a la desigualdad
"Lo que proponemos es poner en el centro del debate político la lucha contra las desigualdades. Necesitamos asegurarnos de que todos los gobiernos e instituciones internacionales se comprometen a aprobar medidas urgentes para poner fin a la concentración de pobreza y riqueza extremas", aclara Ruiz. ¿Cómo? Rediseñando el sistema fiscal internacional para que las grandes fortunas y empresas paguen realmente la parte justa que les corresponde, suprimiendo los paraísos fiscales y gravando las herencias que sostienen a la nueva aristocracia de superricos. "Gravar con mayor progresividad a los superricos de nuestro país permitiría financiar un escudo social que no sólo proteja a las personas más vulnerables, sino que impulse el desarrollo y el bienestar de toda la sociedad", sentencia Cortada.
"Necesitamos también que instituciones internacionales como el FMI o el Banco Mundial se comprometan a romper con la cadena de deudas que aplasta a los países pobres y les impida invertir de forma adecuada en educación y sanidad, las verdaderas luchas para acabar con la desigualdad", sugiere Ruiz. Simple y llanamente: poner fin a la transferencia de riqueza del sur hacia el norte global. Para ello, Oxfam plantea varios frentes de actuación. Por un lado, el fin de la dominación de los países más ricos y las grandes empresas sobre los mercados financieros y las reglas comerciales. Por otro, medidas como la lucha contra los monopolios, la democratización de las normas de propiedad intelectual y regulación de la brecha salarial. Es hora de que los más ricos, los que más tienen, sean de verdad —y por fin— los que más contribuyen.