El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso estrena campaña. Lo hace, en sus propias palabras, para "concienciar a los jóvenes de los riesgos de la pornografía digital en las redes sociales". Y lo hace sin elaborar un análisis riguroso sobre cuáles son exactamente tales riesgos, sin dirigirse a los hombres y poniendo la lupa sobre las potenciales víctimas. "¿Te desnudarías delante de ellos?", formula a través de la cartelería que difundirá hasta finales del presente mes. Al fondo, la fotografía de un grupo estático formado por cinco hombres.
El enfoque escogido por la Comunidad de Madrid no es inocente y resulta, a ojos de las expertas, problemático por distintas razones. En primer lugar, la más evidente: en esa pretendida labor de concienciación, no hay ni rastro de los consumidores de la pornografía digital de cuyos riesgos quiere advertir el gobierno regional.
La campaña, con un coste de un millón de euros según la web oficial de la comunidad, excluye a los hombres como interlocutores, a pesar de que es a ellos a quien va dirigida fundamentalmente la pornografía. Uno de cada cuatro varones adolescentes accede a contenidos pornográficos diariamente, mientras que solo el 4,8% de las chicas presenta este patrón de consumo, según una investigación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Pero además, son ellos también los principales responsables de los ilícitos relacionados con el intercambio de contenido sexual en redes, como es la difusión de imágenes íntimas sin el consentimiento de la víctima.
La estadística de criminalidad del Ministerio del Interior muestra que las víctimas de cibercriminalidad vinculada a delitos sexuales son eminentemente mujeres y los agresores hombres. Según los últimos datos disponibles, correspondientes al año 2023, ellas son el 66,3% de las víctimas –el porcentaje es del 63,95% cuando se trata de menores y se dispara hasta el 83,9% en el caso de las víctimas mayores de edad–, mientras que el 96,15% de los detenidos e investigados son varones.
infoLibre ha contactado con el gobierno regional de Madrid para preguntarles por su elevado coste, pero al cierre de esta edición no ha obtenido respuesta.
Responsabilizar a las mujeres
"La realidad, por muchos malabares que siempre haya querido hacer el Partido Popular, es que la mayoría de estas violencias las ejercen hombres y las sufren mujeres. Y sin embargo, a quien interpelan es a ellas". Habla la periodista feminista Paola Aragón. A su juicio, el enfoque de la campaña incurre en una "responsabilización de las mujeres, diciéndoles qué tienen que hacer con sus cuerpos y con sus fotos". A los hombres, en cambio, "no parecen tener nada que decirles".
En ese punto emerge la siguiente cuestión problemática, derivada precisamente de la pregunta troncal de la campaña. Porque si la respuesta es sí, si una mujer expresa que sí se desnudaría delante de ese grupo de hombres, ¿cuál es el mensaje que lanza la institución? Se lo pregunta, en redes sociales, la exministra de Igualdad Irene Montero: "¿Y si se desnudan delante de ellos? ¿Entonces se han buscado que las agredan? Esta campaña de Ayuso es cultura de la violación", ha lamentado.
Lo cierto es que cualquiera de los eventuales riesgos de compartir contenido sexual en redes, incluida la violencia, derivaría en todo caso de la acción de los infractores, no de los actos previos de la víctima. Insinuar lo contrario supone de hecho la enésima forma de escrutar a la víctima y responsabilizarla de la violencia sufrida.
"Es algo que reproduce constantemente la cultura de la violación: depositar la responsabilidad de una agresión en las mujeres y por lo tanto inhibir de responsabilidad a quienes agreden, que son los hombres". Lo explica así Bárbara Tardón, doctora en estudios de género y experta en violencias sexuales. "Esta campaña es parte también de todo ese sistema de representación de creencias, prejuicios y mentiras que consolida la propia cultura de la violación". Para Tardón, "el problema no es tanto que se comparta contenido sexual, porque eso forma parte de las decisiones y autonomía sexual a la que aspiramos las mujeres, sino que lo importante es que las campañas hablen de quienes vulneran esa confianza".
Por otro lado, la campaña resulta extremadamente confusa para las expertas. En un primer vistazo, parece dar por hecho que compartir contenido sexual a través de las redes sociales conlleva siempre algún tipo de riesgo para las mujeres, abonando con ello el relato del terror sexual acuñado hace siete años por la doctora en Feminismos y Género Nerea Barjola en su libro Microfísica sexista del poder (Virus, 2018). Este fenómeno, en esencia, limita la agencia de las mujeres, las disciplina, encorseta su autonomía y las cuestiona e invalida como víctimas en caso de sufrir violencia.
Pero además, la institución pública añade en la presentación de su campaña otros conceptos como pornografía digital o la difusión de contenido erótico a cambio de dinero. "Mezcla lo que se puede considerar prostitución, con la comercialización del sexo en plataformas digitales como Onlyfans y con el sexting, que nada tiene que ver con la mediación de un intercambio económico y que puede ser consentido", abunda Aragón. Un batiburrillo que siembra confusión, es "absoluto terror sexual" y parece dejar a un lado cualquier labor pedagógica.
El porno y la educación sexual
Porque la pedagogía brilla por su ausencia. La diputada socialista Lorena Morales cree que advertir de los riesgos de plataformas como Onlyfans no puede ir reñido a un diagnóstico riguroso y estructural del problema. A su parecer, el foco tendría que ir en dos direcciones: el consumo de porno en tanto que "escuela de violencia" y la forma en que las plataformas "se lucran a costa de los cuerpos y necesidades de las mujeres".
"Hay un elemento de responsabilidad en la institución, que lejos de prevenir esta violencia lo que hace es un llamamiento a las víctimas para restringir su libertad sexual señalándolas como responsables", completa Tardón. Para la doctora en estudios de género, "es importante hablar de los riesgos en los entornos digitales, pero desde un marco de responsabilidad colectiva. Por eso es importante la educación sexual en la escuela".
La diputada socialista incide, en esa línea, en la ausencia de políticas coherentes por parte del Gobierno de Ayuso. Una cuestión en la que cada año repara la propia Fiscalía de la Comunidad de Madrid. La fiscal superior, Almudena Lastra, ha reiterado en distintas ocasiones la necesidad de impulsar medidas de educación sexual dirigidas a los jóvenes.
Una petición que no termina de calar en la comunidad. En una pregunta registrada por la propia Morales sobre el número de acciones de formación afectivo sexual en los centros educativos madrileños, el gobierno regional respondió sencillamente que "se trata de actividades que cada centro desarrolla en el marco de su autonomía", para después incidir en que se han realizado talleres sobre deporte para mujeres con discapacidad, cuestión que nada tiene que ver con la educación afectivo sexual. Además, las acciones educativas contra la violencia de género en el ámbito educativo han pasado de 4.740 entre 2019 y 2022, a 30 en 2025.
Precedentes
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Hace tres años fue otra campaña de la Comunidad de Madrid contra la violencia sexual, concretamente aquella vinculada a la sumisión química, la que despertó críticas entre las expertas. El mensaje era claro: "Vigila siempre tu copa", "no aceptes bebidas de desconocidos" y "mira lo que te sirven". El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso lo remataba con una imagen de un vaso, en cuyo interior se podía leer: "La agresión sexual que no te esperas está aquí dentro".
Algo similar ocurrió unos meses después en el seno de otro gobierno del PP. Fue el 25N, Día contra la Violencia de Género, en Galicia. La Xunta distribuyó entonces cartelería entre la que se encontraba la imagen de una mujer corriendo en pantalón corto bajo el siguiente lema: "Se viste con las mallas de deporte. Va a correr por la noche. ¿Qué sucede ahora? No debería pasar, pero pasa".
*Nota de la redactora: este artículo ha sido editado el mismo día de su publicación para añadir el análisis de la doctora en estudios de género Bárbara Tardón.
El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso estrena campaña. Lo hace, en sus propias palabras, para "concienciar a los jóvenes de los riesgos de la pornografía digital en las redes sociales". Y lo hace sin elaborar un análisis riguroso sobre cuáles son exactamente tales riesgos, sin dirigirse a los hombres y poniendo la lupa sobre las potenciales víctimas. "¿Te desnudarías delante de ellos?", formula a través de la cartelería que difundirá hasta finales del presente mes. Al fondo, la fotografía de un grupo estático formado por cinco hombres.