El 2 de junio de 2023 el presidente de Vox, Santiago Abascal, y el primer ministro húngaro y presidente del Fidesz, Viktor Orbán, se reunían en Budapest. Abascal definía a Orbán como "amigo" y los dos mandatarios ultras se comprometían a trabajar para dar un giro hacia la derecha en Europa. No han trascendido muchos más detalles de la reunión, pero es posible que no hablaran solo de eso.
Solo veinte días después de ese encuentro, el Magyar Bankholding Bank (MBH Bank Nyrt), una entidad financiera húngara, otorgaba un primer préstamo a la formación de Abascal: 6,5 millones de euros para sufragar su campaña para las elecciones generales de 2023.
Pero Vox no es el único partido al que este banco húngaro ha prestado dinero. Tal y como muestra la investigación Money to the far-right (Dinero a la ultraderecha), llevada a cabo por infoLibre y Follow the Money, el MBH Bank está siendo utilizado para financiar a la extrema derecha a lo largo y ancho de Europa. No se trata de una entidad financiera cualquiera. Este banco está participado por el Gobierno húngaro de Orbán y entre sus clientes se encuentra lo más granado de la extrema derecha del continente.
Aunque la creación del banco data solo de 2023, ha financiado ya dos campañas electorales de Vox con préstamos: la de las últimas elecciones generales y la de las últimas europeas. El banco surgió a partir de la fusión de tres entidades financieras. Una de ellas, el MKB Bank, ya había prestado dinero para la campaña de Marine Le Pen para las presidenciales francesas de 2022. El propio partido de Orbán, el Fidesz-Unión Cívica Húngara, también tenía sus cuentas en dicha entidad.
Pero las relaciones con los ultras no se limitan solo a los partidos políticos. El MBH Bank cuenta entre sus clientes con el canal austríaco de televisión AUF1 o el Mathias Corvinus Collegium (MCC), otros dos actores de la extrema derecha europea.
AUF1, fundado por Stefan Magnet en 2021, es un canal que se ha caracterizado por difundir teorías de la conspiración, amplificar los discursos ultras y apoyar al partido de extrema derecha austríaco: el Partido de la Libertad de Austria (FPÖ, por sus siglas en alemán).
Magnet fue dirigente de la Bund freier Jugend, una organización juvenil neonazi de Austria, aunque también militó en las juventudes del FPÖ. En los programas de su canal ha participado, por ejemplo, el eurodiputado de Vox Hermann Tertsch. AUF1 se ha dedicado a pedir donativos a sus espectadores y las cuentas en las que solicitaban los ingresos correspondían al MBH Bank.
Algo similar sucede con el Mathias Corvinus Collegium, una supuesta institución educativa que recibe su financiación directamente del Estado húngaro. En 2022, el MCC abrió un think tank en Bruselas para difundir y promover el mensaje conservador y nacionalista de Orbán a nivel europeo. Al igual que AUF1, el MCC pide donativos a una cuenta que tiene abierta en el MBH Bank.
El banco controlado por Orbán
La financiación del banco a la extrema derecha europea está estrechamente ligada al Gobierno húngaro. El Ejecutivo de Orbán posee un 20,01% del banco y tiene el 21,51% de derechos de voto dentro del mismo. Esos porcentajes se canalizan a través de Corvinus.
Corvinus International Investment Private Limited Company es un fondo propiedad del Ministerio de Economía húngaro, cuyo objetivo es "garantizar la presencia de la propiedad estatal en sectores económicos de importancia estratégica". Corvinus BHG, una filial del fondo, es quien posee ese 20,01% del MBH Bank, convirtiendo así al Estado húngaro en el segundo mayor accionista, según los propios datos del banco a cierre de 2024.
El MBH Bank es el segundo banco más grande Hungría. Según sus informes anuales, cuenta con unos 30.000 millones de euros en activos, 500 sucursales, dos millones de clientes y aproximadamente 10.000 empleados. El otro gran accionista del banco es Zenith Asset Management Zrt. Esta empresa, que se dedica a gestionar activos e inversiones, tiene un 24,84% de la propiedad del banco. Es privada y pertenece a Magyar Takarék Befektetési és Vagyongazdálkodási Zrt. (MATAK), un holding de inversiones. Zenith, MATAK y el MBH tienen la misma dirección como sede central, según el registro mercantil húngaro.
Entre Zenith y Corvinus pueden controlar el banco de facto, al sumar el 48,22% de derechos de voto dentro del mismo. Además, un 7% de las acciones pertenecen al propio banco y un 13,65% corresponden a libre circulación. Estas segundas están mayormente en manos de accionistas minoritarios que las compran en bolsa. A esas acciones de libre circulación les corresponde el 14,68% de los votos. Por tanto, el control de Zenith y Corvinus sobre la entidad financiera es aún más claro.
El holding MATAK, dueño de Zenith, está vinculado a capital privado ligado a un empresario y amigo de la infancia de Orbán, Lőrinc Mészáros, que lleva años beneficiándose de licitaciones públicas del Gobierno de Orbán. El oligarca es la persona más rica de Hungría. Además, fue alcalde de Felcsút entre 2011 y 2018, tras ganar las elecciones como candidato del Fidesz. Este municipio de Hungría es el pueblo de la infancia de Mészáros y Orbán.
La composición del accionariado del MBH Bank ha ido cambiando desde su constitución en 2023. Al cierre de ese ejercicio, Corvinus tenía un 30,35% de las acciones del banco. Por tanto, cuando la entidad otorgó el primer préstamo a Vox, la parte pública de la misma perteneciente al Gobierno húngaro era aún mayor. En ese entonces, MATAK poseía un 37,69% a través de dos holdings distintos. Así, entre el Gobierno de Orbán y los fondos de Mészáros controlaban más de dos tercios de la entidad financiera.
En Hungría, como en gran parte de Europa, el 25% es la cifra clave para identificar al propietario real de una empresa. Si una persona física posee o controla al menos ese porcentaje, directa o indirectamente, se la considera beneficiario último y se activan obligaciones extra de transparencia, auditoría y control; también en el caso de los bancos. Por ello, es probable que los accionistas del MBH Bank hayan ido modificando el accionariado para que todos posean menos del 25%.
"En el caso de los accionistas vinculados al Estado, lo más probable es que redujeran su participación para adaptarse a las exigencias del mercado y simplificar la rendición de cuentas que se le exige al banco", explica un experto húngaro en finanzas sobre el MBH Bank. El experto estuvo vinculado a uno de los bancos que dio origen al MBH Bank y prefiere no ser identificado.
La nueva alianza de Orbán
La financiación por parte del banco húngaro se da en un nuevo contexto de alianzas de la ultraderecha. Tras las elecciones europeas de junio de 2024, el Fidesz de Orbán impulsó un nuevo partido político europeo. El nuevo grupo, Patriotas por Europa (Patriots), está formado por el Fidesz y por otros partidos de extrema derecha como la Lega (Liga) italiana de Matteo Salvini, el Vlaams Belang (Interés Flamenco) belga o la Chega (Basta) portuguesa.
Patriots se ha caracterizado por estar aún más alineado a la extrema derecha que el grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) de Giorgia Meloni y por una mayor cercanía a la Rusia de Vladimir Putin. Vox en la anterior legislatura europea formaba parte de ECR, pero después de las últimas elecciones europeas —que financió gracias a un segundo préstamo del MBH Bank— se pasó al nuevo grupo de los Patriots. No solo eso. Santiago Abascal fue elegido presidente de la formación a nivel europeo.
Pero Vox no es el único partido que forma parte de Patriots y ha recibido dinero del banco húngaro. Le Pen se benefició de un préstamo de más de 10 millones de euros para su campaña presidencial en 2022 y su partido, la Agrupación Nacional, también comparte grupo europeo con el Fidesz y Vox. La extrema derecha austríaca del FPÖ es asimismo integrante de Patriots y, aunque no ha recibido préstamos como Abascal y Le Pen, su canal de televisión de referencia está entre los clientes del banco.
La financiación a partidos extranjeros por parte del MBH Bank resulta aún más llamativa al tener en cuenta que la ley de Hungría no permite a los partidos políticos del país financiarse a través de fondos extranjeros. Tampoco recibir préstamos de bancos de otros países. De hecho, la ley de protección de la soberanía —contra la que la Comisión Europea interpuso un recurso de incumplimiento ante el TJUE por considerar que infringe el Derecho de la Unión—, recoge penas de hasta tres años de prisión por financiación extranjero de partidos y campañas electorales.
El caso de Vox
En España la regulación en materia de financiación extranjera para los partidos políticos no es tan clara. Vox se ha valido de ese hecho para recibir los préstamos del MBH Bank. El primero, de 6,5 millones de euros, sirvió para sufragar la campaña electoral de las elecciones generales de 2023. El segundo, de 7 millones, sirvió para hacer lo propio con las elecciones europeas de 2024.
Aún así, el Tribunal de Cuentas español no ha llegado a considerar en profundidad el caso. Los bancos que prestan dinero a los partidos políticos para campañas electorales están obligados a enviar determinada información sobre esos préstamos al Tribunal de Cuentas. El MBH Bank no lo hizo ninguna de las dos ocasiones con respecto a Vox, incumpliendo así la ley electoral.
Debido a esos incumplimientos, el Tribunal de Cuentas considera que "no ha sido posible acreditar si la entidad financiera se encuentra participada o no de forma directa o indirecta por Gobiernos y organismos, entidades o empresas públicas extranjeras" y, por ello, no entra a valorar el caso ni si puede constituir una infracción de la ley por parte de Vox haber recibido esos préstamos. La investigación Money to the far-right revela ahora que de forma efectiva una quinta parte del banco pertenece directamente a Corvinus, un fondo que es propiedad al 100% del Gobierno húngaro.
El 2 de junio de 2023 el presidente de Vox, Santiago Abascal, y el primer ministro húngaro y presidente del Fidesz, Viktor Orbán, se reunían en Budapest. Abascal definía a Orbán como "amigo" y los dos mandatarios ultras se comprometían a trabajar para dar un giro hacia la derecha en Europa. No han trascendido muchos más detalles de la reunión, pero es posible que no hablaran solo de eso.