LA PORTADA DE MAÑANA
Ver
Especulación en el infierno: los intermediarios inflan los precios en medio del caos y la muerte de Gaza

Banca

El banco BNP Paribas, investigado en Argentina por evasión de capitales

La Guardia Civil se persona en la sede del banco BNP para pedir datos relacionados con la 'lista Falciani'

La noticia saltó el pasado 22 de septiembre en Buenos Aires. Aunque pasó inadvertida en el país suramericano, se trata de todo un bombazo en los medios financieros francés y europeo. El presidente de la Sala 1 de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, Luis María Bunge Campos, confirmaba ese día la imputación de 14 miembros de la filial argentina de BNP Paribas y la apertura de un proceso en el llamado caso de la oficina fantasma. Cinco altos cargos franceses de la entidad están implicados. La Justicia les acusa de, entre los años 2001 y 2008, “organizar o de formar parte de una asociación ilícita destinada al blanqueo de dinero de origen delictivo, con el agravante de ser una actividad habitual”.

El caso implica a la primera entidad bancaria francesa en un escándalo de fraude, de evasión fiscal y de blanqueo, como los que salpicaron en el pasado al HSBC (Inglaterra) o al UBS (Suiza). Todo apunta a que, al igual que los bancos de la competencia, la entidad bancaria francesa recurrió a una contabilidad b y a práctica dudosas con el fin de que acaudalados clientes sortearan la crisis monetaria de 2001 de Argentina y pusieran sus fondos con total discreción en lugares remotos, de espaldas al fisco argentino.

En un primer auto (470 páginas), hecho público en junio de 2016, un juez argentino de primera instancia ya hacía saltar las alarmas al otro lado del Atlántico al investigar y sentar en el banquillo a una veintena de miembros de la filial argentina del BNP. Ahora, los imputados son 14, tras ser finalmente absueltos cuatro secretarios del BNP y dos responsables argentinos del banco. Pero el BNP sigue estando más que nunca en el punto de mira de la Justicia argentina.

A los investigados, se les acusa de poner en marcha, durante siete años, una oficina clandestina, destinada a blanquear el dinero no declarado de acaudalados argentinos, efectuando transferencias no autorizadas a paraísos fiscales u operaciones de cambio ilegales. Los cinco dirigentes de la filial del BNP encausados, contactados por Mediapart, no han respondido a la llamada de este diario.

El saldo de las 22 cuentas abiertas en el extranjero –de las que hasta el momento se tienen más datos e incluidas en el proceso penal por blanqueo, de un total de 71 descubiertas en el marco de la investigación– asciende a 42 millones de dólares (37,5 millones de euros). Pero, según el principal argumento de acusación y a tenor de uno de los archivos informáticos en poder de los investigadores, a los que Mediapart ha tenido acceso, en total circularon 904,5 millones de dólares (805,4 millones de euros) entre la oficina clandestina del BNP entre los años 2001 y 2007. De esos, 468 millones de dólares (416 millones de euros) pudieron ir a parar a las filiales luxemburguesas del BNP y los 375,8 millones de dólares restantes (334 millones de euros), a las de Suiza. Contactadas ambas, ni la filial de BNP Paribas en Luxemburgo, ni la de Ginebra, han respondido a nuestras llamadas.

El caso saltó en Buenos Aires, en 2007. Entonces, la Justicia argentina seguía la pista de alguien llamado Rubén Darío Romano, acusado de desviar importantes sumas de dinero público del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados. Posteriormente, Romano se vio implicado en un caso de corrupción y de falsificación conocido como “la mafia de los medicamentos”. En un registro efectuado en una de las empresas de Romano, Abril Salud S.A., los investigadores hallaron un interesante documento, redactado en forma de nota, que decía:

“BNP PARIBAS GINEBRA. Es una cuenta fuera del sistema, los extractos llegan al buzón y para cualquier asunto relacionado con la cuenta hay que hablar con Carlos Long (ver los números en la agenda). Hay una inversión en renta fija de 1.159.055,14 del 6 de diciembre de 2006 y bonos a 10 años por importe de 150.000 [según la Justicia, las sumas están expresadas con toda seguridad en dólares]... VISA BNP EXTERIOR. Es una tarjeta que puede emplearse sólo en el extranjero y cuando se usa, Carlos Long envía los gastos por fax y Rubén da su aprobación”.

Los investigadores también hallan un cuaderno con la dirección electrónica de ese famoso Carlos y dónde encontrarlo: en una oficina del BNP Paribas, sita en la avenida de Leandro N. Alem, 855, en pleno Microcentro, en Buenos Aires. Allí, en la planta 25 de un edificio, se encuentra la unidad funcional nº. 27 de la sucursal argentina del BNP.

Carlos Long asegura que el banco no dispone de rastro alguno de esa cuenta suiza “fuera del sistema” y que no sabe “de dónde ha salido el dinero depositado en Ginebra” por Romano. Pero el banquero acto seguido se contradice cuando describe la actividad de su oficina; al afirmar que sus miembros “no gestionan cuenta” y sólo dan asesoramiento financiero, revela también que estos empleados pueden ayudar a sus clientes a “dar una orden” de inversión en el extranjero.

El 28 de septiembre de 2007, se efectúa un registro, esta vez en la planta 25 del 855 de Leandro N. Alem, con relación a las cuentas de Romano y esa misteriosa oficina. Se intervienen una quincena de ordenadores, agendas electrónicas, discos duros. En total, se analizan casi 400.000 ficheros informáticos del BNP. Lo que descubren los policías argentinos es sorprendente: intercambio de mails entre miembros de la “oficina nº. 27” y las filiales suiza, francesa o luxemburguesa del BNP que ordenan la apertura o el cierre de cuentas bancarias de residentes argentinos, folletos publicitarios que ensalzan las ventajas de llevar el dinero en Luxemburgo o la creación de empresas en las islas Caimán, fichas destinadas a hacer el perfil de clientes, listados con los apellidos de dichos clientes y sus haberes o los objetivos de cada empleado de la oficina en términos de gestión de fortuna.

Siguiendo con las investigaciones, se descubren otros elementos demoledores. Efectivamente, aunque tiene permiso municipal, la oficina funcionaba desde el 29 de enero de 2001 sin autorización alguna del Banco Central de la República Argentina (BCRA), indispensable para cualquier entidad financiera. Además, aunque figura en la órbita del sector “banca privada” del BNP, la “unidad funcional nº. 27” no aparece tampoco en el organigrama oficial comunicado por el banco al BCRA.

A pesar de que los responsables del BNP justifican que se trata de una simple omisión y afirma que dicha oficina se limita a las labores de asesoramiento financiero y de análisis de mercado, las conclusiones del comandante de la Unidad Especial de Delitos Económicos de la Gendarmería Nacional, Ludovico Jarzynski, son bien diferentes. En un informe redactado tras analizarse los ficheros informáticos intervenidos, el gendarme dice que “la asistencia que ofrece [la oficina oculta] a los clientes consiste en ser el vínculo imprescindible en todas las operaciones que realiza el cliente en el exterior” y “que no hay duda de que el banco [el BNP] es parte interesada en la ejecución de las operaciones”. Infringiendo con ello las las leyes argentinas.

El juez entonces al frente del caso llegó más lejos en sus conclusiones, al señalar que “el olvido” del BNP a la hora de solicitar autorización al BCRA para poner en funcionamiento su unidad funcional nº. 27, es fruto “de una decisión deliberada de las autoridades del banco para sustraer las actividades de esa oficina al control del BCRA porque se trata de actividades ilegales, calificables o comparables al blanqueo de dinero de origen ilícito o de evasión fiscal”.

Apertura de cuentas con nombre falso

¿Qué sabemos gracias al escrito del fiscal? Al analizar los datos informáticos intervenidos en el registro del 28 de septiembre, se identifica con más o menos precisión a 71 clientes de la “oficina” del BNP. En total, tienen más de 147 millones de dólares (más de 131 millones de euros), depositados en cuentas de las filiales suizas y luxemburguesas del BNP. De entre esos 71 clientes, hay 22 a los que se señala con mayor precisión que a los otros: diez ex altos funcionarios –entre ellos exjueces, diputados, embajadores o agentes fiscales– y 12 particulares.

Todos estos clientes presentan al menos dos puntos en común: haber transferido su dinero, ingresado en el exterior, del banco holandés ING al BNP Paribas y no haber declarado nunca, salvo en un caso, esos fondos al fisco argentino. En un país devastado por la corrupción de las élites y el auge del narcotráfico, existen razones para que la Justicia dude seriamente del origen lícito de ese dinero.

Para los investigadores, se trata de apenas una muestra de los mil millones de dólares de origen delictivo que el BNP pudo ingresar en sucursales extranjeras. Porque lo que describe el fiscal después, es el sistema que supuestamente puso en marcha el banco francés para sacar ese dinero fuera de Argentina con discreción y de forma segura. La primera etapa del mecanismo pasa por la apertura de cuentas en otras filiales del BNP Paribas, bajo nombres falsos o identificaciones cifradas. Aspecto éste que confirma un intercambio de mails, del 23 de septiembre de 2005, entre Santiago T., un nuevo empleado de la oficina argentina, y un tal Jean-Roland S., trabajador del BNP “Private Bank”, en París:

“Un cliente quiere abrir una cuenta en el BNPP París y que esté cifrada o que conste con un nombre irreal. [...] La cuenta destinaría entre 500.000 y 1 millón de USD, a inversiones en diferentes productos. ¿Es posible? Muchas gracias, atentamente, Santiago.

- Hola Santiago. Es posible abrir una cuenta con un nombre falso. Te propongo que hablemos, o con tu cliente, los días 17-18-19 de octubre. Estaremos en Buenos Aires esos días. Aprovecharé para presentarle a Pauline, que se encargará de América Latina desde París. Saludos, JR”.

Después llega la inversión de dinero negro, y oculto al fisco, en empresas, fundaciones o fideicomisos (los trust anglosajones) con domicilio en paraísos fiscales como las Islas Vírgenes británicas, Hong Kong o Bahamas. Un fichero titulado “List of Avaible Shelf Companies – PANAMA 2006” incluye una lista de 29 empresas domiciliadas en la República de Panamá donde es posible invertir, mientras que otros documentos con el logo del BNP son contratos de mandatos para constituir o administrar funciones en Liechtenstein.

Los ricos clientes de la oficina clandestina pueden entonces optar por delegar completamente la gestión de su fortuna a sus “asesores” o bien mantener el control de las operaciones –se distingue entre gestiones “discrecionales”, “dirigidas” e “individuales”–. La diversificación de los haberes sigue dándose: los evasores fiscales argentinos reciben asesoramiento sobre cómo invertir su “ahorro”, incluida la compra de obras de arte y de bonos del Tesoro norteamericano o austriaco. Pero para los que tienen una cuenta en Luxemburgo o en Suiza y prefieren gastar su dinero tranquilamente, pueden pedir que la oficina 27 del BNP les remita una tarjeta de crédito.

Una de las claves de este tipo de operaciones, es la discreción. Y ahí radica el objetivo principal de las cuentas cifradas. Pero para serlo todavía más, la oficina oculta del BNP supuestamente eligió también mover el dinero de sus clientes por cuentas de tránsito, pertenecientes a sociedades sin relación alguna con el destinatario final de los fondos. Todo ello para enmarañar las pistas. La acusación cree en la existencia de al menos 10 empresas de este tipo (de nombre tan exóticos como Falcon Continental LTD, IPA Asset Management SA, IPA Merchants LTD, Efex Trade LLC, IpanemaTrading SA, Devenport Capital Corp, Lipsel Finance SA, Pinto Services LTD, Frivord Company SA y Maxon SA), registradas sobre todo en Delaware o en Uruguay. Se ha incautado extractos informales u órdenes de transacciones dirigidos a esas empresas. Los montantes de las operaciones oscilan entre los 4.700 y lo 250.000 dólares (de 4.100 a 222.000 euros).

El último elemento del sistema financiero clandestino puesto en marcha por la oficina argentina del BNP Paribas está relacionado con divisas extranjeras, según la acusación. A raíz de la devaluación de la moneda de finales de 2001, que desencadenó una crisis monetaria y económica devastadora, que pasó factura a los pequeños ahorradores, los más ricos comprendieron que más valía guardar sus fortunas en dólares, en euros o en francos suizos, en lugar de en pesos. Varios ficheros intervenidos precisan qué filiales utilizar para enviar sumas de dinero en una divisa extranjera con destino cuentas opacas del BNP Paribas en Luxemburgo. En el caso de los euros, se trata de la de París. Supuestamente, se destinó una cuenta especial para estas operaciones nada banales procedentes de Argentina: la cuenta número 000260108.

Según los cálculos de la Fiscalía argentina, la filial argentina del BNP pudo embolsarse más de 16 millones de euros gracias a las actividades ilegales de su oficina fantasma.

Frente a estos elementos, la defensa de BNP Paribas y personas encausadas se basa en afirmar que los directores franceses de la filial no tenían relación alguna con esta oficina clandestina, mientras que los responsables de la “unidad funcional nº. 27” aseguran, y presentan un contraperitaje, que no se puede probar la veracidad de los documentos intervenidos en el registro –al funcionar la oficina de forma semiclandestina, no hay ningún registro formal de las operaciones bancarias realizadas–. Los jueces descartan que estemos ante una falsificación masiva, creen que es muy improbable que los tres servicios de Policía que han intervenido en el análisis de los datos se coordinasen para falsificar casi 400.000 ficheros informáticos.

El fiscal Carlos Gonella, exresponsable de la Fiscalía Financiera de Argentina y actual responsable de otra unidad del Ministerio Público, entrevistado por Mediapart, afirma que el proceso de BNP Paribas debería permitir sacar a la luz el papel de los bancos extranjeros en la evasión fiscal, uno de los grandes males argentinos. “Se calcula que, desde 1976, se han evadido de Argentina 400.000 millones de dólares (356.000 millones de euros). En el caso del BNP Paribas, sólo hemos podido probar el blanqueo de mil millones de dólares, pero las sumas en juego son mucho más importantes, sin duda”, asegura el exjefe de la Fiscalía financiera.

Antes siquiera de conocerse la sentencia, en julio pasado, el BCRA decidió imponer diferentes multas a la filial argentina del BNP y a sus exdirigentes franceses, que rondan entre los 2,8 y los 16,3 millones de pesos (168.000 y 977.000 euros).

Queda por determinar hasta qué punto la sede central del BNP estaba al corriente y era parte interesada de las acciones sospechosas de su hermana menor argentina. Según un informe de los jueces, desde 2006, todas las operaciones bancarias swift realizadas desde la sucursal argentina del BNP eran controladas y registradas en Francia.

Y como se recoge en un e-mail enviado por Alexis Quirot de Poligny (el jefe de la oficina fantasma) en abril de 2005 a un colega parisino del área de “banca privada internacional” del BNP Paribas, parece indiscutible que París estaba informado del origen de algunos depósitos: “Te envío el perfil del cliente y los formularios de apertura de cuentas firmados [...] El cliente enviará 40.000 euros para la apertura de la cuenta. Se trata de una Ultra Hight Net Individual. Parece que el dinero que enviará no ha sido declarado a las autoridades fiscales argentinas, por lo que, por favor, no seas demasiado preciso por teléfono”. Contactada por Mediapart, la sede de la BNP se ha limitado a decir que se trata de “hechos antiguos y de un caso bastante complejo”.

____________

Traducción: Mariola Moreno

La CNMV multa con 800.000 euros a BNP Paribas por una infracción "muy grave"

La CNMV multa con 800.000 euros a BNP Paribas por una infracción "muy grave"

Leer el texto en francés:

Más sobre este tema
stats