Los atentados de Bruselas

Bélgica: base de operaciones y objetivo del Estado Islámico

Bélgica: base de operaciones y objetivo de Estado Islámico

En febrero de 2015, Abdelhamid Abaaoud –considerado por Francia como el ideológo y organizador de los atentados en París de noviembre de 2015– burlaba a las autoridades belgas –y a todas las policías de Europa que le buscaban tras haber neutralizado en Vervier al comando de yihadistas que dirigía– con la concesión de una entrevista a Dabiq, la revista en lengua inglesa del Estado Islámico. “Como saben, Bélgica es un país miembro de la coalición cruzada que ataca a los musulmanes de Irak y de Siria”, señalaba para justificar la planificación de un atentado en su país de origen.

Desde ese día, y pese a la muerte de Abdelhamid Abaaoud en el asalto de los Raid llevado a cabo en Saint-Denis [cerca de París] al día siguiente de los ataques del 13 de noviembre, la amenaza era constante. En un informe del 18 de enero de 2016, Europol insistía: “Existen fuertes indicios de una serie de ataques planificados por el Estado Islámico que tienen como objetivo Europa, posiblemente Francia o Bélgica”. Esta amenaza se ha materializado este 22 de marzo de 2016.

Y, por supuesto, todas las miradas están puestas en los autores que sobrevivieron a los ataques del 13 de noviembre. Mohamed Belkaid, uno de los coordinadores, fue abatido y Salah Abdeslam, el supuesto cerebro, fue detenido la semana pasada por la Policía Federal belga. El domingo 20 de marzo, el ministro belga de Asuntos Extranjeros, Didier Reynders, también señaló que Salah Abdeslamn “estaba listo para actuar. Encontramos muchas armas pesadas en el marco de las investigaciones y hemos constatado la existencia, en Bruselas, de una red organizada en torno a él”.

Un vínculo más que evidente habida cuenta de que dotarse de armas y de explosivos nunca ha parecido entrañar dificultades para estos terroristas. Abaaoud, al regreso de Vervier [Bruselas] había confiado en Siria a un yihadista, hoy arrepentido, “que habían conseguido encontrar 25 kilos de TNT en Bélgica”. Un vecino de Salah Abdeslam declaró a la Policía francesa que, en 2015, en un encuentro en los bosques entre Dunkerque y Berck, Salah sacó del maletero dos kaláshnikovs, una pistola automática y tres granadas, tras lo que invitó a su amigo a abrir fuego. “Me dijo que las armas venían de Bélgica, sin precisar más. Era más fácil conseguirlas [allí]”. En otra ocasión, el hombre que todavía no había pasado a la historia por su condición de yihadista, exhibió “cinco o seis kaláshnikovs, cuatro revólveres y un gran tubo marrón” que según la descripción que hace de él el vecino, guarda muchas similitudes con un lanzacohetes.

Armas y mano de obra disponible

Al menos se busca a cuatro hombres por participar, de un modo u otro, en los atentados del 13 de noviembre, tres de los cuales se encontraban todavía en Bélgica la semana pasada. La identidad de Najim Laachraoui, hasta ahora conocido como Soufiane Kayal, la reveló la Fiscalía Federal belga el lunes 21 de marzo. El 9 de septiembre de 2015 fue detenido en un control policial, en una área de servicio de la frontera austro-húngara, cuando viajaba a bordo de un Mercedes en compañía de Salah Abdeslam y de Mohamed Belkaid; en el material explosivo utilizado el 13 de noviembre se hallaron rastros de su ADN. Se ocultaba con Abdeslam antes de la llegada de la Policía belga el pasado viernes.

Dos hermanos, Khalid e Ibrahim El Bakrauni, huidos tras el tiroteo de Forest, también se encuentran entre los sospechosos. Se cree que uno de ellos, Khalid, pudo haber alquilado el escondite de Charleroi (Bélgica) en el que hicieron una parada los comandos cuando se dirigían a París. También pudo alquilar el apartamento de Bruselas donde se ocultaba Salah Abdeslam.

Del cuarto hombre nada se sabe desde el 13 de noviembre. Se trata de Mohamed Abrini, un belga de 31 años, del que se conoce que viajaba en uno de los tres coches que condujeron a los kamikazes a París. Viajó con Salah Abdeslam. Su Renault Clio negro fue visto en el aeropuerto parisino de Roissy Charles de Gaulle a las 18:10 del 14 de noviembre. Desde entonces, Abrini está desaparecido.

Entrenamiento

Y hasta aquí lo que se refiere a los hombres oficialmente buscados. Y es que, según las informaciones a las que ha tenido acceso Mediapart, alguien del entorno de Abaaoud centra la atención de los servicios de inteligencia europeos desde hace varias semanas. Los investigadores norteamericanos subrayaron su exaltación al día siguiente de los atentados de París y detalles conocidos más recientemente llevan a pensar que pudo ocupar el papel que ejercía su amigo Abaaoud, al que conoció en Siria.

Además, existen varios yihadistas belgas, tal y como han confesado los arrepentidos, que pudieron llegar a Europa en 2015 para cometer atentados en el continente. Es el caso de dos belgas de origen marroquí que forman parte del “servicio secreto exterior del Estado Islámico”, según el testimonio proporcionado por un francés que conoció a Abaaoud y a sus amigos. “Son peligrosos y conocen las armas a la perfección; creo que están en Europa, pero no sé dónde exactamente”. O el caso de un treinteañero convertido, de barba castaña clara y ojos claros que, mientras aguardaba una misión suicida, “se entrenaba desenfundando el arma varias veces al día”.

Reda Hame, detenido en París el 11 de agosto, había recibido órdenes de Abdelhamid Abaaoud para cometer una masacre en una sala de conciertos. En una grabación revelada por Le Monde, el aprendiz de terrorista había puesto en alerta a los servicios de inteligencia ante la posibilidad de que pudiese cometer atentados. “Puedo decirles que van a suceder pronto. Aquello era una auténtica fábrica y quieren golpear bien en Francia o en Europa […]. La gente se prepara allí”.

Dos días antes de morir, Abaaoud, el jefe de operaciones de los comandos del 13 de noviembre, le dijo a su prima y a una amiga de ésta que “se iban a cometer atentados en todas partes y […] que los que iban a cometer los atentados ya estaban listos”, mientras se vanagloriaba de disponer de 90 kamikazes en la región de París. Predecía un apocalipsis para Navidad, que finalmente no ocurrió.

Tras comparecer el pasado 17 de febrero de 2016 ante la comisión de Asuntos Extranjeros, de Defensa y de Fuerzas Armadas, Patrick Calvar, responsable de la Dirección General de la Seguridad Interior, no hacía gala de triunfalismo. “Disponemos de informaciones que hablan de la presencia de comandos en suelo europeo, de los que ignoramos la localización y el objetivo”, reconocía.

El 25 de junio de 2015, un francés detenido cuando volvía de Siria trató de negociar su libertad. Mientras permanecía en detención preventiva señaló: “Tengo constancia de dos métodos empleados [por el Estado Islámico] para reclutar y enviar gente a Europa para atacar, para entrar en Europa pero no quiero contárselos ahora. Espero a que el magistrado me ofrezca garantías. Tengo informaciones que permitirán impedir atentados en Bélgica y en Francia”, prometía entonces. Al día siguiente del 13 de noviembre, volvió a repetir la jugada. Sin éxito.

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Traducción: Mariola Moreno

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