El sur de Francia arde en uno de los incendios más graves en años: “Es la cara visible del cambio climático”

Llamas sin control en el incendio en Saint-Laurent-de-la-Cabrerisse, sur de Francia.

Mickaël Correia (Mediapart)

Es el incendio más importante del verano. Con una intensidad poco habitual, un incendio que comenzó el martes 5 de agosto hacia las 16:00 horas en el macizo de Corbières (Aude) ya había arrasado miles de hectáreas de vegetación. Lo equivalente a una superficie de una vez y media París.

Las llamas, avivadas por ráfagas de tramontana que alcanzaban los 60 km/hora, han llegado a una quincena de municipios y han provocado la muerte de una mujer y la desaparición de otra persona en Saint-Laurent-de-la-Cabrerisse. El fuego también ha herido a nueve personas, entre ellas siete bomberos. 2.500 hogares se han quedado sin electricidad y el tráfico en la autopista A9 fue interrumpido entre Perpiñán y Narbona hasta el miércoles por la tarde.

“Se trata de uno de los dos incendios más violentos de los últimos cincuenta años”, declaró durante la jornada la ministra de Ecología, Agnès Pannier-Runacher, quien subrayó que este incendio era “la cara visible del cambio climático”. En julio, el Aude se convirtió en el departamento más quemado de Francia: a principios de mes, un enorme incendio cerca de Narbona ya había arrasado 2.000 hectáreas de vegetación.

“En el área mediterránea, el cambio climático está provocando un aumento de las temperaturas más intenso que a escala global, lo que hace que esta región se considere un punto caliente del calentamiento planetario”, explica a Mediapart Yves Tramblay, director de investigación del Instituto de Investigación y Desarrollo (IRD) y especialista en los efectos del cambio climático en los fenómenos hidrológicos extremos.

Sequía estructural

La primera consecuencia de este aumento acentuado de las temperaturas en el Aude es que, desde el 1 de agosto de 2025, el departamento se encuentra en situación de crisis por sequía. Aunque la Oficina de Investigaciones Geológicas y Mineras (BRGM) dice que el 90 % de los acuíferos están actualmente en descenso en Francia, el servicio geológico nacional indicaba a mediados de julio que los niveles de los acuíferos del macizo de Corbières eran ”preocupantes, de bajos a muy bajos”.

“En el Aude y los Pirineos Orientales, desde hace aproximadamente cuatro años, las condiciones de sequía son tan severas que a los acuíferos les cuesta rellenarse”, continúa el investigador Yves Tramblay. “En 2023, Perpiñán registró apenas 200 mm de precipitaciones en todo el año, lo mismo que una ciudad como Marrakech, en Marruecos.”

“Esta región del sur de Francia está sufriendo una aridificación debido a los efectos del cambio climático. La sequía y las olas de calor más intensas y frecuentes provocan la muerte progresiva de la vegetación”, comenta Philippe Drobinski, director de investigación del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) e investigador del Laboratorio de Meteorología Dinámica.

De hecho, el departamento del Aude se enfrentó a una primavera bastante húmeda que propició el desarrollo de una importante vegetación subforestal y herbácea. Pero se secó tras la larga ola de calor que se prolongó desde el 19 de junio hasta el 4 de julio.

“La literatura científica ha demostrado que en otra región de clima mediterráneo, como es California, se observa esta alternancia entre lluvias muy intensas y períodos secos que los investigadores estadounidenses han bautizado como ‘el latigazo climático’: provoca un importante desarrollo de la biomasa, que luego se transforma en combustible para los megaincendios”, explica a Mediapart la climatóloga y miembro del Alto Consejo para el Clima Valérie Masson-Delmotte.

Esta combinación de calor y sequía, intensificada por el calentamiento global, es el factor clave del agravamiento de los incendios en la región. A esto se suman las condiciones de viento, como la fuerte tramontana que sopla en el Aude, que reseca el suelo.

El director científico adjunto de climatología de Météo-France, Jean-Michel Soubeyroux, resume: “El Aude es un territorio que sufre desde 2022 condiciones climáticas extremas. El departamento es especialmente seco: en términos de humedad del suelo, nos encontramos en condiciones que solo se dan normalmente una vez cada diez años. Si a esto le sumamos las temperaturas que ayer [martes 5 de agosto, ndr] alcanzaron los 35 °C y los fuertes vientos, tenemos una mezcla explosiva para que se declaren incendios.”

Riesgo de incendios acentuado

Según el científico de Météo-France, con el caos climático, el número de días en el área mediterránea con un riesgo significativo de incendios forestales, estimado actualmente en unos treinta, podría duplicarse de aquí a finales de siglo.

“En el informe especial del IPCC [Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático – ndr] sobre las consecuencias de un calentamiento de 1,5 °C, se señala que los incendios aumentan considerablemente cuando se alcanza un rango de calentamiento antropogénico de entre +1 °C y +2 °C. Y según las últimas evaluaciones científicas, a escala mundial ya hemos alcanzado +1,36 °C”, alerta Valérie Masson-Delmotte. “Pero la doctrina francesa de extinción de incendios, que consiste en apagar lo antes posible cualquier foco de incendio, ya está mostrando sus límites. Ante un incendio como el del Aude, se pasa muy rápidamente a la gestión de crisis”.

El miércoles por la noche seguían movilizados en Corbières más de 2.000 bomberos y 600 vehículos, apoyados por medios aéreos, para intentar contener el incendio. “Estamos en un momento en el que se hace sentir el cambio climático y provoca fenómenos sin precedentes”, declaró el primer ministro, François Bayrou, al llegar a la localidad afectada de Saint-Laurent-de-la-Cabrerisse, acompañado del ministro del Interior, Bruno Retailleau.

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El 6 de agosto, siete departamentos, entre ellos el del Aude, seguían en riesgo de incendio “elevado”, según Météo des forêts. Para el jueves y el viernes, Météo-France prevé en el sur del país temperaturas máximas superiores a los 35 °C, con picos de 40 °C. La climatóloga Valérie Masson-Delmotte se lamenta: “Entre los megaincendios del verano de 2022, la ola de calor del pasado mes de junio y la mitad de Francia en situación de sequía, el verano significa ahora el fin de la despreocupación”.

 

Traducción de Miguel López

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