La industria del porno francés, en el banquillo de los acusados

Los actores Anto Toto, Tony Caliano y Ninos Paoli.

Robin d'Angelo (Mediapart)

Este jueves 31 de agosto, dos magistrados ordenaron la remisión a juicio en París de 17 hombres sospechosos de participar en un sistema que condujo a la violación con agravantes de decenas de mujeres mientras filmaban para la plataforma pornográfica French Bukkake, según ha sabido AFP de fuentes cercanas al caso.

Con edades comprendidas entre los 29 y los 61 años, el director de la plataforma, su socio, el captador de actrices, los actores, etc., serán juzgados por el Tribunal Correccional Departamental de París por varios delitos, entre ellos "violación en grupo", "trata de seres humanos en banda organizada" y "proxenetismo agravado", según estas fuentes.

Cuatro de los acusados siguen actualmente en prisión preventiva.

La investigación apunta a que unas cincuenta mujeres han sido identificadas como víctimas de una u otra forma de las acciones de los acusados, y que podría haber también más víctimas.

Mediapart vuelve a publicar la investigación publicada originalmente el 4 de julio de 2023 bajo el título Investigación Bukkake en Francia: por qué el porno francés es cómplice *

Eran las seis de la mañana cuando la policía llegó al domicilio de Anthony F. el 26 de septiembre de 2022. Pero el actor y productor porno no estaba en la casa de piedra cerca del Etang de Berre, donde vive con su hermana. Advertido inmediatamente por su hermana de que las autoridades le buscaban, realiza una serie de llamadas telefónicas.

Seis llamadas al jefe de producción de Jacquie et Michel, dos al jefe guionista de la empresa y dos a otro de los directores del grupo. Anthony F. –conocido por su nombre artístico Anto Toto– es una de las piezas clave de Jacquie et Michel, una de las principales empresas francesas de pornografía, para la que produce gran cantidad de contenidos. Ahora le ha tocado a él verse envuelto en el llamado caso "Bukkake francés".

Esta investigación, abierta en 2020, surgió a raíz de las sospechas de proxenetismo contra Pascal Ollitrault, conocido como Pascal OP, anfitrión de la web porno confidencial French Bukkake. Al final, han sido inculpadas dieciocho personas, entre ellas una docena de productores y estrellas del porno más prolíficos de Francia, así como varios actores principiantes.

El 31 de mayo de 2023, los gendarmes de la sección de investigación de París cerraron su investigación, que Mediapart pudo consultar. Tras tres años de investigación, y el interrogatorio de 51 víctimas, 39 de las cuales se han constituido como parte civil, el caso se ha extendido mucho más allá del pequeño núcleo de personas que participaban en la web delictiva. Los presuntos cómplices están sacando a la luz toda la industria pornográfica francesa.

El caso pone al descubierto una red

Todos son presuntamente inocentes. Sin embargo, los investigadores sospechan que han participado, en mayor o menor medida, en la red de trata de seres humanos que se sospecha han montado los dos principales acusados, Pascal OP y su socio Mathieu L., conocido como Mat Hadix. Estos dos productores de porno habrían reclutado a mujeres jóvenes, a través de un gancho, para producir películas para su difusión en Canadá, cuando en realidad estaban destinadas a plataformas francesas, en particular Dorcel y French Bukkake.

"Ya conoces la regla de Pascal, con las tías no hables de los clientes, ¡es para Canadá!", escribió Mat Hadix en un bucle de SMS allá por 2016. "No te preocupes", le dice Oliver Sweet, su cámara desde hace más de cuatro años y experimentado director de Jacquie et Michel. "Nada de gilipolleces [...], no hablamos de J&M, Dorcel, etc. etc.", le recordó al actor Tony Caliano, uno de los veteranos del circuito, antes de un rodaje en 2020.

Una denunciante contó a los investigadores que el actor estrella Ninos Paoli –con más de diez años de carrera y 1.000 escenas a sus espaldas– la convenció para que "firmara [los contratos] sin leer", asegurándola que "todo estaba claro porque estaba acostumbrado a rodar con ellos". Él sabía, sin embargo, que los vídeos se difundirían en Francia y no en Canadá, como admitió a la policía. Y cuando el productor Anto Toto advirtió a una víctima del subterfugio, intentó orientarla hacia su propia producción. "Me deseó suerte para el futuro porque mis vídeos iban a publicarse en las próximas semanas", declaró a los investigadores.

El propio Pascal OP declaró a la jueza de instrucción: "Todos los profesionales lo sabían, e incluso todas las producciones francesas.” Pero todos callaron para tranquilizar a las denunciantes. Luego contribuyeron a crear un clima de coacción durante el rodaje, que las víctimas describieron como una verdadera emboscada. A veces se rodaban escenas en lugares aislados, con varios hombres cuando sólo se esperaba a uno o dos actores, a lo que se añadía el miedo a no cobrar y la insistencia de los productores para que realizaran actos no deseados.

Escenas extremadamente violentas

“Aunque hubiera querido irme, me encontraba en Normandía, lejos de casa, rodeada de cinco hombres", describe una denunciante. “No podía volverme atrás". En cuanto a los actores implicados, afirman no haber visto nada. "¿Cree usted que una joven puede negociar libremente en un primer rodaje pornográfico, desnuda, rodeada de varios hombres?", preguntó la jueza a Ninos Paoli, inculpado por ocho violaciones en grupo. "Es una cuestión que nunca me he planteado", responde.

En el plató, Pascal OP y Mat Hadix prohíben a sus actores hablar con las mujeres, pero eso no les impide rodar. "El consentimiento] es importante para mí. Pero no le pregunté [a la denunciante] porque no me estaba permitido hablar con ella", admite Anto Toto, acusado de dos violaciones en grupo.

No importa si se las ve tensas, completamente ausentes o expresando su dolor. "No paraba de decir que me dolía, pero nadie me escuchaba. Todos pasaban, lo único que les importaba era hacer el vídeo y ya está", dijo una denunciante, refiriéndose a una escena con el actor Tony Caliano, investigado por dos violaciones en grupo. Ante la jueza de instrucción, Caliano insistió en que la joven le había dado su consentimiento, y culpó a los organizadores: "Ellas a mí me dicen que sí, porque antes los directores las han debido lavar el cerebro". "Llegaba al plató y le daban instrucciones. Se aseguraba de que las chicas estuvieran de acuerdo. Hacía su trabajo y se iba", añade su abogado, contactado por Mediapart.

Las protestas de las denunciantes durante el rodaje se achacan a un supuesto escenario montado por el productor. "Si ella dice que no puede más, es porque no puede más. Pero, ¿Es por indicación de Pascal OP o no?", se pregunta Eddy Blackone, a quien la jueza presenta las maquetas de un vídeo en el que una actriz expresa su profunda angustia. "Es entonces cuando me digo que me falló el juicio", añade este veterano del porno, que ha actuado para Dorcel y Rocco Siffredi, y está inculpado por 21 violaciones en grupo. Su abogado declaró a Mediapart que "impugna los hechos, así como haber estado al corriente de las estratagemas puestas en marcha, y se reserva sus declaraciones para la vista".

A veces, alguna chica rompe a llorar. Se la consuela, pero para animarla a continuar, como supuestamente hizo Anto Toto durante un encuentro con una denunciante de 20 años que no tenía ninguna experiencia en pornografía, y cuyo deseo de no practicar la sodomía no había sido respetado una vez más. “Sólo me consoló el marsellés. Me dijo: 'Se ve que no te gusta, no te preocupes, se acaba enseguida'". A la jueza, que se sorprendió de que el rodaje hubiera continuado a pesar de su llanto, el acusado respondió: "Si hubiera parado el rodaje me habrían puesto en la lista negra en todas partes". Y añadió: "Ella me dijo: 'Si sólo quedan diez minutos, venga, seguimos'". Por ello, su abogado, contactado por Mediapart, declara que las denunciantes "no dicen que [su] cliente no haya respetado su consentimiento, sino que lo describen como prudente".

Alcohol y drogas para las denunciantes

Los investigadores descubrieron que el 70% de las 51 demandantes habían consumido alcohol o estupefacientes antes de sus escenas, a menudo inducidos a ello por los productores. Una vez más, los actores se habrían aprovechado de la situación. Durante una escena con Ninos Paoli, una demandante apenas podía desabrochar el botón del pantalón después de haber bebido "al menos tres o cuatro vasos de vodka" y esnifado "tres buenas rayas" de cocaína, según su testimonio. "Es poco probable que los hombres presentes no fueran conscientes de que no estaba en su pleno juicio", concluyen los investigadores en el informe donde se analizan las maquetas de la escena. "Mi cliente niega la totalidad de los cargos que se le imputan en este caso", respondió su abogado.

Y lo que es aún más sórdido, algunas denunciantes creen que las drogaron sin que lo supieran, y afirman que estaban medio inconscientes durante las escenas, aunque aseguran no haber consumido alcohol ni drogas.

La violencia de Pascal OP y Mat Hadi no cesó al terminar sus rodajes. Tras utilizarlas en sus propias películas, las llevaron a otros productores porno. "Pensé que volvía a casa, pero en realidad, en el coche, [Mat Hadix] me dijo que le debía un favor a alguien y me llevó a un piso", dijo una denunciante. Añadió que Mat Hadix se había quedado con sus documentos de identidad desde el primer rodaje, para presionarla. Allí descubrió que iba a rodar para Célian V., actor en sus propias películas y uno de los pocos productores del pequeño circuito francés con fondos suficientes para pagar nuevas modelos con regularidad.

Ni Mat Hadix ni Célian V. habían informado a la víctima de la brutalidad de las escenas que iba a rodar, que incluían bofetadas, escupitajos, estrangulamiento y "garganta profunda". Los abogados de Célian V., contactados por Mediapart, niegan esa afirmación: "Fue totalmente transparente sobre las prácticas que llevó a cabo”, aseguran. Sin embargo, los gendarmes no tienen ninguna duda al respecto. "Es evidente que [la denunciante] no estaba al corriente, antes de comenzar el rodaje, de las posturas y prácticas sexuales que Célian V. iba a realizar con ella", concluyen en el informe en el que se analizan las escenas de un vídeo.

Una trama que habría beneficiado a varios productores

Filmar a una actriz haciendo algo contra su voluntad parece incluso aportar un valor añadido al productor. En un vídeo, se le oye pedir a Mat Hadix, su cámara en ese momento, que "saque un buen plano" de la cara de una denunciante para "captar el tormento" durante una sodomía, que ella dice a los investigadores que no deseaba. El acto sexual fue "lo suficientemente violento como para provocar sangre", señalan los investigadores en su análisis de las escenas de vídeo.

Cuatro presuntas víctimas de la red de captación de Mat Hadix y Pascal OP habrían acabado en el plató de Célian V., investigado por otras tantas violaciones en grupo. "Nuestro cliente no estaba informado de los métodos utilizados para captar a las chicas que ahora le acusan", afirman sus abogados. Por sus intercambios de SMS, Célian V. parece haber estado al corriente de las mentiras de sus socios, cuyos métodos de captación califica de "sistema quenelle". “Haz creer a las chicas que no es para publicar en Francia", explica a un contacto que le pregunta cómo Pascal OP encuentra chicas. “Te las puedes encular y arruinarles la vida a tu antojo: D".

Pascal OP y Mat Hadix también ofrecen sus chicas a Guillaume F., productor y actor de sus propias escenas bajo el seudónimo de Rick Angel. Guillaume F., director entre 2014 y 2018 de .G La Prod, filial de Dorcel dedicada a la producción de películas porno de bajo presupuesto, también ha producido cientos de vídeos para Jacquie et Michel. Le enviaron a cuatro víctimas de la trama de distribución de vídeos, lo que le llevó a ser acusado de "trata de seres humanos en banda organizada".

Una de ellas consiguió poner una nota manuscrita en el contrato de cesión de derechos de imagen que le hizo firmar, para asegurarse de que la película no se proyectaría en Francia. Rick Angel pensó borrarla utilizando Photoshop. El 23 de julio de 2020, escribió a Mat Hadix, que le había pasado la joven: "Voy a publicarla de todos modos. Más tarde se llevará la sorpresa". Otra denunciante afirma que no la pagaron por la escena que rodó con él, debido a un "favor" que Pascal OP debía a Rick Angel.

El productor también está inculpado por una violación en grupo y ha sido puesto bajo protección de testigos por otras dos. “Rick Angel me dijo que tenía que haber sodomía", cuenta la denunciante. “Intentó hacerlo con más o menos suavidad, pero el resultado final fue el mismo: no respetó mi voluntad a pesar de que le había dicho que no". Un intercambio de SMS recogido por los investigadores corrobora este testimonio. "Por 350 euros, ella va a hacer anal. Eso está claro", dice de una mujer que Pascal OP le pasó para rodar una escena de Jacquie et Michel.

¿Protegidos por la cámara?

Para estos productores, la cámara parece ser una coartada para obligarlas a mantener relaciones sexuales, al parecer legalmente. Durante rodajes de Oliver Sweet –estrecho colaborador de Mat Hadix y acusado por tres violaciones en grupo–, las denunciantes descubrieron que tenían que hacerle una felación para una escena que estaba rodando. Eso estaba supuestamente incluido en el "paquete" que acordaron inicialmente: 500 euros a cambio de dos vídeos. Temiendo que no les pagaran por esas otras escenas, cedieron. Una de ellas contó que le mordió el pene sin querer por la presión que ejercía sobre su cabeza, lo que puso fin al acto.

El veterano de Jacquie et Michel la animó entonces a realizar una escena no programada, la cuarta del día, con cinco hombres. "Me dijo que, si no lo hacía, no me pagaría porque las escenas anteriores eran demasiado suaves", declaró a la jueza de instrucción. Agotada y con la vagina dolorida, se echó a llorar y pidió que pararan el rodaje. "Él no estaba muy de acuerdo, porque hacía falta la escena final", continúa. El productor no paró el rodaje hasta que sus cinco actores eyacularon sobre ella.

Un intercambio de SMS de julio de 2021, recogido por los investigadores, se hace eco de este testimonio. Una joven –que no era una de las denunciantes– advertía a Anto Toto, que compartía rodaje con Oliver Sweet, del comportamiento de su compañero. "Lo estaba pasando mal, quise parar, pero me dijeron que si lo dejaba los hombres no cobrarían, así que me obligué a seguir", le dijo en un mensaje. Añadió que Olivier Sweet la había forzado a una doble penetración vaginal que le provocó sangre. Anto Toto la amenazó inmediatamente. "Te voy a denunciar por declaración falsa", la intimida, afirmando que miente. Después le recuerda que tiene una copia de su carnet de identidad y que la semana siguiente se acercará a su región para ir a comisaría.

Paradójicamente, filmar la violencia de la que ahora se les acusa parece ser para los productores y actores acusados un medio de protegerse. “No hay ni una sola imagen en el vídeo que muestre a la denunciante negándose a aceptarlo o angustiada", argumenta el abogado de Oliver Sweet. “Al contrario, las risas y las palabras finales de la escena sugieren que el rodaje transcurrió sin problemas.” Ante la jueza, una denunciante que había estado en el plató de Mat Hadix, Pascal OP y Rick Angel contó una historia diferente: "No había que llorar, sino sonreír, por que si no habría que empezar de nuevo". Otra lo confirmó: "Te callas, consientes y les das lo que quieren".

Los contratos de cesión de derechos de imagen y la remuneración también contribuyen a presionar a las denunciantes. “Se trata de violaciones disfrazadas, bajo la apariencia de vídeos", admitió ante la juez un actor amateur de Pascal OP. “Los vídeos dan toda la libertad a los actores y productores. Les permite evitar pedir el consentimiento. El vídeo excusa cualquier comportamiento ilegal".

Los autos de procesamiento dictados por la jueza de instrucción se han limitado a los sospechosos que pudieran haber tenido conocimiento de la trama Pascal OP y Mat Hadix, y que hubieran filmado con sus víctimas. Pero el centenar de testimonios presenciales y la gran cantidad de datos telefónicos recogidos por los investigadores podrían constituir pruebas serias y concluyentes para la apertura de nuevas investigaciones judiciales sobre otros profesionales del sector.

Ya se ha abierto un segundo caso, esta vez relacionado con Jacquie et Michel. Desde el 18 de junio de 2022, el fundador del sitio, Michel Piron, está inculpado por "complicidad en violación" y "trata de seres humanos en banda organizada", al igual que dos directores de la plataforma y un actor. La investigación sigue abierta.

Caja negra

Robin d'Angelo es el autor de Judy, Lola, Sofia et moi, libro publicado por Goutte d'Or, un libro sobre la pornografía en Francia. Se le ha tomado testimonio en el marco de la investigación aquí descrita.

Tras la publicación de esta investigación, desde Jacquie et Michel nos han enviado una respuesta oficial.

Contactados por Mediapart, los abogados de Mat Hadix, Pascal OP y Rick Angel no respondieron.

Estas son las respuestas completas de los abogados:

Jousselin, abogado de Ninos Paoli: "Mi cliente niega todos los cargos que se le imputan en este caso. En cuanto a las líneas de defensa que pretendemos esgrimir, nos las reservamos, como es natural, para la investigación judicial, que aún está en curso".

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Guillon y Bardinet, abogados de Eddy Blackone: "Mi cliente niega los hechos por los que se le acusa, así como su conocimiento de la trama puesta en marcha, y tiene la intención de reservar sus declaraciones para la vista. Incomprensible e injustificadamente, se encuentra en prisión preventiva a pesar de que todos los demás implicados han sido puestos en libertad condicional. Por ello, a su defensa le preocupa que la ley parezca aplicarse de manera fragmentaria y desigual en relación con esta detención.”

Fresnault, abogado de Olivier Sweet: "Mi cliente no tiene ninguna relación con French Bukkake ni con Pascal OP ni con la mayoría de los acusados. Ninguna de las actrices que filmaron para él fue víctima de los planes que las llevaron a Reims. No tenía conocimiento de ello y está profundamente conmocionado. Lamenta que se le haya vinculado artificialmente a este caso y la ausencia de todo proceso contradictorio. Niega firmemente los cargos que se le imputan y reserva sus respuestas para los tribunales.”

Ory y Battikh, abogados de Célian V.: "Nuestro cliente no estaba informado de los métodos utilizados para reclutar a las dos chicas que ahora le acusan, y menos aún del subterfugio montado por Julien D., a quien no conoce, con quien nunca ha hablado y con quien nunca se ha reunido. Esas escenas se produjeron tras más de una hora de sesiones fotográficas íntimas, la firma de un contrato y el visionado de los rodajes anteriores de nuestro cliente, por lo que fue totalmente transparente sobre las prácticas que se llevaron a cabo.”

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