Una ley que criminaliza el colonialismo en Argelia refleja la indignación creciente en África

Driss Rejichi (Mediapart)

Envueltos en bufandas con los colores de la bandera verde y blanca, con ululeos y al grito de ¡Viva Argelia!, los diputados de la Asamblea Popular Nacional aprobaron la nueva ley “que penaliza el colonialismo”. Los 27 artículos fueron aprobados por unanimidad por la cámara baja del Parlamento argelino el 24 de diciembre. A raíz de ello, el Ministerio de Asuntos Exteriores francés calificó esa ley de "iniciativa manifiestamente hostil".

“La única iniciativa hostil es la agresión francesa contra Argelia y los crímenes cometidos durante 132 años”, replica Zakaria Belkhir, diputado del Movimiento de la Sociedad por la Paz (partido islamista conservador), que participó en la redacción de la ley.

La aprobación del texto se produce en plena crisis diplomática con Francia, en un contexto de tensiones en torno al movimiento separatista cabil exiliado en París, el MAK, y pocas semanas después de la condena en apelación del periodista Christophe Gleizes a siete años de prisión.

Pero centrarse en las tensiones diplomáticas haría olvidar las “razones más profundas” que motivaron esa aprobación, según el historiador argelino Hosni Kitouni. “Una gran parte de la opinión pública argelina es muy sensible a algunas de estas reivindicaciones”. Recuerda que estas disposiciones “forman parte del alegato argelino desde hace mucho tiempo”. “Esta ley es el resultado de un proceso iniciado en 1984”, fecha en la que se mencionó por primera vez en el Parlamento la criminalización de la colonización.

En la década de 2000, los diputados argelinos presentaron tres proyectos de ley en este sentido, que terminaron en nada. Para Hosni Kitouni, la declaración de Emmanuel Macron en Argel en 2017, en la que calificó la colonización de crimen contra la humanidad, incluso reavivó la esperanza de “ver por fin a Francia adoptar una política memorialista más atenta a las expectativas de Argelia”.

Esperanzas frustradas por una “política de gestos decididos soberanamente por el Elíseo”, según el historiador. En enero de 2023, Macron excluyó definitivamente la posibilidad de presentar disculpas oficiales a Argelia. La ley aprobada el 24 de diciembre retoma esta exigencia, añadiendo la solicitud de reparación por “daños materiales y morales” o la restitución de los archivos conservados en Francia, líneas rojas que París se ha negado hasta ahora a cruzar.

La historia, “carta legítima” para el régimen

Al día siguiente de la votación, la prensa argelina se hizo eco del entusiasmo de la opinión pública. "El colonialismo francés criminalizado", titulaba en portada el diario francófono El Moujahid, mientras que el periódico en árabe El Khabar elogiaba el "consenso nacional" en torno a la ley. Por su parte, los periodistas de Al Jazeera destacaban el entusiasmo de las reacciones en las redes sociales argelinas.

“Tenemos un nacionalismo arraigado en nuestros jóvenes, un orgullo por la lucha por la liberación nacional”, explica el periodista independiente Abdou Semmar, quien señala, sin embargo, que la aprobación popular no significa en absoluto resentimiento hacia Francia. El columnista también recuerda que “en el pulso con París, la historia es una carta legítima que se puede jugar”.

Sin embargo, según Abdou Semmar, el texto no está exento de defectos. El artículo 19, por ejemplo, prevé la criminalización de las declaraciones que elogien la colonización, castigándolas con penas de prisión y la privación de los derechos civiles. Una disposición que da al régimen argelino, presidido por Abdelmadjid Tebboune, la posibilidad de “asimilar a los opositores a partidarios de la Francia colonial” y bloquea cualquier lectura crítica de la historia de la colonización y la guerra.

El periodista también lamenta la falta de precisión de la ley sobre los mecanismos que deberían permitir una estimación del importe de las reparaciones reclamadas a Francia.

De hecho, la principal novedad que aporta esta ley será su carácter vinculante para el Estado argelino. En teoría, las instituciones, y en particular el Gobierno, deberán esforzarse a partir de ahora por alcanzar los objetivos fijados en el texto. Aunque, en la práctica, la obtención de reparaciones por los perjuicios de la colonización francesa parece aún un horizonte lejano.

La confusión memorialista es total desde que en el verano de 2024 fueron congelados por Argel los trabajos de la comisión mixta de historiadores creada en 2023, y siguen suspendidos hasta la fecha. Por lo tanto, no se esperan negociaciones en el marco de esta nueva ley, ni sobre las medidas más concretas, como la restitución de los “restos de los símbolos de la resistencia”, ni siquiera sobre su artículo 11, que se refiere a la limpieza de las regiones del Sáhara contaminadas por los ensayos nucleares franceses.

Justicia reparadora africana

El texto aprobado por la Asamblea Popular Nacional también se inscribe en “un momento crucial de la evolución de las mentalidades en África”, caracterizado por “un impulso de la juventud en favor de una justicia reparadora”, según analiza el historiador Hosni Kitouni.

Del 30 de noviembre al 1 de diciembre, Argel acogió, bajo los auspicios de la Unión Africana (UA), una conferencia internacional sobre los crímenes del colonialismo. Diplomáticos y académicos de África y el Caribe suscribieron una declaración en la que recomendaban la puesta en marcha de una “estrategia de reparación basada en la justicia” que incluyera “compensaciones por las riquezas saqueadas”.

La idea de las reparaciones coloniales se formalizó por primera vez en la conferencia de Accra, en Ghana, en noviembre de 2023. La declaración de Argel se someterá a votación en la 39ª cumbre de la UA, en febrero de 2026.

En junio de 2025, Francia fue interpelada ante la ONU por comunidades nigerinas que exigían reparaciones por las masacres cometidas durante la conquista de su región en 1899. Una vez más, en un contexto de crecientes tensiones diplomáticas con Niamey.

Pero París no es, ni mucho menos, la única capital europea expuesta a las exigencias de justicia reparadora. Desde 2021, Alemania es objeto de presiones diplomáticas por parte de Namibia para que asuma la responsabilidad del genocidio de los herero y los nama (1904-1908), por lo que Windhoek reclama ahora a Berlín una compensación económica.

Alemania se ha declarado dispuesta a financiar proyectos de desarrollo en el país, pero ha eludido la cuestión de las reparaciones. Del mismo modo, Francia ha explicado que sigue "abierta al diálogo bilateral" con Níger, sin abordar el tema de las indemnizaciones.

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En Argelia, mientras que los canales diplomáticos con Francia están prácticamente cerrados, el régimen no tiene ningún interés en abandonar su posición de adalid de la justicia reparadora africana. “Esta ley tendrá inevitablemente repercusiones y abrirá el camino”, asegura el diputado Zakaria Belkhir, quien considera que el próximo objetivo de Argelia será ahora “orientarse hacia una legislación internacional”.

 

Traducción de Miguel López

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