Radio Begum, un rayo de luz en la noche de las mujeres afganas

Hamida Aman, a la izquierda, fundadora de Radio Begun.

Rachida El Azzouzi (Mediapart)

Aferrarse a la esperanza, incluso cuando la desesperación amenaza con barrerlo todo, cuando los rostros de miles de mujeres atormentan tus noches, niñas, adolescentes, estudiantes, madres que se hunden bajo tantas restricciones.

Ese podría ser el lema de Hamida Aman, fundadora de Radio Begum, "la radio de las reinas" en farsi, una isla única de libertad y resistencia frente a los talibanes, una radio por y para mujeres con sede en Kabul (Afganistán) sostenida económicamente por Naciones Unidas y donaciones privadas, con treinta mujeres periodistas y presentadoras que se turnan al micrófono para servir a sus millones de hermanas afganas.

El objetivo es claro, de hecho es una emergencia: sacarlas del infierno talibán por unas horas, apoyarlas, entretenerlas, educarlas en un momento en que los fundamentalistas islámicos las privan del derecho fundamental a la educación, en un momento en que el oscurantismo las sume en una desesperación extrema. Algunas incluso se suicidan. Todo ello respetando las drásticas normas impuestas por los talibanes para no acabar en sus cárceles, para no perder su frecuencia.

Hamida Aman se aferra a la esperanza, "porque le da energía para luchar". La busca en un mar de sufrimiento, y la encuentra, por ejemplo, en los ojos de las mujeres que se enfrentan a los talibanes en las calles de Kabul, permitiéndose la libertad de ejercer un oficio reservado a los hombres, vendiendo frutas y verduras y comida callejera en lugares públicos, vestidas con el hiyab de rigor, o una abaya y una mascarilla sanitaria para ocultar sus rostros, porque es más barato que un burka. “Esas mujeres eran funcionarias, profesoras y médicas antes de la caída de Kabul".

También encuentra esperanza en la misión que la impulsa, mantener viva Radio Begum bajo el yugo de los talibanes. Se exilió a Suiza a los 8 años con su familia, huyendo de la ocupación soviética, y regresó años después a su tambaleante país.

Mediapart: ¿Qué le cuentan de su vida cotidiana las mujeres que escuchan Radio Begum?  

La mayoría están encerradas entre cuatro paredes. Ya no tienen ningún motivo para salir. Los talibanes han cerrado todas las salidas. Hay algunos lugares que resisten en el centro de Kabul, pero sólo un puñado de mujeres tiene acceso a ellos. A esto se añade la catastrófica situación humanitaria.  

Todo se acelera: empobrecimiento, deterioro de la salud física y mental. Cada vez es más difícil acceder a alimentos variados y a medicamentos. El mercado está inundado de medicamentos caducados o falsificados como consecuencia de las sanciones impuestas a la población. Hemos perdido muchos médicos. Nuestra radio da muchos consejos sobre nutrición, animando a la gente a comer cinco frutas y verduras al día, ¡pero hay que poder encontrarlas!  

¿Cómo sortear las numerosas líneas rojas del régimen talibán sin poner en peligro a su equipo y a usted misma?   

Un medio de comunicación que emite desde Kabul está más seguro en estos momentos que en algunas provincias. A algunos de nuestros reporteros de fuera de la capital les resulta cada vez más difícil enviarnos reportajes. Recientemente, fue castigada una mujer que concedió una entrevista a Radio Begum: le cerraron su taller de costura durante diez días. Y eso que habíamos tomado todas las precauciones. 

Ante las restricciones, nos adaptamos. Por ejemplo, tenemos prohibido hablar de anticonceptivos. Así que en antena hablamos del espaciamiento de los nacimientos, ensalzando sus beneficios para la salud de la madre, el niño y la familia. Cambiamos nuestro vocabulario para no utilizar las palabras "planificación familiar", "preservativos", "DIU" o "píldoras anticonceptivas".  

Radio Begum nunca menciona a los talibanes ni al gobierno. Tenemos que respetar una serie de prohibiciones, como no entrevistar a hombres, no emitir música, no mencionar la situación política ni ninguna noticia que pueda debilitar al Estado, etc. Lo hacemos para no ponernos en peligro y para poder seguir hablando con las mujeres, las más vulnerables, las de las zonas rurales, que se enfrentan a una vida cotidiana muy complicada. Intentamos distraerlas.

 

El objetivo es mejorar la vida cotidiana de las oyentes.

¿Cuáles son sus subterfugios para conseguirlo? 

¡La creatividad! Pronto lanzaremos un programa de meditación. También organizamos concursos de poesía, juegos de cultura general, lecturas, etcétera. El objetivo es siempre el mismo: mejorar la vida cotidiana de las oyentes. Somos una radio participativa, así que recibimos muchas llamadas, incluso de hombres, pero las filtramos porque sólo se nos permite responder sobre temas de salud, no de entretenimiento.  

Ustedes contrarrestan la prohibición de que las chicas mayores de 12 años tengan acceso a la educación impartiendo clases a través de las ondas. ¿Cómo se explica que los talibanes toleren esta afrenta?  

Las iniciativas educativas a través de los medios de comunicación o la tecnología digital parecen tolerarse, sin duda porque no exigen que las mujeres salgan de casa. También están surgiendo numerosas escuelas clandestinas. En algunas regiones, las autoridades hacen la vista gorda. Eso revela hasta qué punto el tema de la educación divide incluso el movimiento talibán. Para algunos talibanes, la educación para todos es la base del Islam. 

Ofrecemos seis horas diarias de educación a las chicas de secundaria, la mitad en pastún y la otra mitad en dari. Estos cursos siguen el plan de estudios del antiguo régimen. Habíamos empezado a impartirlos antes del regreso de los talibanes, porque muchas escuelas habían sido cerradas por motivos de seguridad debido a los atentados o por razones sanitarias a causa del Covid.  

Enseñamos todas las asignaturas excepto física, química y matemáticas, que son muy difíciles de aprender en audio, porque se necesita contenido visual. El inglés es una asignatura muy popular, es la ventana al mundo, el idioma que hay que dominar, porque todas sueñan con escapar algún día de Afganistán. 

También ofrecen apoyo psicológico. ¿Ha habido un aumento de llamadas entre agosto de 2021 y ahora? 

Sí, claramente, hasta el punto de que hemos pasado de una hora de apoyo al día a dos horas. Hay más llamadas después de cada restricción. Mujeres angustiadas nos cuentan cómo cae en picado su vida social, cómo se reduce su espacio, cómo las asfixian y cómo aumenta la violencia en la intimidad del hogar. Cada vez más mujeres mencionan el suicidio. Aumentan los matrimonios precoces, incluso en ciudades como Kabul, porque las mujeres se ven obligadas a quedarse en casa y no tienen perspectivas. 

El objetivo no es deprimir más a las oyentes y que hablen durante dos horas de sus desgracias, sino ofrecerles alguien que escucha, un lugar donde puedan exponer su angustia, hablar de cuestiones sociales, de convivencia, de tabúes, por ejemplo de la presión social para casarse, de las familias que se endeudan para casar a uno de sus hijos, de las que casan a sus hijas a los 16 años o incluso antes. Intentamos combatir algunas costumbres sociales, culturales y religiosas muy graves.

 ¿Cómo se lucha contra las que emanan de la ley islámica, la sharia, que obsesiona a los talibanes?  

Dos periodistas que han estudiado teología, la sharia, dirigen un programa de consejos espirituales durante una hora diaria. Hablan de los derechos y deberes de las mujeres bajo el prisma del islam, basándose en los escritos del Corán, en cuestiones de divorcio, herencia, custodia de los hijos, derecho al trabajo, educación, etc. El objetivo es ayudar a las oyentes a utilizar argumentos cuando se enfrentan a problemas en su entorno.  

La violencia contra las mujeres comienza muy a menudo en el hogar. A la violencia masculina puede añadirse la de las suegras y cuñadas, que pueden ser extremadamente crueles. A través de este programa religioso, intentamos predicar a nuestras hermanas la sororidad y la solidaridad, utilizando argumentos religiosos imparables.  

Los hombres también nos llaman y nos hacen preguntas, porque están perdidos y angustiados por la interpretación tan rigurosa del Islam que hacen los talibanes.

 

Calculamos que llegamos a entre 500.000 y 1 millón de mujeres cada día.

¿Han podido evaluar el impacto de Radio Begum?  

El impacto es difícil de evaluar, al igual que el índice de audiencia. Ahora tenemos doce emisoras en todo el país y en los próximos quince días añadiremos cuatro más. Cubrimos veinte de las treinta y cuatro provincias del país. Nos escuchan por FM, pero también por satélite.  

Basándonos en las zonas de captación de población donde emitimos, calculamos que llegamos a una horquilla base de entre 500.000 y 1 millón de mujeres cada día. La radio es muy popular en las provincias y más asequible que la televisión: por dos euros, se puede tener una pequeña radio de fabricación china. Aunque pocas mujeres tienen un smartphone, muchas tienen un pequeño Nokia que les permite escuchar la radio sin consumir datos. 

Usted lanzó Radio Begum desde Kabul en 2021, un 8 de marzo, un día simbólico en la lucha por los derechos de las mujeres, cinco meses antes del regreso de los talibanes. ¿Intentaron silenciarla una vez en el poder? 

Con los talibanes, lanzar una iniciativa en favor de las mujeres es un caso de doble o nada, pero la experiencia nos ha ayudado llevo más de diez años dirigiendo otra emisora de radio y hemos superado los obstáculos para mantener nuestra frecuencia. Sigue habiendo obstáculos administrativos y nos vigilan de cerca, pero conseguimos trabajar.  

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Radio Begum nació durante las conversaciones en Doha (Qatar) entre los americanos y los talibanes en 2020, cuando el mundo estaba confinado por el coronavirus. Intuíamos que el viento estaba a punto de cambiar, que las mujeres en particular iban a ver afectadas sus vidas y sus derechos, pero no podíamos imaginar que se produciría el desastre, que los talibanes recuperarían todo el poder, que el régimen se derrumbaría. Pensamos que la mejor manera de hacer oír la voz de las mujeres era la radio. Es como una luz en la noche.

 

Traducción de Miguel López

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