España lidera en Europa el tratado de los océanos de la ONU, pero el acuerdo está muy lejos de entrar en vigor

Buceadores científicos evalúan la biodiversidad marina en la cima de un monte submarino en Porto Santo, Madeira, Portugal.

España ratificó este martes el Tratado de Alta Mar de Naciones Unidas y se convirtió en el primer país de la Unión Europea en hacerlo. Este pacto global pretende proteger un 30% de las aguas del mundo que no tienen jurisdicción, donde la pesca ilegal y el vertido de residuos actúa con impunidad. En este momento, menos del 2% de las aguas de alta mar están protegidas, y la creación de estos santuarios permitirá salvaguardar especies en riesgo de plantas y peces. El problema es que hace falta que ratifiquen el tratado al menos 60 países para que entre en vigor y por ahora solo se cuentan 16, incluyendo a España.

Los defensores de la naturaleza han apodado a este tratado 'la Constitución de los Océanos', o 'el Acuerdo de París de los Océanos', por la enorme relevancia que tiene para la conservación marina. Supone que decenas de países se unan para controlar y proteger la mitad de la superficie de la Tierra, donde hasta ahora solo estaban presentes algunas agencias gubernamentales con una capacidad de vigilancia ínfima.

Así definió el tratado este martes Sara Aagesen, ministra de Transición Energética: “Es un instrumento global y jurídicamente vinculante que protege la biodiversidad, y es algo que hasta ahora no ocurría más allá de las 200 millas náuticas de jurisdicción nacional. Nos permite enfrentarnos de manera unida a la crisis climática y a la presión enorme que sufren los océanos por la acidificación, por la sobreexplotación y por la contaminación”. También añadió que el compromiso con los océanos del Gobierno español va de la mano con su preocupación por las aguas nacionales: si el año pasado España tenía protegido el 21% de sus mares, en 2025 el ministerio quiere alcanzar el 25%, con la meta de llegar al 30% en 2030.

Según explicó Aagesen, una vez que España ha ratificado el acuerdo, queda a la espera de que otros tantos países se sumen y lo avalen en sus parlamentos nacionales. Más de un centenar de países de todo el mundo han firmado hasta ahora su compromiso con el Tratado de Alta Mar, de manera que el Gobierno español es optimista en que más pronto que tarde se alcance esa cifra mínima de 60 países con el acuerdo ratificado. Una vez que se alcance esa cantidad, el pacto entrará en vigor con un decalaje de 120 días.

La Comisión Europea ya reclamó el año pasado a los 27 estados miembros que ratifiquen este pacto de los océanos antes del próximo mes de junio, cuando tendrá lugar la cumbre de Niza de las Naciones Unidas sobre los Océanos. Cuatro países europeos ya han aprobado en sus parlamentos la unión al tratado, y solo tienen que entregar la documentación en la sede de la ONU, en Nueva York para ratificarlo de manera definitiva.

Aagesen explicó que una vez que entre en vigor el tratado, la primera obligación que tendrá España y el resto de firmantes será escoger las áreas de alta mar que quedarán protegidas en el acuerdo, equivalentes al 30% de la superficie marina sin jurisdicción. Una parte de las tareas que tendrán los países europeos sobre estos santuarios será competencia de la Unión Europea, no de los gobiernos nacionales, pero la ministra sí añadió que España tendrá el compromiso de aportar conocimiento, equipos y expertos a la comunidad científica que monitoree estos enclaves oceánicos.

Eva Saldaña, directora de Greenpeace, también compareció junto a la ministra y explicó que el gran paso de este tratado es que por fin la comunidad internacional se une para controlar un área inmensa que estaba abandonada. “Hasta ahora el alta mar estaba supervisada por la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA) y algunas organizaciones regionales pesqueras, pero con la entrada en vigor de este acuerdo pasaremos a un sistema de gobernanza global centrado en la protección. En lugar de que los océanos estén gestionados con la vista puesta en la explotación y la pesquería, cambiamos el diálogo para que se oriente hacia la gestión del ecosistema”, señaló la portavoz ecologista.

Greenpeace ya ha propuesto algunos de los enclaves oceánicos que podrían formar parte de este 30% de los santuarios. El Mar de Sargazos, ubicado en el Atlántico norte, cerca de Cuba. El Monte Emperador, una cadena de volcanes submarinos ubicada en Hawái. Y el Mar de Tasmania, situado en el Pacífico, al este de Australia.

También participó en la presentación Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF España, que destacó que la península es una potencia pesquera global, y que España haya decidido adelantarse al resto de países vecinos en la ratificación del tratado será un ejemplo para el resto. “Es el tipo de noticias que necesitamos en este momento, cuando la llamada del individualismo suena en todo el planeta, y hay un ataque a las organizaciones internacionales y a la ciencia”, dice en referencia a la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París, que será efectivo dentro de un año. De hecho, Estados Unidos también firmó en septiembre de 2023 su compromiso con el Tratado de Alta Mar, bajo la administración de Joe Biden, pero no parece que la Administración de Donald Trump vaya a continuar con la ratificación.

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