Hace casi un año de la dana de Valencia, un desastre climático que acabó con la vida de 237 personas, en el que las infraestructuras jugaron un papel crucial. La gran riada de 1957 llevó a la reconstrucción del cauce del Turia para evitar que el agua entrase en la ciudad, pero todavía quedan por proteger el resto de pueblos y municipios de la cuenca. José Trigueros (74 años, Madrid), presidente de la Asociación de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, y presidente del Instituto de la Ingeniería de España hasta 2024, aboga ahora por recuperar esas grandes obras que se impulsaron en el siglo pasado.
El Plan Hidrológico Nacional de 2001 incluía la construcción de las presas de Estubeny, Montesa, Marquesado y Vilamarxant, aunque con el paso de los años se han quedado en un cajón por problemas geológicos, como ocurrió con el famoso embalse de Cheste, o por cuestiones políticas y económicas. En una conversación con infoLibre, Trigueros propone volver a poner en marcha la construcción de esos embalses, en un momento en que el Gobierno central apuesta claramente por una alternativa menos invasiva desde el punto de vista ambiental.
¿Por qué la dana de Valencia fue tan mortífera?
Porque no se han construido las infraestructuras planificadas, como los desvíos de las ramblas o la presa de Cheste. Aunque no hubieran evitado todo el desastre, sí que habrían reducido mucho el impacto.
Dos de las obras proyectadas, por desgracia, se paralizaron en 2021 buscando que fueran ambientalmente y económicamente viables. Parece mentira también que la Confederación Hidrográfica del Júcar no tenga un Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) modernizado como la del Ebro, donde tienen modelos a 72 horas vista a partir de los datos meteorológicos. Lo del año pasado fue una concatenación de problemas.
Pero muchas de estas obras ya se cayeron años antes. En 2017 ya había problemas de financiación.
Sin duda, la historia tiene años. La culpa no es achacable a una administración concreta porque también bajo el Gobierno del PP se desestimaron muchas actuaciones. El Ministerio de Transición Ecológica tuvo una influencia decisiva en estas obras paralizadas, pero en el pasado ya se congelaron otras.
La propuesta de construcción de la presa de Cheste fue muy controvertida, ¿defiende su construcción?
Sobre ese tema hay mucho debate. Pero sí hay otras presas previstas que no se han hecho: la del Marquesado, la de Montesa, la de Estubeny y la de Vilamarxant. Y son embalses que deben hacerse para evitar una nueva tragedia.
Es muy importante también reforzar la presa de Forata. Dentro de lo malo, tuvimos mucha suerte en que no se viniera abajo. Es cierto que una presa de gravedad no se puede romper, pero el estribo derecho no está bien consolidado desde que se construyó, y si llega a rebosar el agua por esa zona, se habría limado la sujeción del estribo y se habría caído. Según los estudios, faltó muy poquito. Si hubiera llovido una hora, u hora y media más, habría ocurrido. Hay que revisar la seguridad de las presas en España.
¿Diría que la provincia de Valencia es la más expuesta a las inundaciones?
Todo el arco mediterráneo está expuesto a lluvias torrenciales, pero Murcia me preocupa muchísimo, y Almería y Málaga también. Cuando visito sus ramblas y veo que hay casas metidas hasta dentro de ellas, me da un patatús.
En general, en toda la costa tenemos barrancos y ramblas con inundaciones que datan del año 1300. Por ello tenemos que actuar de forma inmediata. Creo todo el mundo se está concienciando del riesgo, y tanto el proyecto de reconstrucción de la Generalitat como el del Ministerio de Transición Ecológica son esenciales. Creo también que las desgraciadas 230 muertes de Valencia van a salvar muchas vidas en otras zonas de España.
Sin embargo, me faltan estas presas, que son imprescindibles si vuelve a llover en la parte alta de Valencia. No olvidemos que cuando ocurrió el desastre de Tous se hizo una obra magnífica, el desvío del Turia. Si no se hubiera ejecutado, Valencia ciudad se habría inundado también en 2024.
El grueso de las obras del Miteco no empezará al menos hasta 2026, ¿estamos ahora preparados para otra dana?
Si se produjera ahora lo mismo que el año pasado, desde el punto de vista hidráulico, el 80% de lo que ocurriría sería igual. Donde no pasaría lo mismo es en el plano civil, porque ese día las alertas no funcionaron. Desde luego, hay una serie de obras que realizar y ya vamos tarde con ellas.
¿Cuánto costarían todas las obras que propone?
Yo apoyo completamente el informe técnico de la Confederación de Empresarios de la Comunitat Valenciana [que incluye la construcción de las cuatro presas]. No es demasiado dinero. Son 1.700 millones de euros, que puede parecer mucho, pero comparado con lo que se gasta la sociedad en las inundaciones, no es nada.
También tengo que decir que el problema de ejecutar esas obras es que la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) no tiene personal. Se ha recortado la plantilla de las confederaciones en un 25-30% desde que se crearon, y tienen menos técnicos e ingenieros… y esto es algo que los políticos deben mirar.
Aprovecho para decir que un ingeniero responsable de la seguridad de las personas tendría que tener un complemento específico al menos igual que el de un técnico de Hacienda, pero es una tercera o cuarta parte. En fin, eso hace que muchos ingenieros competentes desaparezcan de las administraciones.
En la respuesta a las inundaciones hay un debate entre apostar por las infraestructuras grises (obras civiles) o las verdes (proyectos ambientales) ¿Dónde se posiciona usted?
Yo no participo en esa lucha de infraestructuras. Apoyo decididamente los corredores verdes, las lagunas de inundación, la reforestación de las cuencas altas… Son fundamentales porque permiten que el agua no vaya como una torrentera, y son perfectamente compatibles con la ingeniería.
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Hay soluciones infinitas de la ingeniería para salvar bienes y personas, y son compatibles con el medioambiente. No hay que demonizar las obras hidráulicas, que creo que han estado demonizadas en los últimos años.
Hay más de 600.000 personas viviendo en la Comunitat Valenciana en zonas inundables ¿Una parte de estos hogares son insalvables?
Claro. Cuesta mucho decirlo, pero algunas zonas tendrían que quedarse fuera de ordenación. Mientras estén las casas, podrán vivir allí, pero una vez que se quiera hacer una reforma o si la casa se cae, no se debe volver a construir. Por supuesto, habría que compensarles con otra casa, aunque con la escasez de vivienda que vivimos ahora, parece una utopía.
Hace casi un año de la dana de Valencia, un desastre climático que acabó con la vida de 237 personas, en el que las infraestructuras jugaron un papel crucial. La gran riada de 1957 llevó a la reconstrucción del cauce del Turia para evitar que el agua entrase en la ciudad, pero todavía quedan por proteger el resto de pueblos y municipios de la cuenca. José Trigueros (74 años, Madrid), presidente de la Asociación de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, y presidente del Instituto de la Ingeniería de España hasta 2024, aboga ahora por recuperar esas grandes obras que se impulsaron en el siglo pasado.