En el Mediterráneo español se esconde una de las plantas marinas que mejor combate el cambio climático

La planta más común del litoral español es también una de las especies marinas más eficientes absorbiendo el dióxido de carbono que se acumula en la atmósfera y calienta el planeta. La Posidonia oceanica, una especie de matorral que se encuentra sumergida a lo largo de todo el litoral mediterráneo, tiene una enorme capacidad para almacenar carbono y es uno de los sumideros de CO₂ más efectivos de la naturaleza. Hasta el punto de que las praderas de posidonia españolas acumulan más dióxido de carbono que las de México o casi tanto como las de Estados Unidos, con una fracción de su tamaño.

Óscar Serrano, investigador del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC), ha coordinado el primer inventario global de praderas submarinas y captura de CO₂, y revela la altísima capacidad de estas plantas para combatir el cambio climático, a la altura de los humedales tropicales. Los conocidos como bosques azules ocupan menos del 0,2% del fondo océano, pero almacenan más del 10% del carbono que los océanos absorben cada año. Aunque este gas de efecto invernadero se acumula en la atmósfera, alrededor de un 30% se disuelve en el agua.

El estudio, publicado en la revista Nature, calcula que las plantas marinas –donde no se incluyen las algas– absorben globalmente unos 40 millones de toneladas al año de CO₂, aunque no todas las especies son iguales. La variante que está en el mar Mediterráneo, la Posidonia oceanica, es especialmente efectiva, y eso convierte a España en uno de los sumideros de carbono más poderosos gracias a los bosques marinos que hay de manera casi ininterrumpida desde Girona hasta Granada, incluyendo las Islas Baleares, según el experto en ecología marina.

"En España no solo tenemos una gran extensión de praderas marinas en el Mediterráneo y el Cantábrico, sino que tenemos a la planta reina, la Posidonia oceanica. Es una de las especies más grandes que existen en el mar y eso permite que acumule mucho carbono en su biomasa", explica el investigador. En otras zonas del mundo hay variantes de posidonia diferentes y otras plantas que también realizan esta labor de absorción, pero no con la misma intensidad.

Cada hectárea de pradera marina que vive en el planeta acumula de media anualmente 1,5 toneladas de CO₂, pero la abundancia de Posidonia oceanica en España eleva esa cifra hasta las 7,3 toneladas por hectárea, situándose como la segunda región del mundo –después de Malta– que más carbono atrapa a través de las praderas por kilómetro cuadrado.

De esta manera, aunque España tiene una superficie de plantas marinas (275.000 hectáreas) muy inferior a otros grandes países –como Italia (900.000 hectáreas), México (960.000), Cuba (1.600.000) o Estados Unidos (1.600.000)–, tiene almacenada una cantidad total de carbono superior a casi todos ellos. España guarda en sus praderas acuáticas un total de 2 millones de toneladas de CO₂, y solo la supera Estados Unidos (2,58 millones de toneladas), Italia (3,77) y Australia (12,7). 

Como subraya el ecólogo, estos cálculos solo corresponden a las plantas oceánicas y no incluyen la absorción de carbono de otra vegetación acuática, como las algas, el fitoplancton, las marismas y los manglares. De manera que la capacidad total de las aguas de absorber carbono es mucho mayor, aunque esos biomas no se han estudiado en este análisis.

La Posidonia oceanica abarca el 71% de las praderas marinas de España, pero en la costa también habitan otras plantas acuáticas (angiospermas) como la Cymodocea nodosa (Mediterráneo) y la Z. noltii (Cantábrico y Atlántico). Serrano explica que la enorme capacidad de absorción de carbono de la variedad oceanica radica en el tamaño de sus hojas, unas cintas que parten de un rizoma de las que pueden brotar flores y frutos. La alta densidad de estas plantas y su continuidad a lo largo de cientos de kilómetros, forma bosques submarinos que además de limpiar la atmósfera producen oxígeno y sirven como refugio y lugares de reproducción para los animales.

Una vez que las plantas absorben este gas, que se encuentra disuelto en el agua, lo almacenan en sus raíces y hojas, y lo transforman en carbono orgánico mediante la fotosíntesis. Este proceso es clave en el gran rompecabezas que provoca el calentamiento de la Tierra, ya que reduce la concentración carbono en los océanos y da más espacio al agua para que siga absorbiendo CO₂ de la atmósfera, puesto que los mares tienen una capacidad limitada para disolver el carbono.

"Los océanos no pueden absorber CO₂ ilimitadamente, sino que dependen de un equilibrio que tienen con la atmósfera. Igualmente, un exceso de carbono produce la acidificación del agua, por eso es tan importante proteger las praderas marinas", resume Serrano. El incremento de la acidez de los mares, o lo que es lo mismo, la reducción de los niveles de pH, pone en riesgo la vida de plantas y corales. El pH del agua de mar ha disminuido de 8,11 en 1985 a 8,04 en 2024 por el incremento del CO₂.

Las lluvias torrenciales amenazan la vegetación marina

El objetivo de este estudio, en el que han participado 25 investigadores de todo el mundo, era conocer la capacidad real de mitigación del cambio climático de las plantas marinas, que a menudo pasan desapercibidas en los programas políticos de reducción de emisiones. El impacto global de esta vegetación sobre las emisiones es limitado –las 2.000.000 de toneladas de CO₂ que absorben en España suponen menos del 1% de las emisiones anuales del país–, pero aportan su grano de arena. 

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Aunque parezca una cifra pequeña, perder estos sumideros naturales supondría un problema exponencial a largo plazo porque funcionan como una esponja continua que filtra el agua. Los autores estiman que, a nivel mundial, se ha perdido el 30% de las praderas submarinas desde finales del siglo XIX, y 15% ha desaparecido en las últimas décadas.

El biólogo del CEAB subraya que una de las razones de pérdida de praderas son las lluvias torrenciales, que arrastran lodos y basura al Mediterráneo y erosionan la costa y entierran la posidonia, matando masivamente la vegetación marina. Un estudio sobre el temporal Gloria de enero de 2020, que dejó lluvias intensas en todo el litoral e inundaciones, reveló que más del 50% de las localizaciones estudiadas de plantas marinas quedaron desenterradas y unas pocas sepultadas, lo que puede provocar su muerte. 

Aunque la respuesta a los temporales es limitada, porque el agua siempre termina siendo canalizada al mar, Serrano propone compensar estas pérdidas mediante plantaciones masivas de praderas con ayuda de buzos, una práctica cara, pero que se ha desarrollado con mucho éxito en Estados Unidos y Australia.

La planta más común del litoral español es también una de las especies marinas más eficientes absorbiendo el dióxido de carbono que se acumula en la atmósfera y calienta el planeta. La Posidonia oceanica, una especie de matorral que se encuentra sumergida a lo largo de todo el litoral mediterráneo, tiene una enorme capacidad para almacenar carbono y es uno de los sumideros de CO₂ más efectivos de la naturaleza. Hasta el punto de que las praderas de posidonia españolas acumulan más dióxido de carbono que las de México o casi tanto como las de Estados Unidos, con una fracción de su tamaño.

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