Facebook y Youtube declaran la guerra a los talibanes, Twitter se mantiene neutral y WhatsApp ya es (sin querer) su aliado

Cuando los talibanes tomaron Kabul en 1996, ni Internet ni, mucho menos, las redes sociales eran una realidad tan presente como en nuestras vidas actuales. En aquella ocasión y como ocurrió este domingo, cuando los insurgentes aparecieron en las puertas de la capital afgana, no hubo una férrea defensa de la ciudad. Pero, en 25 años, muchas cosas han cambiado y una de ellas ha sido la fórmula para comunicarse entre ellos y con la sociedad afgana, aunque también con el resto de población mundial. Las plataformas se han convertido, sin pretenderlo, en una nueva arma para el grupo islamista en un país en el que los índices de acceso a Internet no superan el 13% de la población, según datos de julio de 2018 que publica la CIA en su web.

Por ejemplo, a primera hora de la mañana del domingo 15 de agosto, cuando decidieron que iban a "esperar a las puertas" de la ciudad, los talibanes recibieron la orden vía Twitter. Y volvieron a recurrir horas después a la misma red social para anunciar que ahora podían "entrar en determinadas partes" para "evitar saqueos y caos". Para informar a los habitantes de Kabul, los talibanes enviaron mensajes a través de  grupos de WhatsApp. Según explica The Washington Post, el grupo escribió que estaban "a cargo de la seguridad" de la ciudad, que "nadie correrá peligro" y que "el Emirato Islámico les asegura que nadie debe entrar en pánico ni sentir miedo". Asimismo, también enumeraban números de teléfonos por barrios a los que los ciudadanos debían llamar si veían "comportamientos irresponsables".

Así, Twitter y WhatsApp se convirtieron el domingo en aliados inesperados y silenciosos para los talibanes durante la toma de Kabul. Pero esto ha cogido a muy poca gente por sorpresa, porque lo llevan siendo meses. Y sólo hay que echar un vistazo a los perfiles de las caras visibles de este grupo islamista. El portavoz más famoso de los talibanes, Zabihullah Mujahid, tiene en su perfil en la red social del pajarillo azul más de 319.000 seguidores. El portavoz de la oficina política del Estado Islámico de Afganistán con sede en Qatar, Mohammed Naeem, tiene más de 213.000 seguidores; y el portavoz internacional Suhail Shaheen, que comparte los mensajes en inglés, suma más de 361.000. Y, este miércoles, los tres perfiles aún estaban totalmente operativos.

Perfiles de Twitter de los tres principales portavoces de los talibanes: Zabihullah Mujahid, Mohammed Naeem y Suhail Shaheen.

Twitter está haciendo "prevalecer la libertad de expresión"

Twitter no cuenta con una política general en contra el uso por parte de los talibanes. No obstante, desde la red social explican a infoLibre que su equipo "brinda cobertura global las 24 horas del día, los 7 días de la semana para hacer cumplir de manera proactiva nuestras reglas, específicamente las políticas que prohíben la glorificación de la violencia, el comportamiento abusivo, la conducta de odio, los deseos de hacer daño y la sangre gratuita". Asimismo, reconocen que han priorizado "el etiquetado de los tuits para proporcionar contexto". Especificamente sobre Afganistán, la plataforma admite que la situación está "evolucionando rápidamente" y que su principal prioridad es "mantener a las personas seguras y nos mantenemos alerta": "Estamos tomando medidas para salvaguardar las voces de aquellos en nuestro servicio que representan a grupos protegidos, incluidos trabajadores humanitarios, periodistas, organizaciones de medios de comunicación, activistas de derechos humanos y otros".

No obstante, esta permisividad de Twitter con respecto a los talibanes no está sentando nada bien entre los votantes republicanos que recuerdan que la red social aún mantiene vetado al expresidente Donald Trump tras alentar a los atacantes del Capitolio el pasado 6 de enero. "Parece un poco incomprensible, pero la diferencia es que Trump era un presidente saliente, pero los talibanes es un grupo que se está haciendo con un Gobierno", admite Miquel Pellicer, director de comunicación digital en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), sobre esta decisión con la que está haciendo "prevalecer la libertad de expresión".

No obstante, el también periodista y antropólogo también recuerda que hay que tener en cuenta el contexto actual: los talibanes están "mostrando pequeños cambios, aparentemente". Sin citarlos expresamente, este experto se refiere a esas imágenes virales que llevan circulando desde el domingo por Twitter de los insurgentes en los coches de coche, en el gimnasio o comiendo un helado. "Son relaciones públicas", reconoce Pellicer que insiste en que hay que esperar a ver qué pasa "en las próximas semanas con los opositores y con las mujeres".

Mientras los talibanes muestran en sus perfiles tuiteros a la comunidad internacional sus avances en Kabul y su mejor cara, el resto de plataformas mantienen una postura totalmente contraria. "Estamos en un momento en el que la diplomacia digital está haciendo equilibrios porque estamos ante un grupo recocido como terrorista por la Administración de EEUU que está llegando a un Gobierno", expone Pellicer. "Las redes sociales son territorios muy arbitrarios", insiste este experto que apunta que "siempre hay diferentes posturas" y que en esta ocasión, "Facebook y YouTube siguen el precepto del Gobierno estadounidense de mantenerlos como grupo terrorista, mientras que Twitter les mantiene las cuentas abiertas".

El problema de Facebook es el cifrado de WhatsApp

En el caso de Facebook, un portavoz explica a infoLibre que "esto significa que eliminamos las cuentas mantenidas por los talibanes o en su nombre y prohibimos el elogio, el apoyo y la representación de ellos". Asimismo, también recuerda que llevan aplicando esta política de personas y grupos peligrosos a los talibanes "durante muchos años, muchos antes de los acontecimientos de los últimos meses" y aclara que la compañía "no toma decisiones sobre el Gobierno reconocido en ningún país en particular, sino que respeta la autoridad de la comunidad internacional al tomar estas determinaciones". "Independientemente de quién tenga el poder, tomaremos las medidas adecuadas contra las cuentas y el contenido que infrinja nuestras reglas", admiten desde la red social.

Sin embargo, los talibanes han encontrado más de un resquicio para saltarse este veto en la red social por antonomasia. The New York Times ha encontrado ejemplos de cuentas y publicaciones a favor de los talibanes en la plataforma, incluida una página de Facebook que se calificaba de tienda de comestibles pero que publicó mensajes a favor de los insurgentes en los últimos días.

La prohibición también se aplica a Instagram y WhatsApp. Pero, parece que el servicio de mensajería continúa siendo, sin quererlo, un aliado de los talibanes. Esto se podría deber a que las conversaciones en la aplicación están cifradas de "extremo a extremo". Este sistemaimpide el acceso no autorizado a los diálogos privados de los usuarios ya que la información sale cifrada del móvil del emisor y sólo se descifra al llegar al destinatario, quedando oculta para el propietario del servidor. Un portavoz se negó a responder a Vice sobre cómo era posible que los talibanes siguiesen usando la plataforma con la actual política de Facebook y recordó que "como servicio de mensajería privada, no tenemos acceso al contenido de los chats personales". No obstante, matizó que "si nos damos cuenta de que una persona u organización sancionada puede tener presencia en WhatsApp, actuamos", señalan desde el servicio de vídeos.

Google y TikTok también eliminan el contenido de los talibanes

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Google, por su parte, explica a infoLibre que darán de baja "aquellas cuentas que se consideren propiedad de los talibanes o que estén operadas por ellos, de conformidad con todas las sanciones aplicables y las leyes de cumplimiento comercial". Asimismo, este mismo portavoz recuerda que cuentan "desde hace mucho tiempo" con políticas que "prohíben el contenido que promueve el extremismo violento, incluido el reclutamiento la promoción de actos terroristas y la incitación a la violencia". Por su parte, un portavoz de YouTube matiza a este periódico que todo el contenido está sujeto "a sus condiciones de Servicio y a las directrices comunitarias" y que cumple con las "sanciones de EEUU pertinentes". "Por lo tanto, si identificamos una cuenta que se considere propiedad de los talibanes afganos y que esté operada por ellos, la damos de baja", reconoce al tiempo que insisten que sus políticas prohíben el contenido que incite a la violencia".

Con respecto a TikTok, la red social, la única que no tiene pasaporte estadounidense sino chino, no ha compartido oficialmente aún una declaración. No obstante, la plataforma afirmó a la CNBC que ha designado a los talibanes como una organización terrorista y que continúa eliminando contenido que "los alaba, glorifica o brinda apoyo".

Una de las preguntas que más se plantea estos días ante el avance talibán también en redes sociales es sí estas plataformas que los mantienen vetados cambiarán su postura al acceder oficialmente al poder de Afganistán. Pellicer lo tiene claro: "Creo que no van a dar marcha atrás. Y no deberían hacerlo porque su problema actual son los discursos de odio y llevarlo a cabo iría en detrimento suyo. Es más probable que Twitter bloquee estas cuentas a que Facebook, por ejemplo, dé marcha atrás". Para este experto, el objetivo de estas aplicaciones ahora es "intentar que la cosa no se desmadre" y recuerda lo sucedido durante los últimos años con el Estado Islámico y su propaganda que logró reunir una gran comunidad online.

Cuando los talibanes tomaron Kabul en 1996, ni Internet ni, mucho menos, las redes sociales eran una realidad tan presente como en nuestras vidas actuales. En aquella ocasión y como ocurrió este domingo, cuando los insurgentes aparecieron en las puertas de la capital afgana, no hubo una férrea defensa de la ciudad. Pero, en 25 años, muchas cosas han cambiado y una de ellas ha sido la fórmula para comunicarse entre ellos y con la sociedad afgana, aunque también con el resto de población mundial. Las plataformas se han convertido, sin pretenderlo, en una nueva arma para el grupo islamista en un país en el que los índices de acceso a Internet no superan el 13% de la población, según datos de julio de 2018 que publica la CIA en su web.

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