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¿Periodismo, publicidad o entretenimiento? Los 'zetas' convierten a los 'influencers' en gurús informativos

Fotomontaje con algunos 'influencers' de noticias: Piers Morgan, Hugo Décrypte, las fundadoras de Climabar, Jesús Cintora, Marina Then y Drafteados.

Lo mostró esta misma primavera la serie Las chicas del autobús y fue una realidad para los periodistas que acudieron el pasado agosto a la convención demócrata que encumbró a Kamala Harris. El panorama mediático tiene una nueva figura más allá de los encorsetados medios al calor de las redes sociales y la generación Z: los conocidos ya como influencers de noticias. Es decir, creadores de contenido que  informan sobre política, ciencia, deportes o cultura en vez de publicar el típico contenido lifestyle al que nos tienen acostumbrados la María Pombo, Dulceida o Alexandra Pereira de turno.

Aunque ficcionada, la serie de Max, que pasó con más pena que gloria por la plataforma, mostraba a cuatro mujeres perfectamente estereotipadas cubriendo las primarias de la carrera presidencial en EEUU. Por un lado, una joven e idealista reportera progresista, una veterana que saca exclusivas hasta de debajo de las piedras, y la periodista negra que trabaja en un medio ultraconservador. Y, por otro, el personaje que nos interesa aquí: la  creadora de contenido especializada en política que retransmite las ruedas de prensa a través de TikTok o Instagram mientras gestiona sus compromisos publicitarios. 

Esta última, Lola, podría haber sido perfectamente una de los más de doscientos influencers que, por primera vez, contaron con credenciales de acceso a la convención demócrata con acceso especial a portavoces o a escenarios para grabar de cerca los discursos para sus redes sociales. Un trato preferencial que no gustó demasiado al resto de prensa acreditada. 

En este punto, hay que tener en cuenta que el periodismo no es una profesión reglada en la mayoría de países de nuestro entorno. En el caso de España, por ejemplo, cualquiera puede autoproclamarse profesional de la información. Sin embargo, en este mundillo no suele sentar del todo bien que los famosos de turno, o influencers, se paseen con un carnet de prensa colgado del cuello en según qué escenarios. 

¿Cómo definimos entonces a estas nuevas figuras: periodistas, influencers de noticias o creadores de contenido informativo? "Depende. Lo que determina que algo sea periodismo no es el formato sino los procesos o los estándares que se siguen a la hora de contar una información", explica Belén Regueira, decana del Colexio de Xornalistas de Galicia. 

Para esta experta, el problema es doble. Por un lado, por la confusión entre periodismo y comunicación, que no es algo nuevo "porque no todo lo que se hace en los medios es periodismo". Y, por otro, por la propia palabra influencer ya que es un problema en sí porque "nos acerca más a la publicidad y a la opinión". "Contenido son muchas cosas, pero periodismo es algo muy concreto con unos valores muy determinados. Es cierto que hay formatos que sí que pueden seguir estos estándares y llegar a nuevas audiencias", señala Regueira. 

Vayamos ahora a los que están al pie del cañón en las plataforma y que podríamos encuadrar dentro de esta nueva etiqueta de influencers de noticias. ¿Cómo lo ven? "No me considero influencer para nada porque no influyo en absoluto. Soy periodista, aunque en redes sociales trate de forma más ligera los temas", defiende en conversación con infoLibre la tiktoker Martina Ortiz, conocida en Internet como Marina Then donde suma más de 100.000 seguidores. 

@thenmarina Este vídeo es una petición de mi mánager personal @Miss Loot a quien nunca hago caso o hago caso tarde (como hoy) jajaja #greenscreen #yerinha #bridgerton #netflix ♬ sonido original - Marina Ortiz Cortés

En cambio, Carmen Huidobro, una de las creadoras de Climabar —que cuenta con más de 80.000 followers— junto a Belén Hinojar, asegura que son "influencers" ya que "el trabajo de un periodista es muchísimo más completo": "Nosotras lo que hacemos es divulgación científica. Hablamos de noticias, pero todas tienen detrás algún aspecto de ciencia o un informe y nosotras intentamos hacerlo sencillo". 

¿Cómo se encuadra este fenómeno dentro del periodismo? 

A pesar de la fascinación que causó el trato VIP del equipo de Kamala Harris a estos creadores de contenido, la presencia de estas figuras no pillan por sorpresa a nadie dentro de la industria. Es más, en el informe Digital News Report 2024 ya se puso el foco en el auge de estos influencers de noticias gracias, especialmente, a YouTube, TikTok e Instagram —son mucho menos habituales en X y en Facebook— para hablar de política pero también para rellenar huecos informativos, por ejemplo, para cubrir guerras, como la de Gaza, Yemen o Ucrania, donde los medios tienen el acceso restringido. 

¿Van a sustituir estas figuras a los periodistas? "Los ciudadanos siguen valorando las marcas periodísticas. Que haya más actores informativos no implica necesariamente que el poder o la relevancia de los medios estén disminuyendo", indica Aurken Sierra, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra e investigador del Digital News Report en España. Es decir, para este experto no existe una correlación entre el auge de los influencers y un fin próximo del panorama mediático que conocemos actualmente. 

El problema de los propios medios: desconfianza, obsolescencia, desconexión con los jóvenes…

Aunque lo que está claro, tal y como resalta el Digital News Report, es que la vitalidad que muestran estas voces alternativas resalta "las debilidades percibidas de los medios en asuntos como la confianza, la diversidad y las narrativas digitales, al menos para algunas personas": "Las marcas periodísticas tradicionales tienen mucho que aprender sobre cómo involucrar mejor a las audiencias en un espacio cada vez más complejo y competitivo". 

Porque una de las causas detrás del auge de los influencers de noticias es la propia obsolescencia de los medios tradicionales. "La gente no los consume porque se cubren temas que no les interesan", reconoce Marina Ortiz. Tal y como recoge el Digital News Report, existe una brecha considerable entre las expectativas que los españoles tienen del periodismo y lo que realmente ofrece. 

"Hay una demanda de contenido inspirador que el periodismo tradicional no está satisfaciendo, lo que abre un espacio para que ciertos periodistas ofrezcan contenido más atractivo y fidelicen a su audiencia", sostiene Sierra. "Es evidente que hay un cambio evidente en que el acceso más habitual a la información ahora es a través de redes sociales antes que a través de los propios medios", matiza Regueira. 

El auge de las propias redes sociales

Otro de los motivos del apogeo de esta tendencia es la propia dinámica de Internet. "Este fenómeno responde a lo que consumen las personas en estas plataformas: como pasamos mucho tiempo en este espacio, ofrecen este contenido más informativo", explica Carmen Huidobro de Climabar. "Pasamos tanto tiempo en las redes que por la propia sensación de culpabilidad intentamos informarnos y no consumir solo contenido vacío como memes o bailes de TikTok", apunta Marina Ortiz que indica además los vídeos en Internet favorecen al "nuevo ratio de atención" que nos permite ver un vídeo de 60 segundos pero quizás no leer uno de los extensos temas de, por ejemplo, infoLibre

Durante los últimos años, las grandes plataformas sociales y de vídeo ofrecen ya poderosas herramientas a los creadores para una distribución global gratuita que se ha traducido en una gama cada vez más amplia de voces y miradas en cualquier aspecto, incluido el periodismo. "La profesión no debe tener tener miedo a explorar nuevos formatos, pero sí que hay que temer que nos den gato por liebre y, sobre todo, hacerlo compatible con una información de calidad", asegura Regueira que celebra que actualmente "la comunicación ya no sea tan unidireccional" como antes. 

También influye en la aparición de estas figuras la desinformación. En España, por ejemplo, un 70% de los encuestados en el Digital News Report están preocupados por qué es cierto y qué es falso. "Además el clima político y mediático actual fomenta dinámicas que invitan al público a ser más selectivo con la información que consumen", añade Sierra que recuerda que estamos entre los países con mayor fatiga informativa a nivel global.  "La información se ha democratizado mucho y obliga a la gente a saber de todo y a tener que comentar sobre todo. Por ello, ante el miedo de estar super fuera de la ola, recurren a vídeos de 30 segundos en TikTok sin comprobar su veracidad. Y por esto hay tanta desinformación", señala Belén Hinojar de Climabar. 

El poder de la generación Z

Y, por último y estrechamente ligado con las dos anteriores, son las nuevas necesidades de la generación Z que no conecta con el periodismo tradicional y que tienen a las redes sociales como su canal indiscutible de comunicación. "Las nuevas generaciones no consumen prensa o televisión", recuerda Marina Ortiz. "Comparten una desconfianza hacia los medios de comunicación u otros moderadores", completa Regueira que defiende que "la profesión tiene que tener curiosidad por abrir y adaptarse a nuevas maneras y escuchar lo que la sociedad necesita".

Eso sí, el caso de España, es un poco diferente al resto de países. Tal y como destaca el Digital News Report, los encuestados de EEUU y Brasil citan una mayor cantidad de cuentas alternativas o individuales en comparación con periodistas y medios, mientras que en Francia o Argentina, donde se registra una mención más pareja, el número uno se lo lleva un joven creador. "Los españoles confían más en los medios de comunicación que en políticos o celebridades para informarse a través de redes sociales", destaca Sierra. 

No todos los influencers de noticias son iguales

A pesar de la excepción española, lo que está claro es que, aunque el fenómeno de los influencers de noticias está en auge, no es uniforme y hasta se pueden distinguir dos tipos diferentes. Por un lado, periodistas ya veteranos que, por motivos diversos y variados, se reinventan en redes sociales. Es el caso en EEUU de Tucker Carlson, en Reino Unido de Piers Morgan, o en España de Jesús Cintora, que tiene ahora un canal de YouTube con más de 100.000 suscriptores, Nico Abad, más enfocado en deportes, o Nuria Marin, que triunfa en TikTok con más de dos millones de seguidores gracias a sus temas sobre el mundo del corazón y cultura pop. 

"Este fenómeno está relacionado con la credibilidad", sostiene Sierra que apunta que las encuestas muestran que en el caso de España "la trayectoria de un periodista juega un papel crucial en la confianza que depositan en las noticias, junto con la transparencia y la representación de personas con las que se sienten identificados". Según señala este profesor, en un contexto como el actual, marcado por la polarización, no es sorprendente que "el público recurra a canales digitales, donde pueden ser más selectivos y activos en la obtención de información".

Y, en la otra cara del fenómeno, los jóvenes, periodistas o no, que crean un espacio de información en sus propias redes sociales. Por ejemplo, en Francia, Hugo Travers, conocido en Internet como Hugo Décrypte, suma más de doce millones de seguidores entre todas sus plataformas y, según datos del Digital News Report, obtiene más menciones que grandes marcas como Le Monde o BFMTV. Tanto es así que en 2023 incluso entrevistó al propio Emmanuel Macron. Desde Reino Unido, le sigue muy de cerca Dylan Page con más de 11 millones de followers solo en TikTok. "En realidad, todo responde al mismo concepto. Hemos visto una oportunidad laboral, aunque yo, por ejemplo, no gano dinero con mis redes", reconoce Marina Ortiz. 

@hugodecrypte

Une grande partie de cette somme représente les indémnités de licenciement des collaborateurs des députés non-réélus.

♬ 抑郁(抖音版) - 7妹&琦妹儿

Los casos de Marina Then y Climabar

En España, en este grupo encontramos varios ejemplos. En el apartado más generalista está Ac2ality, conocido ya como el medio informativo en español más grande de TikTok con más de cinco millones de seguidores, o es.decirdiario de Sheila Hernández con casi un millón de followers en Instagram. Y también hay más de nicho como Drafteados de Sergio Andrés y José Saenz de Tejada sobre la NBA, o los que hemos comentado antes de Marina Then sobre cultura pop o Climabar sobre medio ambiente y la crisis climática.

@ac2ality Fuente: El País @merymurillo ♬ sonido original - ac2ality

En el caso de Marina Ortiz, la idea de convertir sus perfiles en redes sociales en un escaparate de vídeos explicando temas de cultura pop, como la actuación de Chapell Roman en los premios VMA de MTV, qué son los nepo babies o noticias sobre la realeza, respondió a la necesidad de "crear un portfolio profesional" ya que el trabajo que tenía por aquel entonces era "muy mecánico". Intentando siempre no dar pie a rumores, reconoce que creció muy rápido "de forma sorprendente". 

Para las chicas de Climabar, la idea surge "en pandemia". "Me quedé sin trabajo y como somos amigas de la infancia, teníamos más tiempo y siempre habíamos hablado de que había un nicho para hablar de información climática, decidimos economizar porque no se nos daba bien hacer pasteles pero sí beber y hablar de ciencia", sostiene Belén Hinojar que detalla que ella había estudiado comunicación audiovisual y su compañera Carmen Huidobro, ciencias ambientales. 

¿Y Alvise?

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Y, en este apartado, también hay que hablar del caso específico de Luis Alvise Pérez. El ahora eurodiputado surgió como una especie de estrella en el universo de la ultraderecha digital y vende su canal de Telegram como "un medio de comunicación" y como una "plataforma periodística donde los usuarios pueden compartir sus opiniones y comentarios". Sin embargo, FAPE rechaza radicalmente aceptarlo como medio ya que, entre otras cosas, se ha amparado en su disfraz de periodista para difundir informaciones esencialmente falsas

"Alvise no es nada de esto", reconoce Regueira que rechaza colocar en la misma frase el nombre del líder de Se Acabó de la Fiesta con ser periodista o influencer. Para la decana del Colexio de Xornalistas, el auge de este tipo de figuras que se aprovechan de las redes sociales para hacerse pasar por lo que no son y difundir falsedades por el camino pone deberes a esta industria: "Se deben reforzar los fundamentos de la profesión y hacérselos llegar a la sociedad porque falta educación mediática que provoca que estos personajes tengan repercusión". 

Para Aurken Sierra, el fenómeno de Alvise se explica por "la combinación de un público saturado de la situación actual, sea política o mediática, y que apuesta por un canal que les ofrece mensajes con los que pueden estar de acuerdo". 

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