Así operan los 'ninja' que cargan cocaína en grandes barcos en altamar en cuestión de minutos

En un tiempo en el que el tráfico mundial de cocaína alcanza máximos históricos a nivel global, los narcotraficantes siguen buscando sistemas a los que las autoridades policiales no lleguen. El aumento de la cooperación internacional y las alianzas público-privadas para mejorar la seguridad en los puertos, en especial en Europa, hace que los delincuentes avancen en tecnología, en medios técnicos y materiales, pero también a base de elementos que siempre han estado presentes en el negocio del contrabando transnacional: el ingenio y los sobornos.

Ambas condiciones, unidas a la valentía de las personas que acometen las maniobras clandestinas, son esenciales para un sistema de contaminación de los grandes mercantes de imposible detección que acometen los 'ninja', llamados 'micos' en Colombia.

Los protagonistas de un método que permite introducir toneladas de cocaína en grandes barcos que ya se encuentran en tránsito parten en lanchas rápidas desde países de Sudamérica, principalmente Ecuador y Colombia, pero también otros puntos del Caribe y de la fachada Atlántica. Lo hacen en la confianza de haber sobornado antes a la tripulación del buque al que se acercan (o al menos, a parte de ella), para permitirles ejecutar una maniobra arriesgada: abarloarse al portacontenedores en marcha e izar la droga, todo ello sin que el barco se detenga, evitando así cualquier sospecha por parte de las autoridades o de los controles de la propia naviera. Esta maniobra de acercamiento, así como la posterior carga de los fardos en un mercante, se observa perfectamente en las imágenes exclusivas que acompañan a este reportaje.

El mejor ejemplo del sistema ninja y de su eficacia se conoció en 2019. Los narcos consiguieron cargar en el portacontenedores MSC Gayane, tal y como recordó recientemente el capitán Antonio Fernández, experto en seguridad portuaria y marítima de la Guardia Civil, el mayor alijo de cocaína de todos los tiempos: cerca de 20.000 kilos. Y lo hicieron en altamar. Los fardos se aproximaron desde lanchas rápidas y fueron izados con la ayuda de las propias grúas del mercante, lo que indica la clara connivencia de una tripulación que había sido sobornada por una de las facciones del Cártel de Los Balcanes, responsable del cargamento.

La droga fue introducida en contenedores marítimos que los propios tripulantes objeto de soborno habían modificado sobre la marcha. Se dice que cobraron cantidades en torno a los 50.000 euros por cabeza, cantidades mínimas teniendo en cuenta el valor del cargamento de droga que transportaban y que fue decomisado en su escala en el puerto de Filadelfia (Estados Unidos): unos 1.300 millones de euros. El destino final del alijo era el puerto de Róterdam, según se supo después. Los tripulantes cuya participación en los hechos quedó acreditada fueron condenados por ello.

El mejor ejemplo del sistema ninja y de su eficacia se conoció en 2019. Los narcos consiguieron cargar en el portacontenedores MSC Gayane, tal y como recordó recientemente el capitán Antonio Fernández, experto en seguridad portuaria y marítima de la Guardia Civil, el mayor alijo de cocaína de todos los tiempos: cerca de 20.000 kilos. Y lo hicieron en altamar. Los fardos se aproximaron desde lanchas rápidas y fueron izados con la ayuda de las propias grúas del mercante, lo que indica la clara connivencia de una tripulación que había sido sobornada por una de las facciones del Cártel de Los Balcanes, responsable del cargamento.

La droga fue introducida en contenedores marítimos que los propios tripulantes objeto de soborno habían modificado sobre la marcha. Se dice que cobraron cantidades en torno a los 50.000 euros por cabeza, cantidades mínimas teniendo en cuenta el valor del cargamento de droga que transportaban y que fue decomisado en su escala en el puerto de Filadelfia (Estados Unidos): unos 1.300 millones de euros. El destino final del alijo era el puerto de Róterdam, según se supo después. Los tripulantes cuya participación en los hechos quedó acreditada fueron condenados por ello.

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En España se han visto alijos de todos los colores y se sospecha que muchos de ellos han sido introducidos mediante el sistema ninja. Un caso que guarda ciertas similitudes se vio en el Estrecho de Gibraltar hace algunos meses, cuando narcos se lanzaron al mar junto a los fardos de droga que lanzaban a una embarcación menor. Fueron detenidos. Sin embargo, se trata de la maniobra de descarga, y los micos operan en la carga de la sustancia estupefaciente.

Este esquema se combina con la contaminación en origen en las empresas exportadoras, en destino, en las importadoras, con el famoso gancho ciego y con los cofres de mar para convertir a los grandes buques en el objetivo esencial de las mafias de la cocaína a nivel internacional. Las autoridades lo saben e intentan descubrir unas tretas muy difíciles de detectar. De hecho, hace no demasiados meses, la UCO de la Guardia Civil llevó a puerto un mercante en Galicia y retuvo a toda su tripulación que, sin embargo, se pudo librar: se piensa que entregaron la mercancía antes de la aparición de las autoridades españolas.

Mediante su uso, los narcos eluden todos los controles aduaneros en origen, pudiendo introducir una cantidad ingente de droga de forma clandestina. Evitan de ese modo que exista la cooperación internacional que en muchas ocasiones ofrece datos de puerto a puerto y de policía a policía, y ofrece un espacio de gran eficacia para los grandes movimientos de cocaína a nivel mundial.

En un tiempo en el que el tráfico mundial de cocaína alcanza máximos históricos a nivel global, los narcotraficantes siguen buscando sistemas a los que las autoridades policiales no lleguen. El aumento de la cooperación internacional y las alianzas público-privadas para mejorar la seguridad en los puertos, en especial en Europa, hace que los delincuentes avancen en tecnología, en medios técnicos y materiales, pero también a base de elementos que siempre han estado presentes en el negocio del contrabando transnacional: el ingenio y los sobornos.

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