Librepensadores

Una dictadura liberal

César Moya Villasante

Llevo mucho tiempo denunciando un problema, para mi gravísimo, que es la dictadura que se ha impuesto en cualquier empresa o estamento, ya sea público o privado, sobre los profesionales de cualquier tipo, por culpa de un liberalismo salvaje basado en la competitividad extrema. Lo hago desde mi atalaya de jubilado, pero con 45 años de profesión a mis espaldas y viendo la deriva que en los últimos años ha tomado este problema. En algún artículo mío anterior también me he referido a este problema grave. 

Me explico. Existen empresarios en este país que se hacen llamar así pero que no lo son ya que muchos están ya metidos en la cultura del pelotazo y no entienden que una empresa tiene un margen de puesta en marcha en el que, o no se gana nada o, incluso se pierde. No se gana al día siguiente nunca. Por ello he conocido varios casos en mi profesión de ese tipo de empresarios que huyen de una crisis amparándose en tareas que no conocen pero que creen les reportarán esos beneficios rápidos. Todos han fracasado porque la empresa es de quien la suda y la trabaja día a día.

Cuando se hace un proyecto, del tipo que sea, para vencer en la puja o la licitación, hoy en día se trata de hacer bajo el modo low cost porque lo que se mira es el precio y no la calidad de lo que se ve, siempre refiriéndome a ese tipo de empresarios que he citado. Los que de verdad lo son no abandonan la calidad que siempre es más cara. Y haberlos haylos. Y, obviamente, serán estos los que a la larga continuarán con cierto éxito su proyecto, aunque ahora vivan en tiempos donde quizá no se aprecie suficientemente esa trayectoria. Para ello al generador de ese proyecto barato, se le acosa y se le presiona para donde ponga un 10 quede en un 5 o aun menos. Así se gana seguro. Y ese profesional, normalmente es bueno y ético, pero tiene familia e hipoteca y edad media. El sabe que si se niega a la voluntad del empresario puede oír la frase famosa. “pues te advierto que tengo cola para hacer lo mismo que haces tú”. Y ahí se acaba el problema y se empieza a deteriorar la calidad.

Quizá parezca que me refiero a un proyecto técnico, pero esto se aplica a todo lo que se mueve. El periodista que debe escribir un artículo bajo su deontología profesional y ha de respetar a aquél que anuncia porque es el que le está pagando y, por ende, nada puede criticar de él. O incluso con una obligación política de cobrar cierta subvención porque le conviene al político de turno que se hable bien de él. Casos así existen por lo que ha nacido el periódico digital que, si se logra mantener a costa de socios independientes, si puede ser libre como éste en donde escribo y algunos otros. El juez que debe sentenciar a un corrupto pero que es defendido por su jefe político que es el que elige a la judicatura. No sé si esto le suena a alguien. Últimamente la juez Alaya lo está manifestando con gran valor. El médico que debe recetar lo necesario o realizar cualquier intervención, pero se le corta el presupuesto. El ingeniero que debe mantener con seguridad una máquina o instalación, pero se le limita la capacidad de mantenimiento que es algo que no ve el público ajeno. Quizá tengamos algún caso reciente en el que nos podamos fijar como el accidente aéreo que cuesta vidas en el que un político quiere tapar toda la basura que existe detrás de ese accidente porque no se hicieron las necesarias auditorias y reparaciones adecuadas. ¿Hace falta seguir? Creo que está claro.

Yo nunca entendí que para ir en avión a Berlín cueste lo que pago yo de bonobus mensual. Algo hay detrás de todo esto que a mí no me cuadra después de 45 años de profesion técnica con máquinas de gran valor. Aunque el personal sea mínimo, aunque todo esté digitalizado, aunque… cien cosas mas, hay gastos y procedimientos que son inevitables. Tampoco entiendo que un proyecto se gane con coste 10 y al terminar haya costado 50. Es lógico que exista una pequeña desviación, pero no esa de la que nos enteramos pocas veces y que existe en gran cantidad pero que tapa corrupción política y empresarial que hoy es lo mismo, porque el gobierno actual es el gestor de las altas empresas. Obviamente no les interesa un bar o una mercería. Vemos a diario esas puertas giratorias que lo explican todo.

Lo malo es que yo sé que bajo lo que digo siempre habrá un papel que todo lo justifique y ahí está la firma de ese profesional presionado con hipoteca. Hoy en día, un profesional como yo que ya nada tiene que ganar ni perder, no interesa a nadie. Debe ser alguien obediente al mando sin discutir términos éticos técnicos o profesionales. Se hace y basta porque hay mucha gente que lo haría por él. La eterna amenaza. ¿Estas cosas las he denunciado a veces con casos concretos a personas con autoridad y casi siempre me responden, cuando lo hacen: "Y qué quieres que hagamos si el mundo va por ese camino". O frases similares. Y soy rebelde con ello, aunque ya esté jubilado, pero el futuro de mis hijas y nietos lo sufrirán.

Pues bien, yo digo que el problema seguirá porque aquellos que presumen de liberales, como Esperanza Aguirre, por ejemplo, a la que ya puse alguna carta al respecto de la que ni me envió el recibí, tendrían que explicar cómo se defiende un sistema en el que lo que ellos usan muchas veces esta cada día peor hecho. En el que se ha suprimido cualquier valor que no sea el económico y que el ser humano importe bien poco. Por cierto, muchos de ellos van a misa los domingos y a veces a diario. Muchas veces se nombra al artículo chino como algo peyorativo, pero si es mas barato es, además de por su sistema de vida, porque nadie les exige la calidad hasta ahora conocida. Porque saberlo hacer lo saben pero a un coste superior. Y es gravísimo lo que ocurre que nadie lo aprecia hasta que ocurren sucesos como el del Yak42 en donde también hice un articulo denunciando el proceso porque alguien se ha ahorrado ahí una porción de dinero además de un comportamiento deprimente para gente con tanto poder político.

La llegada de Trump nos da la realidad del mundo actual. El hombre mas poderoso del planeta es un empresario Y ya vemos que tipo de empresario. Hasta en esa persona la calidad que se aprecia es a la baja en extremo. Sus comentarios y hecho le delatan como un hortera de extrema derecha apoyado por muchos votos.,. Y es que la que manda en todas partes es la gran empresa que los políticos de turno adoran para recoger después alguna migaja. Pero este personaje, sin principios tiene detrás una derecha mundial que se radicaliza y que tratara de apoyarle, incluido un tal Putin, por lo que no será fácil sacarle de la Casa Blanca. Por ello no soy optimista ante esa izquierda necesaria que hoy no existe y que además, adolece de algún líder que mueva esta resistencia. Y lo peor es que siguen sin pensar en que la izquierda hay que inventarla de nuevo ante este mundo que ya ha llegado para competir con el trumpicidio que nos espera. Por eso el titulo de este articulo, porque alguien se cree que esto es una democracia?

Solo me cabe una esperanza. La altísima tecnología que llega más rápido de lo que esos políticos se creen es posible que les haga cambiar a todos. La ultraderecha mundial, no tiene principios mas que el dinero. La izquierda debería estar ya preparándose para un mundo en que variara la medicina, el transporte, el comercio y el trabajo a limites ahora no previsibles que harán que la parte social abandonada deberá subsistir. Pero para ello hay que cambiar demasiadas cosas de un mundo muy desigual.

César Moya Villasante es socio de infoLibre

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