Librepensadores

Cuando acabe el 'procés'

César Moya Villasante

Antes de opinar sobre el futuro de Cataluña he de decir que no estoy en contra del deseo de los catalanes hacia su independencia. Es mas, estoy convencido que si se ha llegado hasta aquí es por culpa de la inacción de Rajoy y de ese desprecio al problema que, al final, ha llegado. Como vivo entre Madrid y Euskadi, conozco bien los extremismos nacionalistas de un lugar y otro por lo que quiero dar mi modesta opinión, lo más neutral de que sea capaz, sobre el día siguiente del fin del proceso que se está siguiendo.

Creo que Cataluña no llegará a su independencia, no ya por lo que haga el Gobierno español, sino por Europa, que no debe estar muy de acuerdo, después del Brexit, de que esta unión se desvanezca, al menos, de momento. Pero lo cierto es que todos estaremos perdiendo en un proceso que ninguna de las partes ha sabido canalizar, aunque es indudable que Rajoy tiene una parte importantísima en este desastre. Porque, al final, la separación entre la sociedad catalana y española se hace realidad.

Lo que culpo a los independentistas catalanes es el no haber aprendido del tema vasco que durante tantos años trajo una pequeña ruina a Euskadi. Sé que las diferencias son palpables pues en un sitio se mataba y en otro no y eso favorece a esta situación para darle más credibilidad y opciones democráticas pues es cierto que un referéndum no debería ser obstáculo en una democracia plena, pero la ley constitucional no lo avala. Y solo puede ser por el temor a un sí que complicara las cosas aun mas. En Euskadi todo el mundo ha reconocido que aquellos años de tiros en la nuca no trajeron mas que un atraso al país y se esté viendo ahora, que, sin tiros, ese país está progresando a más velocidad que todo el Estado restante, por sus capacidades industriales y de negociación política sin límites. Eso sí se aprendió bien. O sea, que el extremismo radical nacionalista no trajo nada positivo porque presumiendo lo que podía ser una Euskadi en manos de aquellos, no sería un espacio de excesiva libertad porque, al final se impondría una ideología demasiado radical o extremista por la sensación de victoria final. Y los extremismos pueden tener su tiempo, pero las sociedades los pone en su sitio al final. Y tienen espacio solo cuando otros extremismos estuvieron en otro tiempo.

En Cataluña pasaría algo similar. El catalán es una persona conciliadora que ahora se ha cansado de ciertos ninguneos. Porque estoy convencido que si en España gobernara la izquierda del PSOE no se habría llegado a esta situación, porque se habría hablado hasta la extenuación, cosa que con un personaje como Rajoy es imposible. Y todo porque Rajoy desempeña el mismo papel radical pero con España. Necesita enemigos siempre, y vemos que no trata de evitar que las dos comunidades nacionalistas dejen de reclamar sus derechos u opciones. No hace nada para favorecer un diálogo continuado. Lo vemos con ETA, que, teniendo la oportunidad fácil de provocar su entrega de armas, nada ha hecho para confirmarla. Con Cataluña empezó jugando al no a todo y ahora se le ha complicado el asunto por no medir bien los tiempos, algo de lo que dicen es un maestro.

Personalmente, Rajoy da imagen de sereno y nada radical pero sus votos son los del nacionalismo español más radical que, hagan lo que hagan, y aunque llenen espacios de corrupción, el españolista, llamémosle así, le votara siempre por ser el que defiende esa patria llamada España y, los demás, ser enemigos de su himno y su bandera. Nunca perderá esos votos a no ser que el proceso catalán le juegue una derrota inesperada del tipo que sea. Entonces perdería casi todo apoyado por su compañero Aznar, aun mas proclive a ese nacionalismo franquista, pero viendo las cosas con más realismo y, sobre todo, defendiendo que hay que dar la cara, cosa imposible en Mariano. Por todo ello se ha llegado hasta aquí. Al final, resumido como un choque de nacionalismos radicales, vestidos ambos de democracia falsa, pues los amigos de Mas tampoco lo demuestran abandonando a todos aquellos que no sienten su idea independentista y estas situaciones no conducen a nada bueno.

Con Franco supimos que él, era el defensor de todas las esencias patrias, desde un punto de vista dictatorial y de pensamiento único. Pero eso nunca caló en la ciudadanía española excepto en aquellos que vivieron la guerra y que fueron convencidos de que el franquismo era la base de la convivencia. Eso sí, en silencio total. Pero la nación española se compone de países distintos, como Cataluña y Euskadi que han sido siempre reivindicativos de algo que hoy en día endurece el discurso de todos, aunque en el País Vasco campan otros formatos ahora, escarmentados de aquello y apoyado por un Urkullu lleno de sentido común. Además, nos encontramos con un mundo en donde el famoso “deseo a decidir” produce sonrisa, pues las decisiones de todo tipo solo nacen de las n empresas líderes del mundo que obligan a los políticos mediocres, casi todos, a obedecer sus órdenes económicas. El gobierno vasco actual lo sabe muy bien y esta a la baja en reivindicaciones. Siempre tendrá la mosca cojonera detrás, de los batasunos de siempre pero que, también empiezan a darse cuenta que a veces es mejor estar callado que decir idioteces que ya no cree nadie,

Por eso, el camino a la independencia puede ser un deseo del corazón pero no de la cabeza. Algo que pensó Rajoy en su día no dándose cuenta que hay gentes que aun piensan en otros parámetros que solo el económico que es la realidad de la derecha española y europea, hoy por hoy. Y ese es un resultado que se acerca a su final sin haber dialogado de verdad, porque poner un despacho a Soraya en Barcelona, es un acto para la foto y nada más, cuando su jefe no quiere acercarse defendiendo numantinamente esa condición de líder de las esencias de una patria de pensamiento único que muchos no entendemos, pero a él le sirve para ganar elecciones. O sea, un enfrentamiento entre radicales en donde la población sencilla que se mueve por las calles lo observa con estupor. __________________

César Moya Villasante es socio de infoLibre

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