Librepensadores

Dos o más

Antonio Nadal Pería

El 31 de diciembre podremos disfrutar, o tendremos que soportar, dos despedidas de fin de año, a las 12 de la noche hora peninsular y a las 12 de la noche en Canarias. Lo que supondrá doble gasto de uvas y cava para brindar en las casas que escuchen dos veces las doce campanadas desde la Puerta del Sol. Esto no acontecerá si en el 2019 se fija un horario para todo el año en lugar de cambiarlo dos veces. En ese caso ya no será una hora menos en Canarias.

Que en distintos países funcione el reloj de distinta manera es una demostración de que el tiempo es algo relativo y cambiante. Lo mismo  que muchas personas ya disponen de dos móviles, no sería descabellado tener también, al menos, dos relojes como también se tienen dos o más televisores, en el salón, en la cocina, en la habitación del hijo y en la de los padres. Es bueno tener dos oportunidades en la vida, pues a la primera no solemos verla venir o tomamos una decisión que a la postre se demuestra equivocada, pero no es conveniente tener dos o más de todo. Por ejemplo, dos esposas o más es harto complicado. Lo puede explicar un marroquí que ha denunciado a sus tres esposas porque no le dejan casarse con una cuarta mujer. Según la ley marroquí, un hombre tiene derecho a desposar hasta a cuatro mujeres si se lo permiten las anteriores. Una ley injusta, como tantas otras, que no permite lo mismo para las mujeres. Que no hablen allí de la igualdad entre hombres y mujeres porque les sonará a chino. Tampoco deben entender las mujeres marroquíes de qué tratan los celos, por lo menos mientras comparten al hombre con otras dos mujeres. Parece que sienten celos a partir de una cuarta mujer en el mismo espacio residencial. La cuarta mujer sería la mujer de la discordia, una extraña, como el invitado forzado que se acoge a disgusto o por compromiso ineludible en una casa y que trastorna la intimidad y las costumbres establecidas a lo largo del tiempo y seguramente mediante mucho esfuerzo de buena voluntad de sus habitantes.

Los celos son un sentimiento propio de la especie humana con diferencias según la clase de persona. Un exceso de celos, los celos patológicos, son muy peligrosos, la culpa de maltratos o asesinatos entre parejas mal avenidas. Algo que no sienten las parejas que se dicen abiertas. _______

Antonio Nadal Pería es socio de infoLibre

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