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El partido Vox en los 'Campos de Níjar'

Juan José Torres Núñez

El partido populista radical de ultraderecha Vox, con su líder Santiago Abascal montado a caballo, quiere rememorar la Reconquista imitando la primera victoria de Don Pelayo en las cuevas de Covadonga. En las elecciones generales del 28 de abril, Vox fue el más votado en Níjar (Almería) con 2.632 votos (28, 44%), El Ejido con 9.272 votos (30, 02%) y Balanegra con 445 votos (33, 66%). Pero este partido de ideología franquista no fue el más votado en Almería en las elecciones municipales del 26 de mayo. En Níjar, la alcaldesa socialista Esperanza Pérez Felices volvió a renovar su cargo con una mayoría absoluta de 11 concejales del PSOE, 4.405 votos frente a los 3 concejales de Vox con 1. 247 votos.

En la campaña electoral, los potentes altavoces de los coches de Vox peinaron con muchas batidas los pueblos y las aldeas de la comarca de Níjar, metiendo miedo a la gente con un discurso antiinmigración lleno de xenofobia, racismo y odio hacia “el otro”. Y todo, como señaló Juan Goytisolo en su discurso del Premio Cervantes, contra unos inmigrantes “cuyo único crimen es su instinto de vida y el ansia de libertad”. En la campaña, el PSOE habló de la “capacidad de gestión” para “los retos que se avecinan” y Adelante Níjar, una confluencia de Izquierda Unida y Podemos, habló de “una Níjar sin odio y xenofobia”. La paradoja de Vox es que en su discurso arremete contra los inmigrantes, que tanta falta hacen para trabajar en los invernaderos: un trabajo muy duro. El señor Abascal debería saber que en la Edad Media los reyes y la nobleza mantenían una tolerancia hacia los moros y judíos porque necesitaban sus servicios, aunque como sabemos el clero alentaba siempre la animosidad popular contra el infiel.

Y todo este discurso antiinmigración de la ultraderecha se da en una comarca en donde mucha gente tuvo que emigrar a Cataluña. Goytisolo visitó el sur de España y en su libro Campos de Níjar nos describe con certera observación lo que va viendo desde su ventanilla en el autobús que lo llevó de Almería a Níjar en 1957. En su relato escribe sobre “las zonas montañosas y desérticas de Níjar y Sierra de Gata”, en donde las plantas se adaptan “a la falta de agua”. Cuando hace autostop, un camión que va a Rodalquilar para, y él se sube. El chófer se muestra muy amable y le cuenta que “Cataluña es el paraíso soñado por todos los hombres y mujeres de Almería”, cuando Goytisolo le dice que viene de Barcelona. Cruzan “una serranía desierta” y “en mitad de la paramera, los muros derruidos de una casucha recogen […] la dramática invocación del paisaje: más árboles, más agua”. Más tarde observa que “sobre las albarradas en los muros de las casuchas en ruinas, se repiten las inscripciones en pintura y alquitrán que [le] acompañan desde Almería: Franco, Franco, Franco”. Estas descripciones de la comarca de Níjar también las encontramos en Al Sur de Granada, de Gerald Brenan: “This arid coast has flora that is more African tan European [Esta costa árida tiene una flora que es más africana que europea]”; en Puñal de claveles, de Carmen de Burgos: “La noche era oscura, los caminos áridos y pedregosos”; y en Bodas de sangre, de Federico García Lorca: “Novia. Un hombre con su caballo sabe mucho y puede mucho para poder estrujar a una muchacha metida en un desierto”.

Sin embargo, Almería fue una ciudad próspera. Destacaba “el comercio y el tráfico marítimo, la seda y la fabricación de tejidos con ese material y la explotación de otros recursos”, como señala Jorge Lirola Delgado en su libro Almería andalusí y su territorio. Lirola cita unos textos de Jerónimo Münzer, un médico germano que recorrió la Península Ibérica a finales de 1494 y principios de 1495, es decir, “poco tiempo después de producirse la conquista cristiana del reino nazarí de Granada”. Münzer sale de Tabernas montado a caballo y “a un par de leguas” contempla con alegría “un risueño valle regado por un riachuelo, a cuyas orillas extendiéndose frondosas huertas y verdes campos, donde crecen la palmera, el olivo, el almendro, la higuera, haciéndonos la ilusión de que caminábamos por el Paraíso. Vimos un acueducto que llevaba a la ciudad copioso caudal de agua, tomado de un manantial que brota a una milla de la población”. Nos cuenta que en Sorbas “no hay más que moros” y que Tabernas “es una villa también de moros, en donde no vive más que un solo cristiano”. Estas observaciones de Münzer muestran que la explotación económica del vencido exigía ser tratada con la misma tolerancia religiosa y política que antes habían mostrado los moros con los cristianos.

Hoy la comarca de Níjar ha cambiado mucho. Esperanza Pérez ha declarado que “Níjar necesita ayuda para [crear] servicios e infraestructuras que permitan generar más riqueza”. Esto “es una cuestión de justicia social”. No podemos seguir con “un sistema económico primario”. Y especifica que “una cosa es la supervivencia y otra la evolución”, es decir, “el desarrollo que dan las infraestructuras”. Según ella, “la comarca de Níjar tiene 5.800 hectáreas de invernaderos. A una media de dos inmigrantes por hectárea [nos da más o menos] los 14.000 trabajadores que necesitamos”. Pone énfasis cuando explica que “no se trata de vincular el fenómeno de la inmigración con la agricultura. El sistema necesita obreros para trabajar”. Con “la creación de infraestructuras, como el trazado del AVE Almería-Murcia, pasando por Puerto Seco de Níjar, [esto significaría] tener un nudo logístico comercial que subiría el nivel de la mano de obra y permitiría la creación de puestos de trabajo”. Tener en Níjar “la Ciudad del Cine –que lo adjudica la Junta de Andalucía– [significaría] también diversificar la economía. Y Níjar está en la mejor posición técnicamente”. La alcaldesa observa que “con las nuevas infraestructuras [podríamos] seguir el modelo de Francia, dando trabajo y alojamiento [porque] los inmigrantes tienen papeles, pero si no tienen vivienda, no tienen nada”. Claro, “habría que modificar la Ley de Arrendamiento [para] permitir a las fincas [construir] unos módulos de viviendas”. Las palabras de Esperanza Pérez sobre crecimiento y desarrollo nos invitan a pensar en la Nueva Ruta de la Seda.

Como todos sabemos, España y Europa tienen que encontrar una solución al problema de los flujos migratorios. Ya dije en mi artículo en este medio, La hipocresía de la Unión Europea, que mientras sigamos bombardeando y destruyendo sus casas, las personas que huyen de la guerra –mujeres, hombres y niños– seguirán entrando en Europa para buscar con todo el derecho del mundo un lugar para vivir. España tiene una frontera con África, un continente empobrecido por las guerras y la miseria. Ahora no podemos volver al colonialismo del siglo XIX en África y seguir con la explotación y esclavitud de sus ciudadanos. Si no cambiamos de mentalidad, miles de africanos seguirán entrando por el sur. Se necesita controlar la inmigración irregular. ¿Por qué no nos unimos a los más de 130 países y organizaciones que ya están cooperando con China en proyectos de infraestructuras y de innovación tecnológica para el desarrollo económico que nos ofrece la Nueva Ruta de la Seda?

China ya está en África cooperando en muchos proyectos de desarrollo de infraestructuras navales y terrestres. En Europa critican estos proyectos como modelos de colonialismo chino, diciendo que África se está endeudando y que los países africanos están perdiendo su soberanía. China está invirtiendo mucho para el desarrollo de sus economías. ¿Cuánto está invirtiendo Europa en África?  Este proyecto de la Nueva Ruta de la Seda, conocido también como la Iniciativa de la Franja y la Ruta, está basado en el win-win [gana-gana], es decir, todos se benefician, a diferencia de la jungla de la suma cero en donde unos cuantos se llevan todo. España debe participar en proyectos conjuntos con China en el desarrollo de África. Esto podría solucionar el problema de la entrada irregular de inmigrantes. El proyecto tiene una característica muy importante: la conectividad. China quiere conectar Asia con Europa y con África. España es el país llamado a conectar estos dos continentes por su posición geográfica.

Necesitamos, pues, unas infraestructuras en Níjar, que también se extiendan hasta el campo de Gibraltar. La conexión por medio de un túnel en el Estrecho facilitaría el comercio con un continente rico que está lleno de oportunidades. En el viaje que hicieron a España y Portugal el año pasado dos representantes del Instituto Schiller, Dennis y Gretchen Small, presentaron el nuevo informe del Instituto, La Nueva Ruta de la Seda se vuelve el Puente Terrestre Mundial: Un futuro compartido para la humanidad, Vol. 2. En su estancia en Valencia hablaron con altos funcionarios de la administración sobre el Corredor del Mediterráneo y les comentaron que “los corredores del Mediterráneo y Transmagrebí son imágenes de espejo la una de la otra y son parte que incluye la construcción eventual de un túnel, o un puente, por el Estrecho de Gibraltar. Este es el único enfoque que funcionará para resolver los problemas de migración, pobreza y terrorismo que están devastando África; hay que desarrollar toda la región”.

En el apartado sobre Europa en el informe, refiriéndose a Italia, citan la “Declaración de Objetivos” de agosto del 2018, de un grupo de profesionales italianos que trabajan para desarrollar proyectos conjuntos con China en África. Y dicen: “China puede ayudar a Italia a solucionar el problema de la inmigración al ayudar a África. China es el país que ha invertido más que cualquier otro en África (ya lleva 340 mil millones, mucho más que los $70 mil millones que el estimado usual de los analistas), con efectos que ya son visibles en cuanto al impacto en las tasas de pobreza y que, a largo plazo, deberán ayudar gradualmente a reducir los flujos migratorios hacia Europa”.

El partido Vox no entiende el proyecto de infraestructuras que Níjar necesita. El desarrollo económico compartido para que todos ganen no lo entiende Vox porque su ultranacionalismo no le permite ver los problemas del otro. Su visión antiinmigración es inaceptable y obscena. Señor Abascal, bájese del caballo y trate de comprender la realidad. Hable con los inmigrantes. Pregúnteles por qué han venido hasta aquí exponiendo sus vidas al cruzar el mar en pateras. Dé una vuelta por el cruce de los Nietos y vea las chabolas de plástico y de otros materiales de desecho en donde viven. Con las infraestructuras que Níjar necesita, las chabolas desaparecerían. Y recuerde, no se necesita una nueva Reconquista, sino un nuevo Renacimiento. _______________________

Juan José Torres Núñez es socio de infoLibre

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