Librepensadores

Regresa la caverna

Antonio García Gómez

Regresa la caverna sin haber abandonado nunca la vigilancia de las esencias “occidentales”, o así, insistiendo en mantenerse vigilantes, airados, profundamente patriotas contra el resto que no comulgue como ellos indiquen, sálvense quienes puedan contra quienes osen rivalizar por el poder al que, de manera natural y exclusiva, ellos creen tener derecho.

Tan celosos, pues, de su patriotismo que a menudo caen en la sobredosis, como ahora mismo, cuando eurodiputados de Vox, PP y C's “reclaman en la Comisión Europea que tome medidas contra España por permitir a la dirigente chavista entrar al país en la madrugada del pasado 20 de enero y reunirse con el ministro José Luis Ábalos".

De momento, Europa calla contra España pese a la intención y el interés de los partidos señalados para que “¿España hubiese salido malparada del trance?.

Ahora toca posicionarse sobre la Ley de eutanasia y suicidio asistido para que en un alarde de “cerril argumentario”, el PP, la derecha que mira a la más derecha todavía, haya esgrimido la razón de que el Partido Socialista solo pretende aplicar un recorte social, es decir solo quiere abaratar los gastos sociales.

Y lo que hay que oír, de boca del ponente pepero, él y su partido tan especializado en recortar, precisamente, derechos sociales que costasen dinero.

Insisten en que, si se aplica la eutanasia, quieren hacernos creer que se instalarían “mataderos para sacrificar sufridos españoles”, se perdería la “idiosincrasia” de los españoles, como para tomarse en serio tanta disquisición barata y cretina, mentirosa y rastrera, salvo porque el asunto es grave, urgente y humano.

Y,  por otra parte, nada obligatorio, previo expreso deseo de la persona afectada, con dictamen de dos médicos y un consejo asesor, respetando la objeción de los médicos… a favor de la dignidad humana, en contra del encarnizamiento, y absolutamente compatible con la aplicación de “cuidados paliativos”.

Pero es igual, desde el fondo de la caverna los rugidos se atropellan y ya solo cabe insistir en su fariseísmo mentiroso y mendaz, en contra de las personas que desean y exigen decidir sobre “su muerte”, lejos del alcance de las paradigmáticas proclamas de quien fuera, so pena de excomunión, de condena civil, de señalamiento vil hacia quienes no deciden “apedrear” a la víctima señalada, aunque “Su Señor” ya les mostrará el camino para mirarse antes dentro de cada uno de nosotros.

Por último, y aunque el asunto resulte cansino e injusto para quienes sufren y piensan distinto, se trata de aprobar “un derecho”, es decir una ley que ampare “un derecho”.

Contra los fanáticos que arguyen sus “cerriles” razones desde las más altas tribunas. ¡Qué fatiga!

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Antonio García Gómez es socio de infoLibre

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