Música

Franco Battiato, queremos verte danzar

Battiato

Antonio G. Maldonado

Barcelona y Madrid se convertirán los días 20 y 21 de marzo en dos centros de gravedad permanente de la música durante las horas que duren los dos conciertos que Franco Battiato ofrecerá en ambas ciudades. El primero en L´Auditori de la Ciudad Condal y el segundo en el Teatro Circo Price de la capital.

Ambas actuaciones forman parte de la gira internacional de presentación de su último disco, “Apriti Sesamo”. No obstante, como un buen clásico que entiende bien que la dieta de sus seguidores también se compone de los platos de toda la vida, sus conciertos estarán salpimentados con las canciones señeras del siciliano. Tiene dónde escoger. Desde las hipnóticas y místicas “L´ombra della luce” y “Col tempo sai”, hasta su registro más pop con “Cerco un centro di gravitta permanente” o reivindicativo con “Bandiera bianca”, pasando por sus inolvidables canciones más melódicas como “La cura”, “Nomadi” o “La stagione dell´amore”, además de sus canciones étnicas. Todas forman parte de una discografía inmensa que comenzó en los 60 y que se ha mantenido hasta hoy con una regularidad prácticamente inalterada de un disco por año.

A pesar de la amplitud de registros, de las transformaciones artísticas y personales –o quizá por eso–, Battiato se ha convertido en uno de los cantantes más respetados en Europa, capaz de unir generaciones, estilos musicales e incluso credos religiosos desde una visión mística que se refleja, sobre todo, en las letras, pero que no le impide tener un registro indie que hace que su música se escuche tanto en el estudio de un académico durante la corrección de exámenes como en el bar donde se solazan sus estudiantes.

Ajeno a cualquier boato de estrella y a la vida social a la altura de su mito, sigue viviendo en Sicilia, terreno abonado de ellos, en una fecunda pareja artística e intelectual con el filósofo Manlio Sgalambro, autor de algunas de sus letras más alabadas, y “estrella” en algunos de sus vídeos. Autor poliédrico, además de icono de la música, ha destacado en el cine con sus filmes “Perduto amor” (2003), “Musikanten” (2005), “Niente è come sembra” (2007), “Auguri Don Gesualdo” (2010), y en la ópera sobre todo con “Il Cavaliere dell" intelletto”. Ha comenzado también recientemente una carrera como pintor bajo el pseudónimo Süphan Barzani. Eso que un profesor de escuela de negocios llamaría “dispersar esfuerzos”.

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