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'El médico alemán', nominada a mejor película iberoamericana

El rastro de Mengele en la Patagonia

Los protagonistas de 'El médico alemán'.

El ángel de la muerte, el nazi Josef Mengele, infame médico que, a su paso por Auschwitz, tuvo en su mano el poder de decidir con un solo gesto el derecho a la vida o la condena a la muerte, pasó al final de su existencia una larga temporada, más de tres décadas, en América Latina. Aunque falleció en una soleada playa brasileña, estuvo huido durante años en Paraguay y antes en Argentina, donde su nombre llegó a figurar en el listín telefónico de Buenos Aires. Persiguiendo su rastro por aquel país, la escritora y cineasta Lucía Puenzo ha extraido una ficción en la que se introduce en lo más íntimo de la personalidad del criminal. Primero plasmada como novela, la historia de Wakolda. El médico alemán llega este viernes a los cines.

Oculto tras otro nombre, Mengele, a quien da vida el actor español Alex Brendemühl, coincide en la remota región argentina de la Patagonia con una familia cuya hija, de 12 años, sufre problemas de crecimiento. Cautivos de una fascinación que absorbe tanto al médico como a la niña, en pleno despertar sexual, comienzan una relación de amistad que desembocará en sórdido experimento médico. “La novela y la película son bien diferentes”, explica Puenzo, de visita en España. “Lo bueno es que pude hacer tantos cambios porque soy la misma persona”. De un texto más prolijo en subtramas, pasó a centrarse con mayor intensidad en el filme en la personalidad del nazi, a quien describe como “un fanático que mira el mundo como un laboratorio”. 

También autora y directora, entre otras, de las novelas y las películas El niño pez y XXY, Puenzo (Buenos Aires, 1976), que fue incluida en la lista de Granta de 2010 de los 22 jóvenes escritores menores de 35 años más importantes en lengua castellana, asegura no pensar nunca de antemano en si adaptará o no sus libros al cine. Sobre este (llamado originalmente Wakolda, pero que en su versión cinematográfica se ha titulado en España como El médico alemán) dice recrear un tema que venía obsesionándole desde hacía años. “Había leído mucho, y trabajé con historiadores y documentalistas”, señala Puenzo, quien se declara “perpleja” ante el “engranaje” construido entre gobiernos, iglesia y demás instituciones del poder cuando no solo Mengele, sino muchos otros cabecillas de la Segunda Guerra Mundial, emigraron a Latinoamérica.

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No solo fueron los nazis: también muchos otros alemanes, gente corriente que huía de la miseria de la guerra, encontraron refugio en países como Argentina. Muestra de ello es el personaje de la madre de la familia, argentina pero educada en un colegio alemán, rodeada de alemanes, con una vida alemana, a quien interpreta Natalia Oreiro. Embarazada de gemelos, ella y sus bebés serán también objeto de la macabra obsesión por experimentar con humanos de Mengele, “el maldito, el seductor”. Alguien que, como señala su alter ego en la pantalla, Brendemühl, era un personaje cuyo “mito le precedía”, y que él ha querido representar con una apariencia envuelta en el misterio y la sobriedad. “Es alguien que se camufla, que se esconde, pero que también busca el contacto y el cariño, y que encuentra en esta familia la plataforma ideal”.

De padre alemán y madre catalana, nacido en Barcelona, Brendemühl, casi especialista oficioso en personajes sórdidos y de mala calaña, ha vivido este papel como una “revelación personal”. “Tienes unas condiciones dadas de nacimiento que te colocan en algún lugar, y que en mi caso son un apellido impronunciable, los ojos claros, una educación de colegio alemán… y hay quien te pregunta si eres culpable de la Segunda Guerra Mundial; y es algo a lo que te tienes que enfrentar”, dice el actor. “Los alemanes, yo en la lejanía, tenemos que cargar con el lastre de una historia muy truculenta. Quizá por eso he sido condenado de alguna manera a toda suerte de personajes malignos, aunque eso es algo que asumes con sentido del humor”.

Esta película “sobre el nazismo como tema impregnante, pero también de carácter muy intimista”, como puntualiza Puenzo, es además la representante de Argentina para los próximos Oscar. “La noticia cayó en la segunda semana en cartel en Argentina, lo que fue un espaldarazo”, dice, cauta, la directora. “Por ahora no hay mucho más que eso, que fue un espaldarazo para que la gente vea la película y les llegue”. Una prudencia que también despliega el protagonista: “Te sorprende y te alegra”, asegura Brendemühl, “pero te distancias con el tiempo, porque si no te deprimes”.

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