Música

Anthony Strong invoca el espíritu de Sinatra

El 'crooner' Anthony Strong.

Francisco Chacón

No hay duda: Anthony Strong es el nuevo Sinatra. Su talento como crooner contemporáneo revive los mejores momentos de The Voice y los proyecta hacia la modernidad con el buen hacer de quien acumula un bagaje sólido y unas interpretaciones al piano herederas de Oscar Peterson o Bill Evans.

La esencia del jazz vocal deluxe anida en su alma, como un ruiseñor en Berkeley Square, que diría el propio Sinatra. O Nat King Cole. O Bobby Darin.

El nuevo álbum de Strong, On a clear day (Naïve), nos lo presenta en todo su esplendor. Más británico que el Big Ben y… siempre dispuesto a ensamblar el West End londinense con el Broadway neoyorquino, que por algo ha asimilado las enseñanzas de Peter Cincotti, Harry Connick Jr. y, cómo no, Robbie Williams en su lado más romántico.

Si tenemos en cuenta que Jamie Cullum y Michael Bublé han virado hacia la banalidad pop, su consistencia estilística nos reconcilia con el género. Como si el australiano Frank Bennett le hubiera pasado el relevo.

Se suceden los clásicos a lo largo de On a clear dayOn a clear day porque desfilan Unforgettable, As time goes by, Higher ground, Use me, What is this thing called love? y hasta el Don't stop till you get enough de Michael Jackson.

La vieja escuela asoma sin pudor. Una prueba palpable de que el carisma y el encanto siguen siendo ingredientes fundamentales para un cantante y pianista que se precie.

Arreglos y orquestaciones en plan big band

big band arropan su voz cálida, como ya resultó evidente en sus dos anteriores discos: Guaranteed y Stepping out.

Precisamente, su gran ídolo dejó una gran huella en él con su intenso viaje a Londres en 1962, documentado en un DVD que Universal puso en circulación hace unos meses. Porque Frank Sinatra grabó allí su único álbum registrado fuera de los Estados Unidos.

El 1 de junio de aquel año, actuó el crooner por excelencia en el Royal Festival Hall y de ahí le viene la prestancia a Anthony Strong, quien llegó a ser telonero de B. B. King en París, una de las ciudades donde mejor se siente por su conexión con el público.

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