El producto interior bruto (PIB) de Alemania experimentó en el primer trimestre del año
una expansión del 0,3% frente a los tres meses anteriores, cuando creció un 0,7%, mientras que en el caso de Francia la actividad aumentó un 0,6% desde el estancamiento registrado en el último trimestre de 2014.
En el caso de Alemania, el crecimiento de la economía vino
protagonizado por la demanda doméstica, mientras la balanza comercial tuvo un impacto negativo en el crecimiento debido al fuerte aumento de las importaciones, según la oficina estadística alemana Destatis.
El Gobierno alemán prevé un crecimiento en 2015 del 1,8%, el mismo incremento que espera también para 2016.
En el caso de Francia, tras el estancamiento de la economía en los últimos tres meses de 2014, el PIB experimentó un crecimiento sensiblemente
superior al previsto en el primer trimestre con una expansión del 0,6%, frente a las expectativas del 0,4%, según informó el instituto estadístico francés, Insee.
La expansión del PIB galo refleja una
aceleración del consumo doméstico (+0,8% desde +0,1%), mientras la balanza comercial tuvo una contribución negativa al PIB por el aumento más fuerte de las importaciones.