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El debate sobre el programa político, el gran ausente de la campaña electoral alemana

El líder y candidato a la Cancillería por el Partido Socialdemócrata (SPD), Martin Schulz.

La tibieza marca la tónica general de la campaña electoral en Alemania. Aunque los alemanes están llamados a las urnas a finales de septiembre, son muy pocas las propuestas concretas que se desprenden de los programas de los candidatos. Y los medios de comunicación parecen desentenderse del asunto. Basta con echar un vistazo a las páginas web de los principales diarios alemanes para entender la falta de entusiasmo que genera esta campaña. Los grandes titulares hablan de todo menos de política alemana… El investigador Martin Emmer, profesor de Ciencias de la Comunicación en la Freie Universität de Berlín, da algunas claves para entender esta realidad.

PREGUNTA: La campaña electoral alemana sigue sin despegar, cuando apenas quedan cuatro semanas para los comicios. ¿Cómo explica esta sensación de hastío?

RESPUESTA: En mi opinión, hay dos razones fundamentales. La primera es que los electores deciden cada vez más tarde el sentido de su voto. Los partidos lo saben, así que tienden a centrarse en los últimos días de campaña. En los años 70, 80 y hasta los 90, en Alemania Occidental, los electores estaban más apegados a partidos muy institucionalizados, decidían su voto mucho antes. Actualmente, se observa una gran volatilidad, especialmente en Alemania del Este, que no ha conocido ese marco de partidos políticos. También se observa, entre el electorado joven, una tendencia, más acusada que en el resto de la población, a decidirse en el último momento, en función de una cuestión concreta y no del conjunto de un programa.

La otra razón es que no hay, en los programas de los candidatos, un asunto concreto que les permita tomar posiciones y llevar a cabo una campaña fuerte, ofensiva. Los asuntos son muy generales, a largo plazo y no van en sintonía con las preocupaciones de los electores. En este contexto, el SPD [los socialdemócratas] encuentra una dificultad adicional: viene de cuatro años de coalición con la CDU [conservadores]. No tiene ninguna credibilidad a la hora de llevar a cabo una campaña fuerte contra Merkel, ya que formó parte de su Gobierno.

P: Más exactamente, ¿cuáles son los asuntos que predominan en la campaña?

R: ¡Ésa es la pregunta! Los asuntos centrales son difíciles de identificar, aunque pueden evolucionar a medida que se acerque la fecha de las elecciones. De momento, hay tres temas destacados. En primer lugar, se aborda la cuestión de la justicia social y de la brecha salarial entre hombres y mujeres, que promueve el SPD, pero que no puede adelantar demasiado ese peón porque si presenta a Alemania como un país dominado por la injusticia, se le van a pedir cuentas sobre lo que ha hecho estos últimos 15 años [el SPD también gobernó en coalición en el periodo 2005-2009 y, anteriormente, estuvo al frente del Gobierno que aprobó las cuestionadas reformas del seguro de desempleo].

La segunda cuestión es el cambio climático y los asuntos medioambientales. Pero los objetivos que se abordan son a largo plazo y los candidatos, centrados en el medio plazo, no ven a qué hecho concreto agarrarse. Sólo Los Verdes incluyen esta cuestión como punto central de su agenda, aunque ni siquiera ellos mismos consiguen poner de manifiesto casos concretos con los que convencer a los electores. Relacionado con este aspecto se encuentra también el escándalo del diésel, que ha sacado a la luz las manipulaciones de la industria del automóvil… pero este asunto está tan vinculado con el éxito de la economía alemana que nadie se atreve a hacer de ello una cuestión importante de la campaña.

Por último, el tercer asunto electoral es la idea de que Alemania es un buen lugar para vivir, que hay que seguir con las políticas llevadas a cabo hasta la fecha y que, desde luego, no hay que realizar cambios. La CDU vertebra su campaña en torno a esa idea, con eslóganes del tipo: Por una Alemania en la que nos gusta vivir y en la que vivimos bien.

P: ¿La cuestión de los refugiados, llegados en 2015, no se aborda en esta campaña?

R: Es un elemento clave al que no se alude. Nadie habla de ello, salvo el partido xenófobo AfD (Alternative für Deutschland), para suscitar un miedo emocional y pánico en el electorado. Los principales partidos no hablan del asunto porque no encuentran nada positivo que decir. Los políticos alemanes carecen de ideas, pero también carecen de valentía política –que sí tienen a la hora de abordar asuntos europeos–. ¿Hay que reformar la UE, cómo reformarla? En los partidos en el poder, nadie se pronuncia porque nadie quiere correr riesgos. Incluida Angela Merkel tiene mucho interés en no correr ningún riesgo. Generalmente, el jefe del Ejecutivo de turno saca partido de ello.

P: Se le podría sacar rédito a la cuestión europea en un país como Alemania, donde los electores siguen muy ligados a la UE…

R: No, aunque Schulz habla un poco de este asunto, los candidatos evitan referirse a cuestión europea. Cierto es que los alemanes en su mayoría son europeístas, pero la UE se encuentra lastrada por una serie de problemas: la actitud de Polonia y de Hungría, los fallos de la ampliación, el miedo a que el euro deje de funcionar, la relación con Grecia y con las políticas de austeridad… Numerosos asuntos con connotaciones negativas en torno a las cuales resulta difícil movilizar al electorado.

P: Esta falta de asuntos precisos en la campaña y la falta de divergencias entre los partidos ¿no corren el riesgo de favorecer la abstención electoral?

R: Sí, se trata incluso de una estrategia de desmovilización promovida por la CDU. Con Kohl ya se observó un comportamiento así: campañas electorales centradas en su persona, sin programa político. Borrar las diferencias entre los partidos, no llevar al cambio… favorece la abstención y el sentimiento de que votar no sirve para nada. Se trata de una forma de conseguir la reelección del canciller en el cargo. Y hasta la fecha los partidos en la oposición no ha conseguido contrarrestar esta estrategia.

P: Esto hace también de Alemania una excepción, con relación a los países vecinos, donde últimamente los dirigentes rara vez resultan reelegidos…

R: Es verdad que los alemanes todavía son más fieles en el sentido de su voto que sus vecinos. Dicho esto, la relación entre el electorado y las formaciones políticas tradicionales también aquí se va desgastando progresivamente. El SPD ha sufrido un importante debilitamiento en estos últimos 15 años y también la CDU, aunque la popularidad de Angela Merkello oculte, de momento. A día de hoy, ella es quien garantiza el éxito de la CDU y no la potencia del partido.

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Traducción: Mariola Moreno

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