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Un informe sindical señala que las empresas auditoras tapan los abusos laborales del Tercer Mundo

Derrumbe de fábricas textiles en Bangladesh_2

infolibre

Un informe elaborado por la central sindical estadounidense AFL-CIO revela un presunto incumplimiento sistemático de la industria de la responsabilidad social corporativa al validar lugares de trabajo de grandes empresas multinacionales en países en desarrollo. Estas subcontratas externas se dedican a dar el visto bueno a los locales conforme a los estándares internacionales. Aunque en sus bases fundacionales estas entidades se definen como adalides de los derechos humanos, los autores del trabajo consideran que "permiten los abusos de las grandes compañías".

El análisis está realizado por la Federación Americana del Trabajo-Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO, por sus siglas en inglés), que aglutina a 57 sindicatos laborales estadounidenses e internacionales y representa a unos 12,2 millones de trabajadores. La organización sindical revela la forma en que empresas de auditoría social como Social Accountability International y Fair Labour Association han certificado fábricas en Pakistán y Bangladesh, donde cientos de trabajadores y trabajadoras perdieron la vida en incendios causados por normas de seguridad permisivas.

"Mientras el modelo globalizado de negocios sigue proporcionando grandes ganancias a las compañías, esto supone un costo muy alto para los trabajadores y para las economías de muchos de los países más pobres", señala la organización sindical en el documento. Incluso van más allá, afirmando que estas tácticas han desembocado en problemas para las propias compañías, ya que "los sindicatos laborales, organizaciones no gubernamentales y entidades similares comienzan a fijarse en la explotación y el abuso", resaltan.

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El documento señala que las iniciativas en las que los trabajadores tienen voz y voto en el proceso, tales como el Consorcio de los Derechos de los Trabajadores, han tenido un impacto positivo, ayudando a los empleados a negociar mejores salarios y condiciones laborales. Por el contrario, según afirman desde AFL-CIO, las iniciativas financiadas por empresas a menudo han seguido el modelo de tercerización de las mismas empresas que se supone que vigilan. “El mejor sistema para identificar y corregir los problemas en el lugar de trabajo, ya sea acerca de la seguridad de los trabajadores o del derecho de sindicalización, es a través de los propios trabajadores y sindicatos, no un programa publicitario de responsabilidad social corporativa”, subrayan en relación a este último punto.

Según el organismo, los programas dirigidos por empresas que envían a expertos y les pagan para evaluar las condiciones de trabajo están "viciados de raíz, ya que desconocen la realidad del día a día". Richard Trumka, presidente de AFL-CIO, aseveró recientemente que "algunos auditores tienen incentivos para no informar exhaustivamente o con precisión lo que ven". A su juicio, en el mejor de los casos, "los programas de vigilancia de la responsabilidad social corporativa son limitados"; en el peor, "esconden problemas y afirman que las condiciones de trabajo son decentes cuando no lo son”.

Las críticas no recaen exclusivamente en las empresas auditoras, sino que en el informe de AFL-CIO se considera que la responsabilidad última corresponde a los gobiernos. "Cuando se legisla para garantizar la aplicación de normas de la Organización Internacional del Trabajo, los empleadores, ya no pueden anteponer el interés comercial a la vida y medios de subsistencia de los trabajadores”, opina Sharan Burrow, secretaria general de la Confederación Sindical Internacional (CSI).

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