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'Corona-news': cómo afecta el virus a los fetos, los estafadores siguen activos y la estrategia singular de Suecia

Camas UCI en el Hospital provisional de Ifema ante el coronavirus.

Dolores Armijo

infoLibre resume las informaciones más interesantes sobre el Covid-19 publicadas en la prensa internacional. Esta es nuestra selección de hoy.

¿puede Afectar el virus a los fetos? (The New York Times)

Los recién nacidos y los bebés parecen no estar afectados por el coronavirus, pero The New York Times menciona tres nuevos estudios que analizan si el virus puede llegar al feto. En todo caso, advierte el periódico, esas investigaciones no son concluyentes en cuanto a si el virus realmente atraviesa la placenta y "los recien nacidos parecen sólo ligeramente afectados, si es que lo están en absoluto".

La placenta normalmente bloquea los virus y bacterias dañinas para que no lleguen al feto. Y permite la entrada de anticuerpos útiles de la madre que pueden mantener al feto a salvo de cualquier germen, antes y después del nacimiento. Aún así, algunos virus llegan al feto y pueden causar estragos. El ejemplo más reciente es el Zika, que puede causar microcefalia y daños neurológicos graves. Es cierto que el coronavirus no parece pertenecer a esa categoría de virus tan dañinos para el feto.

Un estudio de nueve bebés en Wuhan (China), publicado en marzo en The Lancet, concluyó que el nuevo coronavirus no parecía cruzar de la madre al feto.

Pero en otras dos nuevas investigaciones, publicadas en JAMA (Journal of the American Medical Association), los médicos encontraron anticuerpos en los recién nacidos que reconocen el virus, lo que sugiere que sí llega al feto. Ambos estudios encontraron en los bebés altos niveles de inmunoglobulina G, anticuerpos que son transportados de la madre al feto a través de la placenta. Además, en tres bebés los estudios también encontraron evidencia de otro tipo de anticuerpo, llamado inmunoglobulina M, que reconoce al coronavirus. 

Suecia elige el camino de la "normalidad" (Der Spiegel)

Hay un país en Europa que se niega a tomar medidas excepcionales contra el coronavirus. Los escolares siguen en las aulas y ni siquiera la temporada de esquí se ha interrumpido. Es Suecia, país al que Der Spiegel dedica un amplio reportaje. Mientras que los ciudadanos viven confinados en casi toda Europa, los suecos quieren mantener la mayor normalidad posible. Son ya los únicos después de que británicos y holandeses, que hasta hace unos días habían apostado por la misma estrategia, hayan dado un giro de 180 grados y optado por reducir drásticamente la vida pública.

En Suecia, muchas cosas siguen igual que en los tiempos pre-corona: las guarderías están abiertas, los escolares hasta el noveno curso continúan sentados juntos en clase y se les permite jugar en los parques infantiles y los campos deportivos. Sus padres deben teletrabajar cuanto sea posible y no visitar a los parientes ancianos, pero se trata sólo de consejos y no imposiciones legales, al igual que la recomendación de no viajar innecesariamente y evitar las multitudes. Las autoridades sólo son más estrictas con los ancianos y con quienes tienen problemas de salud: deben quedarse en casa. 

Mientras que en Alemania y otros países no pueden acercarse físicamente más de dos personas que no sean de la misma familia, en Suecia el límite es mucho más generoso: desde el pasado domingo está en 50 personas (antes era de 500). La otra norma legal aprobada estipula que en los restaurantes y locales de ocio es obligatorio estar sentados en las mesas. Así que se han terminado las fiestas en clubes y bares.

Anders Tegnell, la principal autoridad del país sobre enfermedades infecciosas, transmite en ruedas de prensa casi diarias la idea de que la situación se encuentra "estable" en Suecia –según el censo de la Universidad Johns Hopkins había este lunes 3.700 contagiados y 110 muertos– y que mejorará en primavera y verano, gracias al mejor tiempo. Pero considera ilusoria la idea de que el virus pueda ser detenido de alguna manera. El patógeno regresará en otoño, indicó en la televisión sueca, y "lo que será importante es ver cuánto se ha infectado la población para entonces". Y es que Tegnell entiende que la pandemia podría detenerse "sólo por la inmunidad comunitaria o por una combinación de inmunidad y vacunación, que es básicamente lo mismo". Y es más que probable que la vacuna no esté hasta el próximo año.

Los estafadores adaptan sus métodos (The Guardian)

The Guardian informa sobre el "submundo del Covid-19", el de los estafadores que ven en la crisis una oportunidad para robar.

El volumen de estafas por correo electrónico con mensajes sobre el coronavirus casi se triplicó la semana pasada. Se estima que casi el 3% de todo el spam mundial está ya relacionado con el Covid-19. Los atacantes simulan cada vez con mayor frecuencia que se trata de envíos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) o de Naciones Unidas.

Las campañas de correo electrónico suelen estar diseñadas para obtener datos personales, que luego los delincuentes pueden utilizar para robar fondos. Sin embargo, la gama de diferentes estafas es mucho más amplia que los correos electrónicos fraudulentos. Neil Tyson, director de la consultora Fraud Management Resource Centre, advierte: "Los criminales usarán el teléfono, los mensajes de texto, el correo electrónico, el correo postal o llamarán a la puerta. Utilizarán las cinco vías. Llamarán a la puerta para vender test falsos o medicamentos fraudulentos". De hecho, el Chartered Trading Standards Institute está advirtiendo a los ciudadanos que no abran sus puertas a falsos trabajadores sanitarios que dicen ofrecer "tests caseros" de coronavirus.

Entre las estafas más comunes están las compras por internet: los consumidores han pagado por mascarillas, desinfectantes de manos y otros productos que nunca han llegado. Y los ladrones no se detienen ante casi nada: el Departamento de Educación alertó sobre un correo electrónico en el que se pedía a los padres de niños con derecho a recibir comidas escolares gratuitas sus datos bancarios, para que sus hijos pudieran seguir recibiendo comidas durante el cierre de las escuelas.

Cómo elegir a qué pacientes salvar (The Washington Post)

The Washington Post se plantea una pregunta que también ha sido noticia en muchos otros países: cuando hay recursos médicos limitados, por ejemplo falta de respiradores, ¿cómo elegir a qué pacientes se les asignan? El lugar más crítico en Estados Unidos es por ahora Nueva York, que tiene unos 10.000 respiradores y las autoridades estiman que necesitará 30.000 más. 

La distribución de recursos puede implicar consideraciones médicas, como por ejemplo si ciertos órganos han fallado. Pero también deben tenerse en cuenta cuestiones de equidad, justicia social y otros principios éticos, indica Samuel Packer, que fue director de ética en Northwell Health [el mayor grupo médico privado de Nueva York] durante el brote de gripe H1N1 en 2009. "En ética se habla de ser utilitarista: hacer el mayor bien para el mayor número de personas", indica, una filosofía que considera bien adaptada para situaciones como la actual.

Paul Root Wolpe, experto en bioética de la Universidad de Emory, y sus colegas han revisado más de 60 políticas de pandemia de centros médicos de todo el país. "La idea general es muy común. En primer lugar, priorizar a las personas que van a salir adelante", resume.

Aunque la edad del paciente no es la única consideración, "sería deshonesto si no dijéramos que la edad es un factor determinante", admite Arthur Caplan, director de la división ética en el Langone Medical Center de la Universidad de Nueva York. "La edad está correlacionada con la resistencia". Debido a que los pacientes más jóvenes en general mejoran antes, pueden liberar un respirador más rápidamente para el siguiente paciente.

Esta semana, el New England Journal of Medicine publicó una guía para la asignación de respiradores. La mayor prioridad, escribieron los autores de ese informe, debería ser "salvar la mayor cantidad de vidas" y "años de vida", no distribuir las máquinas por orden de llegada de los pacientes. En igualdad de condiciones, los trabajadores sanitarios y los participantes en investigaciones deberían tener prioridad, añadieron.

ensayos con cuatro medicamentos (The Economist)

The Economist se fija en la carrera mundial contrarreloj para encontrar un medicamento contra el Covid-19. Los médicos están probando diversos fármacos, pero tan pronto como se menciona uno en particular todo el mundo se apresura a comprarlo o a utilizarlo, incluso de forma preventiva y a pesar de la falta de pruebas sobre su eficacia, asegura John Hick, del Centro Médico del condado de Hennepin en Minneapolis. Hick recomienda esperar a saber si algo realmente funciona. Los esteroides se utilizaron en el brote de SARS de 2003, una enfermedad respiratoria causada por otro coronavirus, pero los estudios realizados desde entonces sugieren que de hecho pueden haber sido perjudiciales.

Las respuestas fiables sólo pueden provenir de ensayos clínicos adecuados. Cientos están en marcha. A principios de marzo, Bruce Aylward, que dirigió la misión de investigación de la OMS en China en febrero, indicó que se habían registrado 200 ensayos allí. Pero con muy pocos pacientes en cada uno. Y los ensayos pequeños no pueden distinguir un efecto poco intenso del azar. Esta falta de datos puede explicar por qué un ensayo con kaletra, una combinación de drogas contra el VIH, no fue concluyente en pacientes graves de Covid-19, sostiene Ana María Henao Restrepo, de la OMS. Pero los ensayos de China todavía pueden dar resultados. El primero, en pacientes gravemente enfermos tratados con remdesivir, un fármaco desarrollado para tratar el ébola, está previsto que termine de recoger datos el 3 de abril.

Lo que realmente se necesita es un gran ensayo internacional que recoja datos sobre muchos fármacos de muchos hospitales. La OMS confía en que eso ocurra con un ensayo anunciado el 20 de marzo. Probará cuatro tratamientos diferentes: remdesivir, cloroquina, kaletra y kaletra más interferón beta, los medicamentos que actualmente parecen ser más prometedores. La esperanza es que los médicos, incluso los que trabajan bajo gran presión, recluten pacientes. Los pacientes se inscriben a través del sitio web de la OMS, que asignará al azar a cada uno de ellos un fármaco de prueba (que se limitará a los que estén disponibles en ese momento).

No habrá placebo y los médicos sabrán qué tratamiento se ha dado a cada paciente. Esa no es la forma en que se desarrollan los ensayos clínicos de calidad en tiempos normales. Pero es la mejor manera de averiguar en el menor tiempo posible qué fármaco funciona mejor. La OMS no ha dicho cuánto tiempo espera que dure el ensayo. Países como Argentina, Bahrein, Canadá, Irán, Noruega, Sudáfrica, España, Suiza y Tailandia ya han dicho que se unirán. Unos 3.200 pacientes europeos participarán bajo la coordinación de una agencia de investigación biomédica francesa.

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