Opinión

El legado del presidente Chávez

Julio César Fernández Toro

A las 4:25 p.m. del 5 de mayo de 2013, ha fallecido el Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela por catorce años consecutivos. Líder carismático de un proceso revolucionario de corte socialista que, si bien se originó en un pronunciamiento militar el 4 de febrero de 1992, sin embargo logró consolidarse por la vía democrática a partir de su elección en 1999. El Presidente Chávez y su movimiento ganaron dieciséis procesos electorales, únicamente perdió un referendo sobre una propuesta de reforma constitucional, cuya derrota reconoció inmediatamente. Al popular Chávez no lo derrotó la política, lo derrotó la naturaleza, después de batallar por casi dos años contra el cáncer y ser intervenido quirúrgicamente en cuatro oportunidades.

Chávez fue un fenómeno político extraordinario. A partir de aceptar con mucho valor el fracaso del pronunciamiento militar de 1992 que lo catapultó a la escena pública, se convirtió en el líder popular venezolano más importante de los últimos cien años. Su forma osada de hacer política, con un particular rasgo personalista, creó un fuerte vínculo emotivo con la gran mayoría de los venezolanos. No le gustaban las intermediaciones, por lo que siempre buscó el contacto directo con la gente. Su discurso de lenguaje coloquial, radical, directo, irreverente, dicharachero, motivaba la adhesión emocional de sus partidarios con largas arengas, ya fuera en mítines políticos muy concurridos o a través de trasmisiones oficiales de radio y televisión que tenían que ser transmitidos simultáneamente por todos los medios radiales y televisivos. Con Chávez nadie era indiferente, se lo amaba o se lo odiaba con gran intensidad. Chávez era aceptado como líder indiscutible. De fuerte personalidad, centralizó todas las decisiones políticas de su movimiento y del Estado. Se ocupaba personalmente de cada detalle. Controlaba las ejecuciones de sus colaboradores, siendo común que en las alocuciones públicas les hiciera preguntas sobre los resultados obtenidos y los regañara por los atrasos o errores cometidos. Con Chávez el sistema político venezolano se subjetivizó y se soportaba en él, para bien o para mal. En vida no hubo ningún otro dirigente político venezolano que le hiciera sombra.

El Presidente Chávez era de una gran sensibilidad social. Su movimiento surgió como respuesta a las demandas sociales de una población muy depauperada por las políticas neoliberales de los años 80´s y 90´s. De allí que, inmediatamente asumió la Presidencia de la República, creó diversos programas sociales que denominó “Misiones”, para atender las más sentidas necesidades populares. Con resultados diversos, desde la campaña contra el analfabetismo, la inclusión de jóvenes que estaban fuera del sistema educativo, la recuperación de la vista de ancianos con cataratas, o la dotación de vivienda propia, las misiones constituyeron el eje central de la política social de su gobierno, recibida con gran satisfacción por la población.

Desde su elección en 1998, el Presidente Chávez comprendió que el éxito político de su movimiento solo era posible alcanzarlo si modificaba la institucionalidad del sistema político venezolano. Así que convocó a una Asamblea Nacional Constituyente que en 1999, mediante un inédito proceso democrático y participativo, redactó la vigente Constitución. Se previó un Estado democrático, social, de derecho y de justicia. La Carta de Derechos fue ampliada bajo nociones muy progresistas. La forma de gobierno constitucionalizada profundizó y amplió la democracia con una variedad de mecanismos de participación directa, semidirecta e indirecta de los ciudadanos en la vida política. Se modificó la estructura del Estado bajo un diseño de cinco Poderes Públicos. Además, con el proceso constituyente el Presidente Chávez logró que se produjera la sustitución de la vieja élite política dominante, modificando para siempre el sistema de partidos.

A raíz de los intentos de golpe de Estado contra el Presidente Chávez que se impulsaron, primero, con una huelga patronal y una asonada militar el 11 de abril de 2002, y luego, con la paralización de la industria petrolera al final del 2002 y principio del 2003, el Presidente reorientó sus políticas acentuando la orientación socialista de su movimiento; incrementando el control sobre la industria petrolera y sobre el Estado; constituyendo una alianza cívico-militar en la que las Fuerzas Armadas tomaron partido a favor del socialismo; y dominando la economía de mercado con el establecimiento de un régimen de control de cambio de divisas.

Otro aspecto importante es que el Presidente Chávez comprendió la importancia del ámbito internacional, no solo para la supervivencia del proceso político venezolano que adelantaba, sino porque que creía sinceramente en la internacionalización de lo que denominó como el “Socialismo del siglo XXI”, y que ha tenido con autonomía sus expresiones nacionales en ejemplos como Bolivia, Ecuador, Nicaragua o El Salvador. Utilizó el suministro a bajo costo del petróleo a países con problemas financieros como instrumento de relacionamiento y de posicionamiento internacional. En todo caso logró el ingreso de Venezuela en el Merco Sur, impulsó la creación de UNASUR y la alianza del ALBA. Su intervención en los distintos escenarios internacionales lo posicionó como un aguerrido e irreverente líder internacional, su imagen y presencia terminó siendo respetada y tomada en cuenta.

Venezuela despide a Chávez y prepara nuevas elecciones

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Si bien el presidente Chávez inicialmente lideró un amplio movimiento electoral, rápidamente comprendió que la institucionalización de su propuesta política pasaba por la creación de un partido político, es así como nace el Partido Socialista Unido de Venezuela -PSUV, en la actualidad el más importante y popular. Él era su máxima autoridad, a la que se subordinaban todos sus dirigentes con una férrea lealtad. Con el transcurrir del tiempo, en el seno del PSUV se ha ido formando y consolidando una amplia dirigencia partidista, que si bien se agrupa en distintas corrientes internas, mantienen una unidad que pareciera se amalgama sólidamente alrededor de la imagen del Presidente Chávez y su ideario. Eso hace pensar que el chavismo sin Chávez es posible mediante la unidad de una dirección colectiva. Pero, además, para el propio Presidente Chávez este problema no le fue ajeno, y antes de su último viaje a Cuba, para tratar su enfermedad, designó al Vicepresidente Ejecutivo, Nicolás Maduro, como su sucesor y candidato presidencial en caso de que él no sobreviviera.

Con el fallecimiento de Chávez como Presidente Electo para el período 2013-2018, pero que no pudo juramentarse para su nuevo mandato, el artículo 233 constitucional prevé que sea declarada una falta absoluta al cargo, que la Presidencia sea asumida temporalmente por el Presidente de la Asamblea Nacional, y que se realice una nueva elección presidencial dentro de los siguientes treinta días continuos. Todas las encuestas realizadas hasta el presente, hechas bajo el diseño de distintos escenarios políticos, dan a Nicolás Maduro como ganador en una cercana elección presidencial.

El Presidente Chávez hizo historia y en ella estará reseñado y evaluado bajo distintas perspectivas y posiciones políticas y académicas, pero su legado influirá por largo tiempo en la política venezolana e iberoamericana.

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