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Un ejemplo de vanguardia del asociacionismo militar

Cómo me gustaría que Pilar se tomara un café una tarde con mis excompañeros del grupo de trabajo de la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME), todos varones, que se han encargado de hacer un informe al Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas, (COPERFAS), sobre el proyecto de Real Decreto por el que se aprueba el reglamento de ordenación de la enseñanza de formación en las Fuerzas Armadas.

Para quienes no estéis familiarizados con el funcionamiento del COPERFAS, órgano del que he formado parte durante un tiempo, os contaré que éste remite a las asociaciones militares que participan en él, por ejemplo, proyectos de normas y las asociaciones le “informan” sobre lo que estimen oportuno.

En una de las sesiones de este Consejo, AUME le dice al alto mando militar en materia de personal, y al equipo ministerial que está al frente, que existen modificaciones al desarrollo de la Ley de la Carrera Militar, y éstos responden que se hacen modificaciones “sobrevenidas” por la situación cambiante de la sociedad y por la experiencia adquirida por la aplicación de la normativa actual. AUME observa que estos mismos argumentos valen para proponer un cambio de ley. Muchos militares están descontentos en lo que atañe a su carrera militar y, además, los desarrollos legales con continuos cambios llaman a eso: a revisar la Ley para concretarla y establecer mayor seguridad jurídica.

AUME está promoviendo un cambio de la ley actual para ir a una nueva Ley Integral de la Carrera Militar, única para todos los militares. Y por eso, como se trata de informar sobre una norma que supone el desarrollo y aplicación de la Ley de la Carrera Militar vigente, que por otra parte proponen que desaparezca en favor de otra que sea integral, informan al COPERFAS sobre una base crítica.

En este proyecto de Real Decreto, en la disposición adicional cuarta, titulada Economía del lenguaje, se dice que:

“De conformidad con el artículo 14.11 de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, todas las denominaciones que, en virtud del principio de economía del lenguaje, se hagan en género masculino inclusivo en este real decreto, referidas a titulares o miembros de órganos o colectivos de personas, se entenderán realizadas tanto en género femenino como en masculino”.

Pero volvamos a Pilar y a ese café. Pilar Careaga Castrillo es una filóloga y editora feminista, especialista en Educación y Lenguaje con perspectiva de género. Me encantaría que pasara una tarde con este grupo de militares, hombres, que “informan” proyectos de leyes militares. Porque lo han hecho con perspectiva de género.

Los generales jefes de los mandos de personal, también todos varones, deben haber quedado, imagino, ojipláticosal leer la propuesta de estos otros hombres, propuesta que yo leo, analizo y comparto con orgullo infinito y máxima admiración con los lectores aquí, por ser defensores de la igualdad entre hombres y mujeres, por dejarlo claro y por escrito, sin complejos, aportando su grano de arena para que la igualdad, como dice la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, sea real y efectiva. Así que, atención a la propuesta de AUME a la disposición adicional cuarta sobre economía del lenguaje:

“Lejos de la seriedad del término 'principio' que no creemos que aquí quepa aplicar, entendemos que la referencia se hace a la 'economía lingüística' en el sentido de abreviar o simplificar y no realizar redundancias.  Aplicar la economía lingüística en apoyo del artículo 14.11 de la Ley Orgánica 3/2007 de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de hombres y mujeres, resulta un contrasentido ya que parece ir justamente en sentido contrario a lo que esta ley propugna. En este sentido parece más justificable, en atención a dicha ley orgánica y poniéndolo en consonancia con dicho artículo, lo establecido también en el artículo 11 de la misma:1. Con el fin de hacer efectivo el derecho constitucional de la igualdad, los Poderes Públicos adoptarán medidas específicas en favor de las mujeres para corregir situaciones patentes de desigualdad de hecho respecto de los hombres.Entendemos que esta referencia a la “economía lingüística” se realiza en atención a no realizar un lenguaje inclusivo, sin embargo, respetando esa “economía” se pueden adoptar medidas positivas para “equilibrar” la terminología y ayudar a esa igualdad efectiva, mediante la utilización del “femenino” en aquellos casos donde se generalice en masculino la referencia a los dos géneros. Por ejemplo: en lugar de “el alumno”, “la alumna”. Se cumpliría con la ley orgánica para la igualdad de hombres y mujeres y con la economía lingüística. No olvidemos que este Real Decreto lo propone una Ministra y lo aprueba la Vicepresidenta Primera y Ministra de la Presidencia, sin duda, dos mujeres que no dudarían en escribir en términos positivos según lo aquí expuesto

medidas específicas

un lenguaje inclusivo”.

Y a partir de este momento, sobre la base de este argumento ¡utilizan el femenino genérico en todo el texto remitido al COPERFAS!

Es maravilloso, respetan el principio (que no ley) de la economía del lenguaje. Solo tienen los hombres que sentirse incluidos como lo hemos hecho y hacemos nosotras (siempre), en los textos que (siempre) han sido y son escritos utilizando el masculino genérico. Utilicemos la lógica.

Hombres y mujeres somos seres humanos, si el masculino genérico nos incluye a nosotras, el femenino genérico os incluye a vosotros. ¿Qué problema hay? ¿La Real Academia Española?

Ninguno.

Pilar Careaga escribió un artículo titulado No es gramática, es ideología. Os aconsejo que  lo leáis (aquí) no tiene desperdicio.

“Lo que proceda del Diccionario de la Real Academia Española no tiene la comunidad hablante que aceptarlo e interiorizarlo como si fuera un Código Civil o Penal”, escribe Pilar. Estoy de acuerdo con ella, es más, creo que todo lo que proceda de la Real Academia Española, una institución patriarcal después de todo y que terminará siendo feminista por la fuerza de nuestra lucha, de entender que el lenguaje no es gramática, es ideología, no tiene la comunidad hablante y escribiente que aceptarlo e interiorizarlo como si fuera un Código Civil, Penal o Militar.

Gracias, compañeras. Por ser “hombres de verdad”, feministas. Y Pilar, si me estás leyendo, me gustaría estar en ese café. _________________

Teresa Franco Martínez es militar en Servicios Especiales. Concejala del Ayuntamiento de Murcia.

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