Nos gustaría enviarte notificaciones de las últimas noticias y novedades
Soy feminista. Repudio la dominación masculina ejercida sobre las mujeres : La violencia física, de la cual la más terrible manifestación es el asesinato y la eliminación de los hijos; la humillación verbal, que suele preceder a la física; la discriminación en todas las esferas, pero por encima de todo en la económica, ya que es la que permite mayor facilidad para el dominio; el estatus que la sociedad concede a cada uno, incluidas muchas mujeres, parece que un puesto de responsabilidad tiene más solidez si lo ejerce un hombre, aunque afortunadamente eso va cambiando y, parece, se va valorando más hacer las cosas bien.
Soy hombre en la sociedad actual. Enfrentándome con razonable vehemencia a mi naturaleza, a mi herencia, a la postura de otros hombres ( unos más papistas que el Papa, otros anclados en privilegios que empezaron a cambiar con la incorporación de la mujer el mundo laboral) y a mi ética, más arriba expuesta, respecto a la relación entre sexos.
Comprendo la beligerancia de las mujeres que tratan de cambiarlo todo para definitivamente erradicar esta tendencia objetivamente injusta y aunque muchas voces masculinas, ajenas al maltrato o dominación, claman contra las situaciones discriminatorias, que en muchas ocasiones llevan a la desesperación, silenciosas o silenciadas, la proporción es desmesurada en favor el hombre. Tan solo gracias a partir de una situación de ventaja es suficiente para inclinar la balanza.
Pero…¿estamos hablando de una guerra civil soterrada? quizá si; unos quiere conservar sus privilegios y otros y otras cambiar la sociedad. En la misma línea, podríamos definir frentes de batalla, a saber: Las empresas, los lugares donde se ostenta poder, la educación, los medios de comunicación, los hogares…. Y por supuesto, hay generales, oficiales, soldados y soldadas, grupos económicos que apoyan a los bandos y países extranjeros que influencian y ayudan a unos u otros.
Así las cosas, como en cualquier otra guerra civil, hay consecuencias terribles para la cohesión de la sociedad. Daños inherentes a una guerra civil.
Mi natural pensar lógico me dice que la situación es favorable al hombre y discrimina a la mujer. También me dice, s
Responder
Denunciar comentario
Por supuesto que no pongo en duda lo que dice la autora de su padre, faltaría más, pero también es curioso que las experiencias que se cuentan vayan en el sentido de que todxs han aprendido cosas positivas y nada de machismo, el machismo debe ser pues algo así como una plaga de origen desconocido o quizá un invento de feministas para entretenerse haciéndole la guerra.
Responder
Denunciar comentario
Por lo que nos cuenta Ana Moreno Durán de su padre, este señor -en mi opinión- era una persona sabía intelectual y emocionalmente. Como hoy observo que hay alguna que otra confesión más o menos privada, me permito aportar la mía. Mi padre, creo, también era un hombre sabio emocional e intelectualmente; su ejemplo en casa y su actitud vital, así como sus comentarios o recomendaciones me han valido de mucho en la vida y a la vez me han permitido identificar trampas y errores de algunos discursos que benefician poco a la convivencia y desarrollo humano (personal y colectivo) en paz y armonía.
Hizo bien su padre, Ana Moreno, en tratar de inculcarle libertad emocional y en advertirle de que para conseguirla debía pensar y actuar sola en muchas cuestiones.
Soy sociólogo de profesión y por lo tanto mi campo profesional es la acción social y gracias a ello percibo (admitiendo la posibilidad de desacierto) cuándo determinada acción social o colectiva viene cargada de conflictos irresolubles y acentúa las dimensiones de la conducta humana que no favorecen la convivencia. La reflexión sobre ello me ha llevado a concluir que la única defensa frente a principios y acciones sociales o colectivas disfuncionales está en la "libertad emocional" y la consecuente reflexión individual, personal y no colectiva, para detectar la trampa o el error de determinadas propuestas en "manada", (políticas y filosóficas al fin y al cabo).
Para mí tengo que cualquier propuesta de acción social o colectiva que se fundamenta en la abominación del otro y la identificación con el mío o la mia en función de sus características derivadas de raza, religión, sexo, género, etnia, pueblo, nación, etc, etc. Es decir las que le han caído en suerte por avatar del destino... y a la vez concluir que todos los componentes y/o componentas de ese avatar adquieren y comparten por ello los mismos defectos y virtudes y pierden ineluctablemente su opcion intelectual y emocional propia, única y preciosa... Como decía y digo, para mí tengo que esa propuesta de acción social y colectiva tiene trampa y la experiencia histórica demuestra lo perjudiciales que pueden llegar a ser.
Responder
Denunciar comentario
Ocultar 1 RespuestasEso no lo diría de quienes luchan contra el racismo, que abominan de los otros, pero de las mujeres que luchan contra el machismo sí, cuando la experiencia histórica lo que muestra es que las mujeres, la mitad de la población han sido las perjudicadas siempre respecto de y por parte de los hombres. Curioso lo que propone y coincidente con lo que acabo de oír a Casado al preguntarle si es feminista, “el colectivismo no es bueno, yo defiendo a la persona...” y que cada persona se apañe por su cuenta. El individualismo triunfante, tanto en la derecha como en quienes se dicen de izquierdas, así vamos organizarnos para conseguir objetivos.
Responder
Denunciar comentario
Ya. Pero, por ejemplo, yo no soy un "violador en potencia" (y no sólo, aunque también, por la edad), ni lo son la inmensa mayoría de los hombres; o, al menos, no lo son más que puedan ser "putas en potencia" la gran mayoría de las mujeres. Y lo de "violador en potencia" y otras expresiones más o menos igual de amistosas hacia el sexo masculino, que no lo niegue la articulista, están de moda. Lo de la igualdad está muy bien mientras no se pasa al desagradable terreno de la realidad, que incluye hechos tan variopintos como que ningún hombre ha muerto de parto ni ninguna mujer de cáncer de próstata; que los hombres son más altos, más rápidos y más fuertes que las mujeres (considerando las respectivas poblaciones estadísticas, no los individuos aislados) pero las mujeres viven más años (considerando, otra vez, las poblaciones); que el CI medio es, en conjunto, sensiblemente el mismo para hombres y mujeres pero hay diferencias estadísticas notables entre los diferentes factores que lo integran, aunque ahora esté prohibido decirlo, igual que está prohibido publicar las estadísticas de los niños asesinados cada año por una mujer, que son más de uno y más de dos. Cada uno de esos variopintos hechos tiene consecuencias aunque se quieran negar: por ejemplo, es seguro que si los trabajos que requieran gran habilidad espacial se adjudican con toda justicia, habrá siempre más puestos de ese tipo ocupados por hombres que por mujeres; nada del cincuenta por ciento. Lo contrario si lo que se necesita es gran fluidez verbal. Igual que será verdad que habrá muchas más viudas que viudos y, por tanto, más ancianas solas que ancianos solos.
Y, ya que se habla de igualdad, oigo muchas reclamaciones feministas en relación, por ejemplo, a las ingenierías o a los puestos en los consejos de administración, pero jamás he oído ninguna en relación a albañiles, mineros o pescadores de altura. ¿Por qué no se reclama que haya un cincuenta por cien de "albañilas", por ejemplo?
Responder
Denunciar comentario
Ocultar 6 Respuestas
jorgeplaza: No creo que hayas puesto un buen ejemplo comparando un «violador en potencia» con «putas en potencia»; incluso no lo has sido utilizando el singular para unos y el plural para otras. Las estadísticas son las que son sobre el maltrato contra las mujeres; en pocos días se han asesinado a varias mujeres, aquí en Pamplona ¡quemando a una viva! ¿Cuántos hombres han sido asesinados por sus parejas en ese tiempo? Osasuna!
Responder
Denunciar comentario
Ocultar 5 RespuestasTe equivocas en varias cosas. Vamos con la primera: he utilizado el singular porque he dicho que yo no soy un violador en potencia, como no lo son la inmensa mayoría de los hombres (plural) y de ahí, de ese plural, he pasado a la potencialidad de que las mujeres (plural) sean putas. Mantengo lo dicho: ni yo ni la mayoría de los hombres somos tal cosa, ni en potencia ni de ninguna manera. La comparación con la prostitución potencial es porque es otro disparate que suele molestar, con razón, a las mujeres: con la misma razón con la que me molesta a mí lo de violadores en potencia.
Más cosas. Aproximadamente hay un asesinato semanal de una mujer por su pareja. Unas cincuenta o sesenta al año. Muy condenable, evidentemente, pero también extremadamente infrecuente. Es bastante más probable que una mujer muera en accidente de tráfico o por accidente doméstico. Habrá quizá diez millones de mujeres emparejadas con hombres en España, probablemente más: 50 al año entre diez millones es igual a una probabilidad de cinco por millón y año: no creo que sea para enloquecer de terror. Eso no quiere decir que no se persiga ese tipo de delitos: quiere decir que no se exagere desmesuradamente el riesgo de ser víctima de uno.
No sé cuántas mujeres han matado a su pareja en el mismo tiempo. No lo sé porque esos crímenes se suelen ocultar y no hay estadísticas oficiales: las que existen hay que reconstruirlas a partir de la revisión de casos judiciales. Probablemente no ha habido en la última semana ninguna víctima masculina, pero eso no significa que en un año completo no haya hombres asesinados por sus parejas. Los hay con certeza, aunque menos que a la inversa, pero no sé cuántos porque la estadística se oculta: sólo eso es ya censurable, además de indicar una parcialidad manifiesta.
Salud.
Responder
Denunciar comentario
Ocultar 4 Respuestas
jorgeplaza: Probablemente yo esté equivocado en ciertas cosas; opino que tú también lo estás en algunas de las que dices por ejemplo que te parezcan «extraordinariamente infrecuentes» el asesinato de 50-50 mujeres al año. Están claras nuestras posturas y creo que ni tú ni yo tratamos de convencernos el uno al otro. Osasuna2 salu2
Responder
Denunciar comentario
Ocultar 3 RespuestasNo me lo parecen: lo son. Una probabilidad de cinco entre un millón al año es una probabilidad muy, pero muy baja. Jugando un solo número al sorteo de Navidad cada año se tiene una probabilidad de que te toque el gordo de algo menos de uno en cien mil al año, que es el justamente el doble: el doble de probable que a uno le toque el gordo de Navidad jugando un solo número al año que el que a una mujer le asesine su pareja: fíjate si es pequeño el número. Se mueren más mujeres por accidente doméstico. Se exagera enormemente el riesgo que tiene una mujer de ser asesinada por su pareja. Enormemente. Esa exageración es parcial, sesgada y maliciosa. Todo lo cual no quiere decir que 50 asesinatos al año sean una bagatela: no lo son, como no lo es ningún asesinato. Pero el número de hombres asesinados por sus parejas femeninas al año puede que esté en torno a diez, que es del mismo orden de magnitud y no se publica en ninguna parte, lo cual es de nuevo sesgado y malicioso. De esas cositas me estoy quejando.
Responder
Denunciar comentario
Ocultar 2 Respuestas
Tus argumentos me reafirman en nuestra discrepancia. Si a unos hijos les asesinan a su madre les han matado el 100 % de su madre. Los tantos por cientos se pueden utilizar para explicar todas las posturas.
Responder
Denunciar comentario
Ocultar 1 RespuestasExcelente artículo. Cuando cambia cualquier marco de referencia, aunque sea para bien, los que ostentan y casi siempre detentan la posición privilegiada no entienden por qué han de cederla, como si fuera propia y no el resultado de siglos de sumisiones, violencia y sometimientos. Muchos no sabremos cambiar del todo. Pero si no vamos en el camino del cambio los tenemos muy difícil. Sólo entiendo una forma de relación entre personas: libres e iguales en derechos con sus propias diferencias que enriquecen no sólo a la persona sino a todo su entorno. Quiéreme libre. O déjame en paz.
Responder
Denunciar comentario
«¿Por qué somos ahora los hombres el cáncer del planeta?», ¿por qué algunos hombres son tan machistas, con tantas ansias de mando, con ese afán desmedido de notoriedad? ¿Por qué este feminicidio que no termina nunca como estamos viendo estos días? ¿Es un peligro nacer hombre? Osasuna!
Responder
Denunciar comentario
De pequeño me peleaba con mi segunda hermana, que me sacaba 3 años, por la egemonía, supongo. Como no supe poner el granito para traer hijas al mundo, y como mi santa esposa no me ha reclamado casi nunca sus "derechos" (ella la mayor de tres hermanas, huérfana de padre desde los dos años y crecida en una tribu de desplazados montañeses en tierras llanas junto a una pequeña ciudad provinciana y luego expatriada después de la boda) pues nunca vi el trato discriminatorio de los españoles hacia sus hijas, que debían poner la mesa, hacer las camas, lavar y fregar, mientras el "rey" ayudaba a padre a acarrear la leña para calefacción o se ocupaba de los animales. En nuestra casa las mujeres colaboraban en la huerta y los hombres lo hacíamos en el hogar. "Y no se nos caían los anillos" decían siempre nuestros padres.
No tengo memoria de la primera vez que oí o leí la palabra feminismo. Debió ser en la tele y de mayor. Hoy tengo el privilegio de tener tres nueras que han sabido exigir los suyos de forma natural. Supongo que algo ha debido favorecer que se han formado los 6 en centros mixtos ( públicos).
En la petanca me tratan de parcial. Me acusan de favorecer al equipo femenino.
No obstante creo que provenimos de Marte y de Venus y siento la dificultad de entendimiento entre sexos. Y a veces pienso que me falta un puntito de respeto hacia vosotras. ¡Y vale de confesiones!
Feliz día a todos. Y a taparse bien que nos anuncian la ola polar.
Responder
Denunciar comentario
Ocultar 6 RespuestasBueno, platanito, bueno; pero hegemonía se escribe con hache, perdona que te diga.
Responder
Denunciar comentario
Ocultar 1 RespuestasNi siquiera creo que sea falta de entendimiento entre hombres y mujeres sino falta de respeto de tod@s hacia nosotras.
Esas "carencias" que admites tener en cuanto al respeto es algo generalizado entre hombres y mujeres por la educación que hemos recibido y mamado desde siempre, es casi inevitable, el hecho de que reconozcamos que aún
existen esos prejuicios,es el primer paso para ir cambiándolos.
Un saludo.
Responder
Denunciar comentario
Ocultar 2 RespuestasPués mueran los prejuicios.
Responder
Denunciar comentario
Ocultar 1 RespuestasPues muy bien estas confesiones, Platanito, a favor de la igualdad entre hombres y mujeres. Lo suscribo.
Felicito a la autora del artículo.
Cordiales saludos.
Responder
Denunciar comentario
www.infolibre.es ISSN 2445-1592
"Envidiar significa: "Te miro para destruirte ..."Admirar significa: "Te miro oara aprender como la hoas logrdo"...... Saludos ...Lunilla y El DIablo Cojuelo
Responder
Denunciar comentario
1
0