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Andalucía en el epicentro del impacto sobre la salud del cambio climático

Antonio Daponte Codina | Juan Antonio Gil de los Santos

La contaminación atmosférica

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación atmosférica es una de las principales amenazas para la salud de la población en los núcleos urbanos. La OMS estima que se producen unas 600.000 muertes anuales en el continente europeo. Y la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) estima en 487.000 las muertes prematuras en la Unión Europea asociadas a la contaminación atmosférica. En España, para el año 2017, las muertes debidas a la contaminación atmosférica han sido estimadas en 31.520 por parte de la AEMA.

La contaminación atmosférica es una de las causas principales de gran magnitud que infiere sobre la mortalidad y morbilidad cardiovascular en sociedades como la andaluza. Las partículas son el principal gatillo que dispara el proceso de infarto de miocardio, aumenta la incidencia de la hipertensión, de accidente cerebrovascular, y de otras enfermedades cardiovasculares. Además, se asocian a enfermedades respiratorias, como el asma o la EPOC. Asimismo, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), el principal organismo científico mundial para el cáncer, ha declarado a la contaminación atmosférica y específicamente a las partículas, como agentes cancerígenos para las personas. Según la IARC, son causa probada de cáncer de pulmón, y se asocian también al cáncer de vejiga. Las partículas de pequeño tamaño (PM2,5 y PM10) y el ozono, son los principales contaminantes que afectan a la salud de la población.

Las ciudades andaluzas están seriamente afectadas por la contaminación atmosférica. Algunas capitales, con frecuencia, superan los niveles establecidos por las directivas europeas, y con mucha frecuencia, los niveles guía de la OMS sobre calidad del aire para la protección de la salud humana. De hecho, algunas zonas de Andalucía tendrían que reducir sus niveles de partículas en magnitudes alrededor del 40% para garantizar una calidad del aire sin riesgos para la salud de la población.

La principal fuente de contaminación atmosférica en Andalucía es el tráfico. En algunas zonas, los sistemas de calefacción son también una fuente importante de exposición a la contaminación atmosférica. Andalucía no es una región industrializada, por lo que la industria como fuente de contaminación atmosférica tiene un peso menor que en otras latitudes. Sin embargo, la industria andaluza se concentra en muy pocas localizaciones, y además, es gran industria, y altamente contaminante. Por ello, en las zonas donde se localiza, las fuentes industriales de contaminación atmosférica son relevantes para la salud. Estas zonas son principalmente la Ría de Huelva, el Campo de Gibraltar y, en menor medida, algunas zonas de las provincias de Jaén, Sevilla, Granada, o Almería.

Los principales contaminantes en términos de salud que afectan a la población andaluza son las partículas y el ozono. La climatología andaluza contribuye a la formación de ozono, sobre todo en las costas. Y las partículas son relevantes en toda la Comunidad. Además, en las zonas industrializadas, otras sustancias, como los metales, son también relevantes.

  UN CONTEXTO DE CAMBIO CLIMÁTICO

Además de la contaminación atmosférica, y de acuerdo a la Comisión Europea (informe PESETA) y otros organismos, la mayoría del impacto del cambio climático en Europa será sobre la salud de la población (mucho más que en otras áreas), ocurriendo con especial virulencia en el sur, componiendo Andalucía unos de sus epicentros. Dado el contexto de cambio climático en el que estamos inmersos, la evolución climática prevista para Andalucía es de aumento de las temperaturas, y de la frecuencia e intensidad de fenómenos como los días con temperaturas extremas (muy altas) y olas de calor, que ya estamos sufriendo con cada vez más regularidad. Todo lo cual favorece el aumento de los niveles de algunos contaminantes, como las partículas y el ozono, por ejemplo. Y en términos de salud, estos contaminantes atmosféricos son sinérgicos con la temperatura, es decir, sus efectos en la salud se multiplican a medida que aumentan las temperaturas. Esto es, podemos enfrentarnos en apenas unas décadas a verdaderas epidemias que sean fruto del aumento de prevalencia de enfermedades muy graves y muy costosas para el sistema sanitario, fruto del cambio climático y el aumento exponencial de los factores de riesgo.

  UNA OBLIGACIÓN LEGAL

La Ley de Salud Pública de Andalucía tiene entre sus fines alcanzar un elevado nivel de protección de la salud mediante la utilización de los instrumentos necesarios de vigilancia y control de las enfermedades y de los factores ambientales que inciden negativamente en la salud. En su artículo 71 establece que la administración de la Junta de Andalucía promoverá un alto nivel de protección de la salud de la población y, con esta finalidad, evaluará, gestionará y comunicará los riesgos de salud asociados al entorno ambiental. Además, en su apartado 4 establece que el Sistema Sanitario Público de Andalucía, desarrollará: a) La vigilancia de los factores ambientales de carácter físico, químico o biológico y de las situaciones ambientales que afecten o puedan afectar a la salud, b) La evaluación, la gestión y la comunicación de los riesgos para la salud de la población asociados a la contaminación del aire ambiente. Y en su artículo 62 esta ley establece la vigilancia continua del estado de salud a través del análisis de los efectos de los riesgos ambientales sobre la salud de la población.

Así pues, los contaminantes atmosféricos deben ser objeto de la vigilancia de la salud pública.

  LAS POSIBILIDADES TÉCNICAS

Antiguamente, organizar un sistema de vigilancia para la contaminación atmosférica era muy complejo y exigía una enorme cantidad de recursos, pero hoy en día se dispone de los recursos principales, y a muy bajo coste. La contaminación atmosférica hoy se sigue midiendo a través de estaciones fijas con sensores para diferentes contaminantes, y situadas en la mayoría de ciudades a partir de un cierto tamaño. Además, hay estaciones móviles, que usan tecnologías basadas en los mismos principios. Asimismo, han surgido otras tecnologías, como por ejemplo las basadas en la evaluación de aerosoles por medio de sensores a bordo de satélites. Además, varias empresas comercializan dispositivos personales, a precios muy asequibles, que están siendo adquiridos por la ciudadanía de manera importante, hasta el punto de haber generado un mercado en expansión y con una continua evolución tecnológica. Adicionalmente, existen APPS para compartir estos datos en tiempo real entre la ciudadanía.

Sean los datos de tipo individual, o sean datos agregados, vía estaciones o vía satélites u otras tecnologías, la aplicación de técnicas de Big Data y el modelaje estadístico sofisticado permiten conocer los niveles de contaminación atmosférica en tiempo real, y su distribución dentro de nuestras ciudades con una precisión extraordinaria.

Por otra parte, la atención sanitaria en la mayoría de sistemas sanitarios ya utilizan la historia clínica digital. Esto convierte a la historia clínica en un repositorio de información sanitaria recogida automáticamente a través de las actividades habituales en la asistencia sanitaria, y disponible casi de forma inmediata para su utilización, entre otras cuestiones, para actividades de vigilancia activa epidemiológica. De hecho, los sistemas de vigilancia más avanzados hoy en día utilizan las potencialidades Big Data de la historia clínica digital donde se recoge la información completa individualizada de los procesos asistenciales.

A los avances en la medición de la contaminación atmosférica, y los datos que producen los servicios y sistemas sanitarios, se unen el enorme avance en el conocimiento epidemiológico y en la disponibilidad de software libre para la modelización y análisis adecuado de los datos.

  LA EXPERIENCIA INSTITUCIONAL

La medición de la contaminación atmosférica de forma sistemática en las ciudades andaluzas la hace la Consejería de Medio Ambiente, a través de su red de estaciones fijas y móviles. Además de la experiencia de la Consejería de Medio Ambiente en la captación, tratamiento y análisis de los datos provenientes de las estaciones, otras instituciones andaluzas han desarrollado experiencias útiles y necesarias para este fin. La Unidad Asociada CSIC-Universidad de Huelva de Contaminación Atmosférica, con sede en el Centro de Investigación en Química Sostenible de la Universidad de Huelva, y el Grupo de Física de la Atmósfera de la Universidad de Granada, son dos instituciones altamente cualificadas y con reputación internacional en la medición y tratamiento de los datos de contaminación atmosférica.

Asimismo, la historia clínica digital Diraya está plenamente implantada en todos los centros de salud, hospitales y demás servicios sanitarios andaluces. Las delegaciones provinciales cuentan con personal experto en vigilancia epidemiológica. Y además se cuenta en Andalucía con la experiencia de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP) en el tratamiento de datos sanitarios y la del Observatorio de Salud y Medio Ambiente de Andalucía (OSMAN), en estudios de la asociación entre contaminación atmosférica y salud.

  LA DEMANDA SOCIAL

Finalmente, hay una intensa demanda social de información sobre la contaminación atmosférica y sobre los factores que afectan a la salud de las personas y la población. Y esta demanda es mayor en las zonas industrializadas de Andalucía, como una y otra vez y desde años, ponen de manifiesto una gran diversidad de grupos de la sociedad civil y las propias encuestas ciudadanas y de salud, así como las opiniones compartidas de numerosos expertos.

En resumen, las capitales andaluzas, así como las zonas de alta industrialización, Ría de Huelva y Campo de Gibraltar, y otras, tienen con frecuencia unos niveles de contaminación por partículas, ozono, u otros contaminantes, que sobrepasan los límites establecidos por la OMS. Y en algunas localizaciones específicas, o en algunas situaciones, se superan los valores legalmente permitidos. Miles de andaluces y andaluzas están sometidos a niveles de contaminantes atmosféricos que causan daños a su salud. Es por ello que la vigilancia de la salud en estas localizaciones es de especial relevancia, con lo que es necesario utilizar la información epidemiológica disponible en los centros sanitarios combinada con los datos de contaminantes, de tal suerte que esta información sirva para desarrollar actuaciones que reduzcan la exposición a la contaminación atmosférica de forma eficaz y eficiente, y protejan la salud de la ciudadanía.

Por tanto, consideramos imprescindible la creación del Sistema Andaluz de Vigilancia Epidemiológica para la contención de la contaminación atmosférica que haga las funciones de escudo para las epidemias que han de venir de enfermedades respiratorias y cardiovasculares y para que, nutriéndose de la información combinada de la historia digital sanitaria y atmosférica, persiga los siguientes objetivos.

  Objetivos

 

  • Evaluar los niveles de contaminantes atmosféricos y la exposición de la población andaluza a dichos contaminantes, de forma continua y en tiempo real, en áreas seleccionadas, como las capitales, zonas industrializadas, etc.

 

  • Identificar daños a la salud asociados a la contaminación atmosférica, y monitorizar de forma continua y en tiempo real la incidencia de enfermedades agudas y crónicas, conocidas por su vinculación con la contaminación atmosférica, en las áreas seleccionadas, como las capitales, zonas industrializadas, etc.

 

  • Capacitar y facilitar el desarrollo de intervenciones y medidas preventivas a diferentes escalas, específicas para los subgrupos poblacionales más vulnerables frente a la contaminación atmosférica.

 

  • Identificar situaciones de especial riesgo y facilitar la adopción de medidas de alerta y excepcionales para la protección de la salud.

 

  • Valorar y evaluar el impacto en la protección de la salud de diferentes políticas, planes, estrategias, programas y medidas, implantadas desde los diferentes niveles de gobierno (europeo, nacional, autonómico y local).

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  • Potenciar y facilitar la investigación sobre la relación de la contaminación atmosférica, el cambio climático y la salud.

 

  • Garantizar el acceso de la ciudadanía, medios de comunicación, profesionales, e investigadores a la información relevante y al estado de la contaminación atmosférica en Andalucía, y sus efectos sobre la salud de los andaluces.

____________________Antonio Daponte Codina es médico, formado en salud pública y en políticas públicas en la Universidad Berkeley (California) y en la Universidad Johns Hopkins (Baltimore). Profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública (@adaponte).Juan Antonio Gil de los Santos es economista, máster en economía de la salud y gestión sanitaria (Universidad de Málaga), diputado portavoz en la Comisión de Salud del Parlamento de Andalucía (@juangilpodemos).

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