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La triste realidad es que tenemos ausencia total de políticos competentes y en consecuencia de políticas serias para lograr la concordia y la colectividad del país. No se si es costumbre ya, pero la deriva orgánica y territorial del país se debe fundamentalmente a la mala praxis que las instituciones encabezadas por incompetentes mentales, con hipotálamo del pleistoceno, son incapaces de imponer un orden institucional sin el distintivo de guerra o de raza, de lengua o de religión. Y así nos va. Deberíamos empezar por una escuela laica en la que desde el primer contacto con la sociedad no se enseñase solo a sentirse privilegiado por las diferencias culturales sino mas bien sentirse orgulloso conocerlas, compartirlas y respetarlas en todo el ámbito nacional. No es posible la concordia entre los diferentes, si la misma se impone por la fuerza, sin mas. Hay que preparar a la gente para que asuma las bondades de las buenas relaciones dónde todo dios salga reconocido y no al revés como se viene haciendo en las diferentes territorios de España. Vamos, en este caso, para atrás.
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Me cae bien el señor Llamazares, pero en esta ocasión no puedo estar más en desacuerdo con su artículo.
Para empezar: respecto a la repetición de elecciones, lo que parece cada vez más claro es que será inevitable. Ya he argumentado varias veces que Puigdemont es el primer interesado en repetirlas. Veremos si al final, se repiten o no: yo me arriesgo a apostar decididamente por la repetición forzada por el prófugo expresidente y sus incondicionales huestes.
Y hay que decir también que esa simetría con la que reparte culpas en el asunto de la secesión catalana es absolutamente falsa, porque lo es (y de manera flagrante) la descripción de la postura del Gobierno español: "y para los otros, los del orden perdido de un estado napoleónico garante de la uniformidad nacional española, con Cataluña solo como una de sus grandes regiones". ¿Qué estado napoleónico pretende el Gobierno Rajoy si ni se molesta en hacer cumplir las sentencias condenatorias de la política lingüística catalana? ¿Qué estado napoleónico es uno en el que en la segunda región más poblada --y la tercera más rica-- se permite el lujo de tratar impunemente en la escuela al español, que es el único oficial en toda España según la incumplida Constitución, en pie de igualdad con el chino o el alemán? ¿Un estado napoleónico es uno en el que, por falta de cuarteles o barracones, hay que alojar a las fuerzas del orden en ridículos barcos "Piolines"? Y sobre el 155, lo más cierto que se puede decir es que Rajoy lo aplico a regañadientes, tarde, mal y deseando levantarlo antes de un mes: si no lo ha podido hacer aún ha sido porque los separatistas, en vez de formar un gobierno que no tendría más remedio que aparentar respeto a la Constitución, han preferido seguir su estrategia de provocación, agitación y propaganda.
Seamos serios, señor Llamazares: para intentar arreglar las cosas es condición necesaria haberlas entendido. O no es ese su caso o tiene usted motivos para decir en este artículo lo contrario de lo que piensa: no sé que es peor.
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Verborrea política de un político que hace tiempo debería haber vuelto a su curro y dejar de escribir artículos llenos de argumentos insustanciales y sin propuestas y soluciones coherentes.
Su casta y la de los otros habitantes del congreso de los diputados crearon el problema. ¡Que se vayan de una vez! y vengan otros con análisis y propuestas cercanas a lo que de verdad piensan la mayoría de ciudadanos de este estado: los españoles. Parece simple. Es democracia y estado de derecho. Es simple.
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La única salida al conflicto con el independentismo catalán es certificar la Segunda Transición. Me preocupa que también Llamazares pertenezca al grupo de políticos de izquierdas en España, como Sánchez y como Iglesias, que tampoco se atreven a pronunciar la palabra REPÚBLICA con orgullo. Pero también porque ha de ser el objetivo de esta Segunda Transición y, por tanto, la única oportunidad de que la Catalunya más activa y movilizada reconsidere lo de romper con España. Es todo tan evidente, que resultan patéticos los esfuerzos de todos aquellos que no pueden reconocerlo porque están atrapados por sus discursos.
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Corto y bien explicado. La única pega es que se trata de un análisis que en su afán de equidistancia se convierte en simpleza. Queda muy bien esto de sobrevolar y, desde las alturas, discernir con claridad cómo todo el mundo se equivoca mientras la solución es tan sencilla. ¿Por qué no se aplica el mismo análisis para resolver toda cuestión política? ¿Que hay desigualdad? Mejor reparto. ¿Que se retrocede en el ámbito de las libertades civiles? Nada, nada, diálogo. ¿Que las oligarquías tienen podrido al Estado y han encontrado la manera de controlar cada resorte de su maquinaria? Estado social para todos. Y ya está. Tan fácil. Claro, luego puede que te des de frente con la realidad y resulte que encuentres ciertas "resistencias". Pero nada, se le explica al nacionalismo español y las elites extractivas que así no vamos bien y mañana mismo tenemos la Tercera República, super social y super guay. Un plan sencillo. Les explico: algunos pensamos que ese "Estado social para todos" no es posible en España y hemos optado por explorar otra vía, que es la independentista. Pero hay queda, para los que la encuentren viable o no tengan más remedio y no puedan optar por la construcción de un nuevo Estado. Por cierto, ya está bien de querer arrogarse el monopolio del progresismo y de intentar explotar la falsa contradicción entre izquierda-soberanismo porque ambos términos no son excluyentes por mucho que moleste y sirva de cómoda muletilla a los partidarios del federalismo (posición muy respetable, pero no inapelable y mirífica). Hay izquierda en otros lugares, aparte de en España. En casi todo el mundo, de hecho.
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El Sr Llamazares aparte de hacer su diagnóstico, ¿que receta a los afectados?.
Creo que se ha hecho tanto daño que la soberbia no permite dar marcha atrás.
La retirada del 155 podía ser un paso y la anulación de "los supuestos delitos" que pudieran llegar a acometer los presos preventivos, podría enfriar la crispación.
A partir de allí con un nuevo escenario, tal vez se podría hablar de otro modo y buscar entendimiento que creo necesario para salir del atolladero.
Estas recetas en mi humilde opinión las tienen que exigir los partidos políticos, sin necesidad de que tengamos que volver a la calle como: jubilados, sanitarios, jueces, mujeres, laskelis, estudiantes, etc etc
Lo demás Sr. Llamazares son palabras que se oyen pero no se ecuchan
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Vale, muy bien señor Llamazares, y....? ¿Y que van a hacer los republicanos españoles?¿Y que va a hacer la izquierda española para recuperar el relato de un estado plurinacional que de cabida a todos?¿Y cómo van a impedir que el Llarena de turno siga encarcelando a quien piensa diferente?¿Y cómo van a seducir a miles de jóvenes catalanes que ya no piensan en español, que ya sienten que no tienen nada en común con España y seguirán votando independentista?¿Y ....?
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Ocultar 1 RespuestasBuenas preguntas si hubiese buena voluntad. Me recuerda a aquel verso del Mío Cid ¡"Qué buen vasallo si oviesse buen señor"!. Desgraciadamente no hay voluntad ni inteligencia, y seguimos como los dos arrapiezos del cuadro de Goya, pegándonos garrotazos, que es lo que nos va. ¡Que no nos pase ná, señor Libertino!.
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Muchas gracias señor Llamazares por poner muy claro lo que viene pasando en las dos orillas del Ebro, frontera evocadora de tantas cosas en esta España actual.
Llegar hasta aquí ha sido, en la mejora colectiva de la sociedad española desde la transición, obra de millones. Descarrilar y empantanados por décadas es obra de muy pocos, que agitan lo más complicado de las pasiones humanas.
Y lo describe usted bien. En esta situación a los tibios no se les premia con el apoyo que necesitan para guiar a una sociedad y por buscar soluciones menos traumáticas que tribunales sin política ni políticos.
Se prefiere bandera y trinchera antes que palabra y política para desenredar tanto entuerto.Y necesitamos palabra, acuerdos y base social con políticos interesados en solucionar lo que necesita esta sociedad sin esperas.Trabajo en condiciones, vivienda, sanidad, educación y defensa de derechos fundamentales de una sociedad Libre y Democrática.
Saludos y Periodismo Libre.
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Ocultar 1 RespuestasEstimado CarlosP58, de todos los comentarios, este tuyo es el que encuentro mas acertado con la triste realidad que viene asistiendo la vida política de este país desde eras de reyes absolutistas, dictadores y algún repunte republicano abortado por la connivencia de los primeros.
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www.infolibre.es ISSN 2445-1592
Separatismo e izquierda son términos antitéticos. La izquierda, por definición, es internacionalista y antinacionalista. Para los grandes teóricos del pensamiento de izquierdas, la Humanidad es única e inseparable. Los seres humanos no somos más que hojas de un mismo árbol. Ya en el siglo XVIII decía Thomas Paine: "Mi patria es el mundo, mis hermanos la Humanidad, mi religión hacer el bien". Apartarse de esos principios básicos del ideal socialista es pervertir la ideología que ha inspirado la acción revolucionaria de los dos últimos siglos. Cuando el viento de la historia sopla a favor de derribar fronteras y unir países que históricamente han sido enemigos irreconciliables, no tiene sentido separar lo que ya estaba unido. Cualquier clase de nacionalismo es abominable y solo obedece a intereses espurios de una élite dirigente. El futuro nos lleva inexorablemente a la disolución de las naciones y estados, a la cesión de la soberanía nacional, para crear algo nuevo basado en los principios de fraternidad e igualdad de todos los seres humanos.
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¡Bravo por su comentario!
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