Plaza Pública

De chats y cartas de militares al rey

Los aviones C-101 de la Patrulla Águila, la unidad acrobática del Ejército del Aire, en el desfile del 12 de octubre de 219.

Xosé Fortes

La irrupción en los medios de comunicación de chats y cartas de unos grupos de militares jubilados ha sido saludada en Europa como un fenómeno exclusivamente español. Sólo en España pueden formarse militares que una vez retirados se entretengan con unos chats de semejante catadura moral, y sólo en España pueden existir militares que olviden la Ley Orgánica que regula los criterios básicos de la defensa nacional y la organización militar, aprobada en 1984, siendo presidente Felipe González, y la Ley Orgánica de la Defensa Nacional de 2005, y se dirijan al rey, cuya capitanía de las Fuerza Armadas (FAS) es meramente simbólica, en vez de al presidente del Gobierno, a quien corresponde la jefatura de las FAS y la dirección política de la defensa. El envío al presidente del Parlamento Europeo roza lo esperpéntico.

De todos modos les define políticamente el que en la bola de nieve generada admitan como firmante a un protagonista tan destacado del 23-F como Pardo Zancada.

Yo sé muy bien lo difícil que es cambiar la mentalidad de un colectivo como el castrense, pero algo debemos estar haciendo mal desde que se refrendó y entró en vigor la Constitución para que nos encontremos con que unos militares, que hace poco más de una década ocupaban altos puestos en la jerarquía militar, olviden la disciplina y empleen un lenguaje impropio de personas a las que se supone una educación superior. Y no debemos justificar el suceso apelando a que estos militares, los de la XXIII promoción de la Academia General Militar (AGM), obtuvieron el empleo de teniente en 1968 y comenzaron sus prácticas profesionales en el tardofranquismo. ¿Alguien se imagina a Díez Alegría, a Gutiérrez Mellado o a cualquiera de los muchos militares ilustrados y demócratas, usando los términos soeces empleados por estos militares?.

Pese a que pasaron por la dirección de la AGM, que hasta 2006 mantuvo presidiendo la entrada la estatua ecuestre del dictador, militares de reconocido prestigio y talante demócrata, como el general Pinilla o el general Calderón, algo debe quedar aún por hacer para que, pese a la vacuna del 23-F, afloren aquí o allá de cuando en vez militares salva patrias. Ni la defensa es hoy lo que era, un colectivo dotado de fusiles y cañones, sino algo mucho más complejo como nos muestra la UME, ni se entiende otro tipo de patriotismo, como señalaba Habermas, que el patriotismo constitucional.

En la Alemania de postguerra los líderes políticos fueron formando como pudieron el nuevo ejército de la República Federal. Cuando en 1970 sintieron la necesidad de hacer una intensa reforma, que encargaron al general Wolf Graf von Baudissin, los 8 tenientes, número unos de todas las armas que terminaron la carrera aquel año, presentaron al reformador militar 9 Tesis, tituladas Teniente 70. Basta recordar tres de ellas para darnos cuenta de la distancia sideral que nos separaba por aquellos años de los militares alemanes. Nº5: Quiero ser un oficial que no ofrece lealtad a personas ni cargos, sino solamente al mandato constitucional. Nº 6: Quiero ser un oficial que espera que toda colisión con un principio militar sea castigada en el marco de la Constitución. Nº 7: Soy un oficial que no sólo quiere mantener la paz sino también contribuir a configurarla.

Si no ha causado mayor asombro en España la aparición de esos chats y esas cartas en los medios de comunicación es porque todos sabemos que militarmente Spain is different. La transición del Antiguo Régimen al sistema constitucional nos costó varias guerras carlistas y un protagonismo militar que ha hecho imposible el normal desarrollo de las instituciones del Estado. No hay que olvidar que el término “pronunciamiento” es junto a “guerrilla” la aportación española al léxico militar internacional.

Aunque sea debilidad de historiador, no me resisto a volver los ojos a 1936 para destacar la lección que nos dio Francia. Mientras en algunas naciones triunfaba al fascismo, en otras, como las repúblicas francesa y española, triunfaban, como reacción, los llamados “frentes populares”. En Francia llevaron al poder al socialista Léon Blum. Abordó reformas económicas y sociales tan inauditas que encresparon a la derecha tradicional, como la subida salarial, la jornada de 40 horas, la negociación colectiva y las primeras vacaciones pagadas de la historia, que quedaron inmortalizadas en múltiples fotografías y en una extraordinaria película. El ejército francés no dijo esta boca es mía. En España, al día siguiente de la victoria del Frente Popular comenzó la cuenta atrás para el “alzamiento” del 18 de julio.

De cualquier modo, debemos admitir que todo este ruido de sables no hubiera emergido sin la aparición de un grupo de extrema derecha como Vox y sus constantes alusiones en el Parlamento al ilegítimo y bolivariano gobierno social comunista, apoyado por filo etarras e independentistas. Parece mentira que a estas alturas no se hayan enterado de que la legitimidad de un gobierno democrático reside en el apoyo parlamentario de la mayoría, y que políticamente en democracia todos los grupos parlamentarios son igual de legítimos.

También sorprende que no se feliciten por la implicación de partidos nacionalistas en la gobernabilidad del Estado. Oír hablar a Esquerra de armonización fiscal de las autonomías es un enorme triunfo de la democracia.

Pese a las contundentes y oportunas palabras de la ministra de defensa y del JEMAD, a mí lo que más me duele es el bochorno que nuestros oficiales demócratas estarán sufriendo en estos momentos. Tanto ante sus compatriotas, y pienso especialmente en la UME, como ante sus colegas internacionales. La Asociación 25 de Abril nos ha transmitido a los componentes del Foro Milicia y Democracia su apoyo incondicional y la repulsa ante la actitud de estos militares. En el mismo sentido se han manifestado militares de otros países europeos.

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Para terminar me gustaría animar a los jóvenes oficiales demócratas a que sigan observando nuestra carta magna, la Constitución, y los derechos humanos, cueste lo que cueste. Es la civilización. Los que pertenecimos a la UMD tuvimos que lidiar con miuras de superior envergadura. Y aquí estamos.

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Xosé Fortes es coronel de infantería retirado y miembro fundador de la Unión Militar Democrática.

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