Fue casi al final de una brevísima intervención
–los tres discursos duraron 20 minutos en total– cuando
Mariano Rajoy soltó una frase que puede considerarse
toda una declaración de intenciones. Estaba alabando las bondades de las bicicletas eléctricas que el Ayuntamiento de Madrid ha puesto a disposición de los ciudadanos en régimen de alquiler en varios puntos de la ciudad cuando señaló que
"requieren menos esfuerzo que hacerlo a pura pierna". "Es una frase que le define mucho", comentaba uno de los militantes del PP, ataviado con todo tipo de productos del
merchandising de la formación conservadora: gorra, abanico, gafas de sol y pulserita en mano con la leyenda
"Pico y pala", el grito de guerra de los
aguirristas, los fieles a la presidenta del PP de Madrid y candidata a la alcaldía.
Antes de subirse al escenario, el presidente del Gobierno y del
Partido Popular había recorrido en bicicleta una parte de Madrid Río, un parque a ambas orillas del Manzanares, junto a sus dos candidatas para Madrid.
Cristina Cifuentes, para la Comunidad, y
Esperanza Aguirre, para el Ayuntamiento. Rajoy
aterrizaba en el parque directamente desde la sesión de control al Gobierno en el
Congreso de los Diputados. Y consideró que la mejor forma de hacer un poco de deporte era subirse a la bici con los
pantalones del traje, camisa blanca y corbata. "Hemos venido sin tiempo", defendían en su equipo.
Más preparadas para el entorno iban
Esperanza Aguirre, de amarillo, como los ciclistas ganadores –el público le hizo algunas bromas al respecto–, vaqueros y deportivas, y
Cifuentes. Eso sí, la exdelegada del Gobierno dejó muy claro que había llegado a
Madrid Río en tacones, que se había bajado de ellos para recorrer un tramo en bicicleta y que se los había vuelto a poner para su intervención. De ella partió la única propuesta concreta del acto:
la de integrar en el Abono Transporte el servicio de alquiler de bicicletas. Una hora antes, los dirigentes conservadores se habían reunido con representantes del sector de la bicicleta para escuchar sus demandas.
Gran aficionado al ciclismo de competición, a Rajoy se le vio menos cómodo hablando del ciclismo de aficionados. Se felicitó por que ya sean 8.000 los madrileños que han usado Bicimad, el servicio de alquiler de bicicletas. Y se mostró confiado en que en los próximos años, con el PP en el Gobierno, el servicio irá a más. Y es que, está convencido de que hacer deporte no sólo es bueno "para el que lo hace", sino
"para los demás".
Cuando las encuestas no pintan nada bien para sus candidatas, Rajoy les echó un capote dando por hecho que llegarán a gobernar en ambas instituciones. Y señaló que cuando termine la próxima legislatura en Madrid se hará más deporte, se usará más la bicicleta, el medio ambiente estará mejor y, sobre todo,
"la gente será más feliz". Una vuelta de tuerca a las promesas electorales.
En esta ocasión, al ser tan breve el discurso, el presidente de los conservadores redujo a la mínima sus alusiones a la recuperación económica. Tampoco alertó contra Ciudadanos o Podemos. Optó por lanzar un pequeño dardo al PSOE, contra "la vuelta de las caducas y trasnochadas políticas socialistas" que dejarían a España "en la quiebra".
Hablando de capotes,
Aguirre quiso dejar claro que la tarde del miércoles se la había reservado para los toros, en la plaza de Las Ventas. Según dijo, tenía pensado ver la corrida desde su abono, en la
andanada del tendido 9. Lo contaba mientras se tomaba una hamburguesa al fin del acto, cortesía de una empresa cárnica asentada en Madrid.
"Son de las que no engordan", dijo.
El equipo ciclita del PP, está dopado; la droga se llama "donantes", esto es: aquella sustancia que dimana de alturistas, que sin ánimo de lucro inyectan al partido, para su perpetuación. La droga, se reparte entre los ciclistas de élite, en forma "simulada" de sobres, estimulando así, la musculatura del partido. Para terminar un dicho popular: "segun la, ley de Mahoma, tan ....., es el que dá, como el que toma"
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