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Violencia machista

Feministas reclaman un plan para combatir la violencia machista en el fútbol

Cinco hombres fueron detenidos y encarcelados este verano tras los Sanfermines que se celebran cada año en Pamplona y que en 2016 quedaron marcados por un presunto delito de agresión sexual que movilizó a ciudadanía e instituciones bajo un grito conjunto de condena. Este domingo, el partido entre Osasuna y Sevilla celebrado en la capital navarra ha desatado la polémica en torno a una pancarta de apoyo a uno de los acusados, apodado Gordo, exhibida por ultras del Sevilla. Diversas informaciones publicadas en los últimos meses vinculan a los detenidos con los grupos de seguidores radicales del equipo andaluz.  

Tras los acontecimientos, la Policía Nacional inició el mismo domingo la elaboración de un informe que será trasladado a la Comisión estatal contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte –dependiente del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte–. Desde la Liga de Fútbol Profesional "se está estudiando el encuentro y cuestión citada, y se colaborará con la Policía y la Comisión Antiviolencia en caso de que lo soliciten", mientras que el equipo de fútbol sevillano aseguró encontrarse "a disposición de las autoridades por si requieren información sobre los aficionados desplazados a Pamplona, porque siempre se venden las entradas de forma personal por si hay algún incidente", tal y como han confirmado a infoLibre fuentes de ambos organismos.

Álvaro García, presidente de la Unión Progresista de Fiscales, explica en conversación con este diario que la exhibición de la pancarta podría ir en contra de la protección a las víctimas, lo cual "podría encajar en un delito de discriminación y de odio". Añade que, "con mucha cautela", habría de estudiarse el contenido penal, que de existir sería remitido "a la Fiscalía, y ahí se decide si es judicializado".

Agustín Martínez, abogado de tres de los acusados por la agresión, declaró la mañana del lunes en El Programa de Ana Rosa en Telecinco que la pancarta fue colocada por "una persona a título personal y no se colocó a favor de las agresiones sexistas ni en contra de los derechos de las mujeres, sino apoyando a una persona que se entiende que está sometida a una prisión provisional injusta".

La interpretación de Martínez, no obstante, dista de la valoración del Parlamento de Navarra. La Junta de Portavoces rechazó de forma unánime la exhibición de la pancarta, y exigió "tolerancia cero" ante cualquier actitud machista. La cámara considera "absolutamente lamentable y rotundamente rechazable" lo sucedido y ha mostrado su apoyo y solidaridad a la joven que sufrió la violación y a todas las víctimas de agresiones sexistas. También la Junta de Andalucía ha condenado el gesto, al entender que "no parece razonable que se haga ninguna muestra de apoyo en un proceso que está todavía sin finalizar".

Plan de igualdad

En esta misma línea se ha pronunciado el movimiento feminista, quien ha tachado el acto de "apología del terrorismo machista". Las organizaciones Andrea y Lunes Lilas denuncian que la bandera se haya "exhibido impunemente durante todo el partido de fútbol en la grada visitante", algo que consideran "va más allá de lo que se puede permitir, no sólo porque supone un acto de apoyo explícito a un acusado por una agresión sexual espeluznante, sino porque además se lleva a cabo en la ciudad que fue escenario del dolor extremo infringido a la joven" agredida.

La fundadora de Andrea y portavoz de Lunes Lilas, Tere Sáez, reitera en conversación con este periódico que "el hecho en sí mismo no está exento de intención, sino que cuenta con una parte de provocación muy preocupante", al haberse producido en el lugar de la agresión y durante el minuto de silencio que había organizado el Osasuna como homenaje a las víctimas de la violencia machista, después de que la semana pasada fuera asesinada a manos de su pareja una mujer de de Burlada (Navarra).

Como consecuencia, Sáez reclama una intervención policial "que aclare la cuestión" y un informe que "llegue a donde tenga que llegar".  La feminista estima que los hechos deberían ser evaluados por la Audiencia Nacional, como un delito de "apología del terrorismo machista".

Independientemente de las consecuencias penales, Sáez entiende que los clubes de fútbol y la Comisión Antiviolencia deben "diseñar actuaciones concretas" para perseguir actos similares, así como "planificar una formación específica en igualdad entre todos". 

Marisa Soleto, presidenta de la Fundación Mujeres, se cuestiona "hasta qué punto quieren los clubes que sus campos se conviertan en espacios donde se pone en valor la violencia contra las mujeres", es decir, "valores ilegales". La experta entiende que, tratándose de un espacio dedicado al deporte y por tanto a la educación, "la responsabilidad es mayor" y recae no sólo en quien saca la pancarta, sino también en "las reglas que imponen los clubes y los organismos de autorregulación". De no ser suficiente con la promulgación de dichas normas, concluye, "las instituciones tendrán que operar, porque se hace un daño específico a los derechos de las personas que no debe ser consentido de ninguna manera".

El machismo en el fútbol

No es la primera vez que la lacra del machismo echa raíces en los campos de fútbol. El jugador del Betis imputado por malos tratos, Rubén Castro, fue jaleado en febrero del 2015 al grito de "Rubén Castro alé, Rubén Castro alé, no fue tu culpa, era una puta, lo hiciste bien". Aunque Antiviolencia pidió una sanción e incluso el cierre del campo, finalmente el club se declaró incapaz de identificar a los autores del cántico, de modo que la polémica cayó en saco roto.

Más recientemente, en abril del 2016, el Espanyol fue sancionado con una multa de 24.000 euros debido a las pancartas que se mostraron durante un encuentro con el Barça, en las que se podía leer: "Shakira –la pareja del jugador Gerard Piqué– es de todos".

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