Investidura parlamentaria

Sánchez da por hecho que “o gobierna el PSOE o gobierna el PSOE” pero no aclara con quién

El presidente en funciones, Pedro Sánchez, en rueda de prensa en La Moncloa.

Fernando Varela

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, aceptó este jueves el encargo del rey para intentar conseguir la investidura en el Congreso convencido de que la relación de fuerzas resultado de las elecciones del 28 de abril no deja otra alternativa. “O gobierna el PSOE o gobierna el PSOE”, afirmó rotundo, sin explicar cómo piensa articular la mayoría de votos que necesita para lograr la reelección.

Sánchez demoró su comparecencia ante los medios hasta que Meritxell Batet, la presidenta del Congreso, hizo pública la propuesta del rey sobre su candidatura a la Presidencia del Gobierno. Al filo de las 22:30 horas y en una rueda de prensa convocada en el último momento, Sánchez apoyó su decisión de aceptar la encomienda del rey en el hecho de haber recibido un “mandato mayoritario” de los españoles en las elecciones generales, “reforzado” después por el resultado de las municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo.

“No hay otra alternativa. O gobierna el PSOE o gobierna el PSOE”, proclamó. No existe otra combinación posible para formar gobierno, así que “todos debemos actuar con altura de miras” y “con enormes dosis de responsabilidad". "Todos”, subrayó, “yo el primero. Y así lo haré”.

Su intención es gobernar desde “valores progresistas”, como ha venido haciendo desde la moción de censura, y “con voluntad de construir grandes consensos. "Dialogando con todos” pero “dentro del marco constitucional”. El mandato que los ciudadanos han hecho al Parlamento, añadió, es hacer “avanzar” al país “con justicia social”.

¿Cómo piensa hacerlo? ¿Con qué apoyos pretende construir la mayoría que necesita para ser reelegido? Sánchez no dio pistas, más allá de su apelación a la inevitabilidad de su investidura. Eso sí, ya ha convocado en una primera fase de contactos, por separado, como ya hizo tras las elecciones del 28 de abril, a los líderes de las tres fuerzas que, según él, están en situación de “facilitar o bloquear la investidura” en el Congreso. No obstante, esta vez hablará con ellos en orden inverso: Sánchez se reunirá el martes en el Congreso primero con Pablo Iglesias (Unidas Podemos), después con Albert Rivera (Ciudadanos) y en último lugar con Pablo Casado (PP).

Un día antes, el próximo lunes, el presidente en funciones reunirá a la Ejecutiva del PSOE formalizar la comisión que coordinará las negociaciones con los distintos grupos parlamentarios de cara a la investidura.

En esas conversaciones, que después extenderá “en otro formato” a los demás partidos, Sánchez quiere plantear personalmente los asuntos en torno a los cuales pretende hacer girar la legislatura: la transición ecológica, el impulso a la digitalización de la economía y el sistema educativo, la lucha contra la desigualdad y el fortalecimiento del proyecto europeo. En estas cuatro categorías, explicó, hay espacio para todos sus prioridades, desde el empleo a la educación, pasando por las pensiones, la competitividad o la violencia machista.

Sacar adelante estos objetivos, afirmó, implicará “grandes acuerdos y exigirá consensos que trasciendan los límites de nuestros proyectos partidistas”. Exige “compromiso y encuentro y para eso voy a trabajar en los próximos días”, concluyó.

En respuesta a las preguntas de los periodistas, Sánchez prefirió ignorar las peticiones y las posiciones políticas que han ido desgranando los partidos tras la ronda de consultas con el rey, que incluyen la negativa del PP y de Ciudadanos a facilitar su investidura absteniéndose y la línea roja dibujada por Unidas Podemos para llegar a acuerdos, que no es otra que entrar en el Ejecutivo.

El “punto de equilibrio”

El presidente en funciones consideró “lógica” la fijación de posiciones por parte de los diferentes grupos antes de iniciar las conversaciones pero insistió: “No hay alternativa” a su investidura. “No hay mayoría alternativa” y “doblamos a la segunda fuerza política” en el Congreso. Por eso “es responsabilidad de todos, y singularmente de PP, Ciudadanos y Unidas Podemos”, además del PSOE, encontrar “el punto de equilibrio” a partir de las posiciones de cada cuál para “facilitar la formación de Gobierno y echar a andar la legislatura”.

Sánchez eludió precisar más sobre los acuerdos que necesita y cómo piensa conseguirlos. Sobre la posibilidad de contar con el respaldo de dos diputados de UPN a cambio de facilitar a la derecha el gobierno de Navarra, el presidente se limitó a ratificar que en ningún caso los socialistas llegarán acuerdos con EH Bildu (la formación abertzale los exige para apoyar la investidura de la candidata del PSN) y eludió desmentir o ratificar la posibilidad de negociar el respaldo de UPN. Eso se sabrá, señaló, cuando se produzcan las conversaciones con las formaciones con menor representación en el Congreso.

Eso sí, a preguntas de un periodista, recordó que cualquier decisión sobre el gobierno de Navarra tendrá que ser validada previamente por las bases del PSN, tal y como ordenan los estatutos del partido desde el congreso de 2017.

111 días sin comparecer ante la prensa en España

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La de este jueves ha sido la primera rueda de prensa en territorio español que ofrece Sánchez en casi cuatro meses. La última vez que había convocado a la prensa para someterse a las preguntas de los periodistas en España fue 15 de febrero. Desde entonces, cuando anunció en la sala de prensa del Palacio de la Moncloa su decisión de convocar elecciones generales anticipadas, han pasado 111 días sin que los periodistas que se ocupan de la actividad del presidente hubiesen tenido la oportunidad de hacer preguntas al jefe del Ejecutivo.

Sánchez puso así fin, de manera improvisada, a esta situación anómala tras cerrar la ronda de consultas abierta por el jefe del Estado. Previamente el Gobierno había anunciado que no comparecería ante los periodistas, lo que dio pie a comentarios de incredulidad por parte de algunos portavoces, especialmente de Pablo Iglesias (Unidas Podemos) y Pablo Casado (PP).

Desde el 15 de febrero el presidente en funciones sí había respondido a la prensa en una convocatoria pública fuera de España. Lo hizo el 22 de marzo de Bruselas, tras una cumbre europea.

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