4 de julio: el escrito de Calvente
23 de octubre: El burofax a Rodríguez
–"Por mostrar a los miembros del Equipo Legal y a otros compañeros del partido conversaciones privadas comprometidas en Telegram mantenidas por ella con trabajadores, cargos internos y miembros de la ejecutiva, como coqueteos de índole sexual y sentimental, entre los que te encuentras tú mismo Alberto […] y realizar manifestaciones sobre dichas conversaciones que podrían comprometerles gravemente en el futuro".
–"Por acosar laboralmente a una compañera del Equipo Legal, desprestigiando su trabajo".
–"Por haber comprobado todos los miembros del Equipo Legal que las acusaciones de Marta Flor N. por acoso laboral contra mi persona eran infundadas".
En el burofax, Calvente destaca que "las acusaciones" de Marta Flor N. contra él "están en estos momentos judicializadas por presuntos delitos de injurias y calumnias", en referencia a la solicitud de acto de conciliación presentado en julio.
2 de diciembre: la Carta de despido de Calvente
Seis semanas después de que el letrado explicase a Rodríguez su versión de los hechos, Podemos lo despidió. La carta de despido, fechada el 2 de diciembre y firmada por la gerente, Rocío Esther Val, consta de 19 páginas y la mitad están dedicadas a explicar el presunto "acoso sexual" y "hostigamiento laboral" de José Manuel Calvente hacia Marta Flor N. En el escrito se muestra la sorpresa por el hecho de que el abogado, en su burofax del 23 de octubre, "además de tratar de exculparse por el incumplimiento de las instrucciones recibidas", decida incidir "de forma totalmente inesperada" en el supuesto acoso laboral que está sufriendo "nada menos que por parte de la Secretaría de Organización Estatal y por Gerencia, y que ello se debe a la actuación vengativa de una compañera abogada del Equipo Legal, doña Marta Flor”.
En la carta de despido se acusa a Calvente de realizar contra su compañera Marta Flor N. "una serie de acusaciones muy graves, sin aportar prueba alguna sobre la veracidad de las mismas". Y se añade que la Secretaría de Organización recabó información y llegó a la siguiente conclusión: "Ha sido usted quien ha mantenido un comportamiento totalmente inadecuado con la trabajadora, primero alabando de forma desmesurada su profesionalidad, belleza e inteligencia, dedicándole por escrito halagos y atenciones, instándole de forma insistente a quedar con ella a solas, bien a cenar, bien a pasar un fin de semana juntos, y después, al verse rechazado en sus pretensiones de forma clara y tajante en varias ocasiones, deriva usted una vinculación personal de este rechazo a la imposibilidad de mantener una relación profesional".
A partir de ese momento, siempre según la versión que se ofrece en el escrito, Calvente habría "utilizado su posición como coordinador del Equipo Legal para socavar la resistencia de la trabajadora, pasando a minusvalorar su trabajo, poniendo en tela de juicio su profesionalidad, impidiendo el normal desarrollo de sus funciones privándola de las herramientas básicas de trabajo y del acceso a los expedientes en los que dicha trabajadora consta como letrada principal de la defensa de los intereses del partido y de diversos dirigentes del mismo, habiendo impedido igualmente que recibiese notificaciones directas de la procuradora, y trasladando tardíamente notificaciones con plazos procesales de vencimiento […] y todo ello con el objeto de perjudicar profesionalmente a la letrada y causar en ella un estado de ansiedad y estrés laboral, que ha llegado a provocar su baja por incapacidad temporal, materializándose en daño el riesgo psicosocial que su conducta estaba generando".
A continuación, en la carta de despido se van negando todas las acusaciones que había planteado Calvente en el escrito que le envió al secretario de Organización. Así, por ejemplo, respecto a la alusión que hacía al propio Alberto Rodríguez, se afirma lo siguiente: "Hace referencia usted en su burofax de 23 de octubre a la supuesta indiscreción de la trabajadora al mostrar conversaciones privadas de índole sexual y sentimental, indicando que en tales comentarlos participaría el propio secretario de Organización Estatal. Esta afirmación además de ser difamatoria es totalmente sexista y está fuera de lugar".
El partido también niega que Marta Flor N. haya acosado a otra abogada del equipo. "En definitiva, en esta parte de su burofax, realiza afirmaciones gravemente ofensivas y difamatorias respecto de su compañera de trabajo, siendo estas acusaciones difamatorias auténticas ofensas y por tanto conductas tipificadas como muy graves" en el Estatuto de los Trabajadores, imponiéndole por ello la sanción de despido disciplinario.
Tras rechazar la versión ofrecida por Calvente en su burofax, la carta de despido continúa analizando los supuestos actos de acoso que realizó contra la abogada. "Consta igualmente que su compañera rechazó sus pretensiones en varias ocasiones (en varias ocasiones desde el 1 de febrero de 2018, siendo la última el 22 de febrero de 2019), y le pidió que dejara de enviarle mensajes de contenido amoroso, pero que pese a ello, usted persistió en su conducta, continuando el envío constante de mensajes, inclusive referidos a su atractivo físico, por Telegram que resultaban molestos a su compañera, envío de cartas de amor por email, poemas, capítulos de una novela en la que ella era la protagonista, insistiendo en querer mantener citas con su compañera fuera del entorno laboral", se indica. Comunicaciones que según asegura Calvente en la solicitud de acto de conciliación están sacados de contexto.
El escrito continúa con la reproducción de cuatro mensajes del abogado a su compañera, que según Podemos son "muestras de los intentos por su parte de quedar a solas" con Marta Flor N. En el escrito, además, se señala que al comienzo de esta situación la abogada "refiere haber consentido esa situación por miedo ya que usted era su superior y temía poder perjudicar al equipo enfrentándose a usted, o perjudicar a la organización teniendo que abrir un expediente ante el Comité de Igualdad, o perjudicar los casos profesionales los cuáles usted supervisaba pudiendo relevarla de los mismos”.
"Y como quiera que usted continuaba llamándole", continúa el relato, "prevaliéndose de su posición de superioridad en el trabajo e insistió en su actitud, pese a las negativas y el rechazo de su compañera que tras solicitarle una y otra vez que no continuara con los piropos, cartas y declaraciones de amor porque cada vez le resultaba más desagradable, finalmente el 22 de febrero de 2019, a raíz de un nuevo mensaje enviado por usted, su compañera Marta Flor N. le comunicó por Whatsapp que no quería mantener ningún tipo de relación fuera del trabajo y que se habían traspasado los límites, que no quería contestarle por teléfono y que continuaran su labor profesional".
Siempre según la carta de despido, en marzo de 2019 cesaron las comunicaciones entre Calvente y su compañera. Marta Flor pidió salir del grupo de trabajo de Telegram del equipo legal. Una salida que, según precisa el escrito, fue únicamente del grupo de Telegram, no del grupo jurídico.
Tres meses después, en julio, su compañero presentó la demanda por calumnias e injurias graves. Un movimiento judicial del que derivará el siguiente acto de esta última guerra que afecta a Podemos. El próximo 12 de diciembre está fijado el acto de conciliación.
www.infolibre.es ISSN 2445-1592
Estoy echando a faltar al señor Rico, una vez que acabó con la ojosenigmáticos colaboradora necesaria en levantamientos de bienes, para que nos traiga toda la luz de este watergate de Podemos. ?Habrá impeachement o abogados culposos?
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