Operación Tándem

El juez ve un "panorama devastador" tras señalar por primera vez un exjefe de Policía a Rajoy como protector de Villarejo

Eugenio Pino, Director Adjunto Operativo (DAO) de la Policía entre 2012 y 2016

"Ha dejado usted un panorama devastador". Así, literal, y en referencia expresa a la irrupción de datos inesperados en el caso Villarejo, cerró este martes el juez Manuel García Castellón la declaración de Eugenio Pino, exjefe operativo de la Policía (DAO) entre 2012 y 2016 con Jorge Fernández Díaz al frente de Interior. Imputado en la causa, Pino provocó durante la hora en que estuvo declarando en la Audiencia Nacional un auténtico terremoto al señalar al expresidente Mariano Rajoy como hipotético protector de quien durante dos décadas fue un poderoso e intocable comisario y hoy ha cumplido ya dos años como preso preventivo por los graves delitos de corrupción y extorsión que se le atribuyen.

Pino se convierte así en el primer imputado de esta macrocausa que apunta con el dedo al máximo dirigente político del país durante la etapa en que él mismo dirigía, de facto y por su condición de DAO, el Cuerpo. Según sus palabras, buscó el cese de Villarejo en 2015 por la guerra interna que mantenía con otro comisario y porque operaba en la práctica ajeno a sus órdenes y su conocimiento. Pero –eso dijo Pino– el propio ministro le trasladó entonces un mensaje sobre José Manuel Villarejo haciendo constar que se trataba de una indicación expresa de Rajoy: "Lo estás tratando mal". Y mientras que el otro mando, Marcelino Martín-Blas, cambió de destino, Villarejo permaneció intacto.

Ni fue posible para este periódico localizar al expresidente del Gobierno a través del PP ni lo fue contactar con Fernández Díaz, a una de cuyas personas más cercanas trasladó la solicitud de recabar su versión sobre el relato trazado por el ex DAO. ¿Llamará el juez a declarar a Fernández Díaz? Fuentes jurídicas aseguran que el magistrado no adoptó ni insinuó este martes ninguna decisión al respecto.

Cuando Pino habló de esa pretendida orden de Rajoy, de la que su propio testimonio revela que no fue testigo directo en ningún caso, el juez lanzó otra pregunta: si la intervención del expresidente que había mencionado guardaba relación con "el tema de Bárcenas". Pino se escabulló aquí, aseguran algunos de los presentes, y vino a decir que no sabe nada de eso. El juez indagó también en si el exministro Fernández Díaz corroboraría lo que acababa de decir sobre el mensaje cuyo origen atribuía a Rajoy. Y Pino contestó –señalan algunas fuentes– que lo que él sabe es que eso es lo que transmitió el entonces titular de Interior.

Pino narró que el propio director del CNI hasta 2019, el general Félix Sanz Roldán, le confesó que Villarejo trabajaba en realidad para el servicio de inteligencia. Y habló de operaciones secretas en las que había intervenido, como un en la que se desplazó a Siria camuflado como falso periodista. 

Entrevista con Pujol

El antiguo DAO desplegó otro dato desconocido y asombroso de ser cierto: que, a sus espaldas, Villarejo se había entrevistado nada menos que con Jordi Pujol y con el empresario Javier de la Rosa. Pino está considerado el impulsor de la llamada brigada patriótica, el grupo policial al que todo lo conocido hasta la fecha atribuye la llamada Operación Cataluña, destinada a obtener información turbia sobre el sector soberanista. Fue ese grupo el que, a través de un supuesto informe de la unidad policial anticorrupción, la Udef, elaboró uno sobre la fortuna de los Pujol, familia icónica cuyo fraude fiscal considera acreditado Hacienda. La brigada patriótica o política, como también se le conoce, fue la que asimismo se propuso elaborar un dossier falso sobre Podemos.

El exministro Fernández Díaz, más cerca de declarar como imputado por el espionaje a Bárcenas

En el contexto del caso Villarejo, el "tema de Bárcenas", extesorero del PP que ya cumple condena por Gürtel, remite necesariamente a la pieza con mayor calado político y todavía bajo secreto de sumario: la que investiga la Operación Kitchen, un dispositivo policial y parapolicial desplegado en 2013 a espaldas del juez que ya ese año investigaba las anotaciones contables hechas por Bárcenas y cuyo objetivo último era hacerse con los papeles que el extesorero del PP pudiera aún guardar como arma potencial frente al partido. El último imputado en la ya amplia serie que acumula esa pieza se llama Francisco Martínez. Y fue secretario de Estado de Seguridad con Jorge Fernández Díaz. El pasado viernes, se negó a declarar ante el juez García Castellón.

Las revelaciones de Pino –que, según una fuente jurídica ajena a su defensa, poseían pátina de autenticidad aunque ese extremo está por discernir– no se quedaron ahí. Algunas fuentes han remarcado que el juez hizo constar su extrañeza –o su absoluto escepticismo, dicen otros consultados– más de una vez cuando Pino remachó, entre otras cosas, que nunca ha sido misión del DAO conocer si un policía, por ejemplo Villarejo, había incumplido o no las reglas internas sobre compatibilidad al compaginar su actividad policial con sus negocios privados. El antiguo jefe operativo subrayó que el DAO no tiene información exhaustiva de lo que hace cada unidad. Y elogió la actividad policial de Villarejo: "Lo hacía estupendamente", cuenta una fuente que llegó a decir en referencia a los asuntos clasificados que manejó el comisario.

La declaración de Pino, enmarcada en la parte troncal del caso Villarejo, también denominado Operación Tándem, y a quien le preguntaron por otras cuatro piezas del sumario, tiende en la práctica un puente a Villarejo al extender la sombra de la sospecha sobre altos dirigentes políticos, ensalzar su actividad como agente de la Policía o del CNI y mantener en segundo plano todas las operaciones de espionaje, extorsión y enriquecimiento personal que se investigan en el caso. ¿Significa eso que ambos marchan a la par como aliados? ¿O, simplemente, que Pino busca protegerse a sí mismo y, en todo caso, invocar la presunción de inocencia de Villarejo? Nadie de quienes han accedido a hablar con este periódico se atreve a aventurar si las referencias a Fernández Díaz y Rajoy retratan lo que en realidad ocurrió o responden a una simple estrategia de defensa.

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