La situación en el PP

De Álvarez de Toledo a Ayuso: los fichajes 'estrella' de Casado que lastran al PP

El secretario general del PP, Teodoro García Egea, Isabel Díaz Ayuso y Cayetana Álvarez de Toledo, en una imagen de archivo.

Algunos de los fichajes estrella estrella del presidente del Partido Popular se le están volviendo en contra en los últimos meses. Es como si las personas a las que Pablo Casado eligió para dar una nueva seña de identidad al partido bajo su presidencia se hubiesen transformado en sus principales dolores de cabeza. De todos los nombres, son dos los que sobresalen: Cayetana Álvarez de Toledo, ya exportavoz del PP en el Congreso de los Diputados. E Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid.

La forma de hacer oposición al Gobierno central desde la Comunidad de Madrid ha estado en el foco sobre todo desde que arrancó la pandemia del covid-19. Pablo Casado encontró en Isabel Díaz Ayuso una aliada perfecta para plantar cara al Ejecutivo central desde una institución clave como la que alberga a la capital de España. Pero esto fue sólo la cara A. Porque en la cara B la estrategia de la presidenta de hacer de la región un frente de oposición al Gobierno central ha dejado al descubierto importantes lagunas que, a su vez, ponen en cuarentena esa máxima del PP de que es un partido curtido en la gestión.

Isabel Díaz Ayuso llegó a la candidatura del Partido Popular a la Comunidad de Madrid en las últimas autonómicas tras el descarte de otros candidatos. Recién llegado a la dirección nacional de la formación conservadora, Casado optó por un tándem de fieles –y amigos– a la Presidencia regional y al Ayuntamiento. Con Ayuso y José Luis Martínez-Almeida, respectivamente, el líder del PP se la jugó internamente porque no todos en el partido compartían su apuesta. Pero respiró aliviado cuando el PP recuperó el consistorio y logró mantener el Gobierno regional gracias a acuerdos de coalición con Ciudadanos y al apoyo externo de la extrema derecha de Vox.

Antes del estallido de la crisis del covid-19, Ayuso ya mantuvo algunos encontronazos con Cs y también dio claras muestras de que estaba dispuesta a hacer de la Puerta del Sol, sede del Gobierno regional, un muro frente al Gobierno central. En sectores del PP nunca habían visto del todo mal su forma de plantar cara a Pedro Sánchez, muy del estilo de la puesta en práctica por Esperanza Aguirre en los años del socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Hasta ahora, cuando ya hay voces que creen que se equivoca anteponiendo "la pelea política a la necesaria unidad entre instituciones" en plena crisis sanitaria por el covid-19. "Es cierto que el PSOE y el Gobierno se sirven de lo que pasa en la Comunidad de Madrid para arremeter contra el PP y para tapar sus errores. Pero también es cierto que desde el Gobierno regional a veces se lo ponen muy fácil", reflexiona un dirigente territorial en conversación con infoLibre.

Sobre la relación con el partido naranja siempre ha habido más división en el principal partido de la oposición. En comunidades autónomas en las que también gobiernan coaliciones PP-Ciudadanos afean que en ocasiones la presidenta de la Comunidad de Madrid no sea consciente de que no tiene la mayoría absoluta y está en la obligación de "repartir" juego con sus socios.

Los encontronazos con Ciudadanos han sido sonoros desde el estallido de la pandemia, agudizados por los continuos rumores de una moción de censura de la izquierda a la que podría sumarse el partido naranja. No obstante, a día de hoy, oficialmente este es un escenario descartado. El PSOE cree que no es el momento. Que hay que esperar a que la pandemia esté controlada. Y en Ciudadanos defienden que el pacto es más sólido de lo que parece.

Defensa en público

En la dirección nacional del PP han optado estas semanas por defender en público a Ayuso conscientes de que la región es uno de los escaparates de las políticas conservadoras. Así, comparten que la presidenta insista en que la competencia "exclusiva" frente a pandemias es del Estado y también destacan, como hizo la presidenta en la rueda de prensa concedida el lunes tras su reunión con Pedro Sánchez, que, por la estructura radial del país, la Comunidad de Madrid no es una región más. En este punto, subrayan la necesidad de que se incrementen los controles en el aeropuerto de Barajas. Una demanda que choca con las cifras: sólo el 0,2% de los casos de covid-19 desde el fin del estado de alarma proceden del aeropuerto. 

Estos últimos argumentos, no obstante, caen por su propio peso desde el momento en el que el PP pide al Gobierno un trato homogéneo respecto al resto de comunidades cuando se les pide restricciones cuando la incidencia acumulada es de 500 casos por cada 100.000 habitantes.

Otra cosa es que, en privado, en Génova preocupe que se traslade sensación de "improvisación" o de "descontrol" de la situación. Primero, por la repercusión que tiene todo lo que ocurre en la Comunidad y en la ciudad de Madrid. Y después porque, en definitiva, Ayuso es una apuesta personalísima de Pablo Casado. Tan personalísima como lo fue la de Cayetana Álvarez de Toledo, un fichaje que llegó precedido de la oposición de los principales barones del Partido Popular y en el que el presidente del partido se arriesgó imponiendo su criterio. Al final, esta operación de alto riesgo por lo que supuso de escoger como portavoz del partido en el Congreso a un perfil muy independiente salió mal y este agosto el presidente de los conservadores decidió relevarla por Cuca Gamarra. Casado se había cansado de escuchar que iba por libre, que quebraba los argumentarios del partido y también había experimentado en carne propia cómo sus intervenciones en el Congreso llegaban a eclipsar el discurso oficial.

Otro dirigente que parecía destinado a ocupar un puesto destacado y que ha ido perdiendo protagonismo con el tiempo es Adolfo Suárez Illana. Miembro de la Mesa del Congreso es, además, presidente de la fundación del PP, Concordia y Libertad. 

La semana pasada, se volvió a desmarcar del Grupo Popular en la votación sobre una iniciativa relacionada con la memoria histórica. Mientras el resto de sus compañeros de Grupo se abstuvieron, él votó en contra de una proposición no de ley que pedía quitar honores y condecoraciones al dictador Francisco Franco. Fue la postura mantenida por Vox.. Fue la postura mantenida por Vox.

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No es la primera vez que Suárez Illana se salta la disciplina de voto. Ya se desmarcó de otra iniciativa el pasado mes de junio.

A vueltas con los escándalos de corrupción

La intención del principal partido de la oposición de presentarse con única alternativa al Gobierno se ve también opacada por los escándalos de corrupción que afectan al partido. Es el caso de la operación Kitchen, que pone en el foco los años de Gobierno de Mariano Rajoy, sobre todo la gestión de Jorge Fernández Díaz en el Ministerio del Interior. En Génova intentan dibujar una línea divisoria entre la gestión de Casado y la de Rajoy. Pero advierten del partido actuará independientemente de quién sea el afectado. El partido espera que sea el propio exministro el que dé un paso atrás.

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