4M | Elecciones en la Comunidad de Madrid

Cs trata a la desesperada de meterse en campaña para mantener el voto moderado

El candidato de Ciudadanos, Edmundo Bal, durante un acto electoral.

Ciudadanos trata a la desesperada de recuperar oxígeno a una semana de las elecciones del próximo 4M. Hasta ahora, la polarización extrema de la recta final de la campaña, marcada por el goteo constante de amenazas de muerte anónimas a algunos candidatos, había dejado a un centro político con todos los sondeos en contra en tierra de nadie. Un escenario de crispación que, sin embargo, ha aprovechado este miércoles la formación naranja para tratar de retener al electorado más moderado. Lo hizo a través de la difusión y el envío al resto de cabezas de lista para el 4M de un manifiesto unitario por la "concordia" y la "convivencia" con la firma estampada de su candidato, Edmundo Bal, quien apenas ha tenido protagonismo mediático en la carrera hacia las urnas. Un texto que la candidata de Más Madrid, Mónica García, se ha comprometido en una entrevista radiofónica a firmar pero que la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, cree que "sobra".

El escrito puesto sobre la mesa del resto de fuerzas políticas por parte de Ciudadanos denuncia que la campaña "está tomando una peligrosa deriva que amenaza con cronificarse" para instalar un "clima de tensión política irrespirable". "Ante esta escalada de tensión y polarización, los demócratas no podemos permanecer impasibles ni indiferentes", sostienen los naranjas, quienes se muestran preocupados por que la ausencia de censura "sin paliativos" de "actos totalitarios" termine desembocando en una "peligrosa espiral de enfrentamiento". El candidato naranja evita mencionar hechos concretos. Se mantiene, en todo momento, en la línea de "condenar toda expresión de violencia" y de "renunciar a discursos" que justifiquen prácticas antidemocráticas, criminalicen al adversario político y "promuevan el enfrentamiento" entre ciudadanos, al tiempo que reconoce "el derecho de todos a expresar sus ideas en libertad".

Con este movimiento, los naranjas han sido capaces de ganar cierto espacio mediático a seis días de las elecciones en una campaña profundamente marcada por las emociones y en la que las propuestas políticas concretas han quedado relegadas a un segundo plano. El manifiesto ha conseguido marcar una parte importante de la agenda matutina. Y ha estado presente en algunas de las entrevistas realizadas al resto de candidatos a lo largo de la jornada. "¿Firmará usted este manifiesto?", le preguntaba la periodista Àngels Barceló a la cabeza de lista de Más Madrid. "Sí, claro. Pero me parece un poco abstracto. ¿En qué se materializa eso? [...] ¿El señor Edmundo Bal haría lo mismo que Ciudadanos en el Gobierno anterior con el PP y la supervisión de Vox? Aterricemos las cosas, no seamos cínicos", respondió Mónica García. 

También la cara visible de los conservadores, Isabel Díaz Ayuso, quien se mantiene fuerte en los últimos sondeos y ha tratado de restar en las últimas horas importancia a las diferentes amenazas conocidas, fue preguntada por este asunto. En una entrevista con Carlos Alsina en Onda Cero, dijo que el manifiesto "sobra" porque, según apuntó, todos condenan la violencia. En pocas palabras, apuntó que es "innecesario" plantear cuestiones que buscan poner a otros "contra las cuerdas" para llevar "a según qué imágenes". Y, dicho esto, arremetió con dureza contra Unidas Podemos: "Hay otros que están atentando, como estamos viendo con Pablo Iglesias, contra el rey de España, que alientan la violencia, que pactan con las personas que lo último que quieren es lo mejor para nuestro país, que son los que fomentan los escraches. Hay partidos que están fuera de toda lógica". 

El adelanto electoral en la Comunidad de Madrid, el principal escaparate de la gestión naranja, ha puesto a Ciudadanos, un partido que lleva meses desangrándose, en una posición extremadamente delicada. Desde el principio, todas las encuestas situaron a la formación liderada por Inés Arrimadas por debajo de la barrera del 5% a superar para obtener representación en la Asamblea de Madrid, donde hasta ahora habían sido el tercer grupo político con más representación. Con un Ignacio Aguado totalmente quemado tras casi dos años de convivencia imposible con su socia de Gobierno, al partido le costó decidirse por un cabeza de lista que se embarcara en la que parece una batalla imposible. Al final, apostó por Edmundo Bal, portavoz del partido en el Congreso de los Diputados. Un escaño que decidirá si deja o no una vez se conozcan los resultados de las autonómicas, síntoma de que el riesgo de quedar fuera de la Cámara regional es elevado.

Con las encuestas en contra

El equipo de Bal ha planteado desde el primer momento una campaña para retener el voto moderado. Consciente de que buena parte de la bolsa electoral naranja está escorada hacia la derecha, se ha encargado de trasladar con ahínco que volvería a pactar con el PP porque el Ejecutivo regional estaba "funcionando muy bien", olvidándose así de todas las tensiones vividas durante los dos años de legislatura. Un mensaje que ha combinado con la presentación de Ciudadanos como la única alternativa capaz de impedir que la extrema derecha sea capaz de tocar poder ante una Isabel Díaz Ayuso que, según todos los sondeos electorales, no sería capaz de alcanzar en solitario la mayoría absoluta, y que PSOE y Unidas Podemos puedan trasladar a Madrid "una fotocopia" del actual Gobierno de España. 

"Imagine que la educación de nuestros hijos depende de las posturas radicales de Vox o la política de medioambiente de quienes dicen que si la tierra se calienta no es tan malo porque así pasaremos menos frío", señalaba el candidato naranja en un desayuno informativo al arranque de la campaña. Una postura que trató de reforzar durante el único debate electoral en el que participaron los seis candidatos. De hecho, uno de sus momentos más intensos fue cuando entró directamente en el cuerpo a cuerpo con Rocío Monasterio, a quien pidió que no le llamara "traidor" al tiempo que reivindicaba su trayectoria como abogado del Estado. Confrontó con la ultraderecha por los menores no acompañados, por las políticas sociales, por los modelos de familia. "Me niego a pensar que la única opción para luchar contra Iglesias y Gabilondo sea Vox", aseveró.

Las últimas encuestas publicadas a menos de una semana para la cita con las urnas coinciden, mayoritariamente, en dejar fuera de la Cámara regional a los naranjas. Ahora bien, hay diferencias importantes en cuanto a las estimaciones. La de Gad3 para Abc, por ejemplo, le da una estimación de voto del 2,8%, mientras Metroscopia y NC Report les sitúan en el 3% y el 3,6%. Otras, como las de Sigma Dos o el Instituto DYM, les ponen por encima del 4%. De hecho, el último sondeo de NC Report arrojaba una disminución, aunque muy ligera, de las fugas naranjas hacia el PP y el PSOE. En tan solo unos días, según este mismo estudio, Bal habría logrado sumar unos 51.000 apoyos. Habrá que ver si el esprint final le permite llegar al 5M con más del 5% de las papeletas. Si es así, podría tener en sus manos la llave de la Puerta del Sol.

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