Portada de mañana
Ver
La tierra de nadie del periodismo español: la desregulación deja el código deontológico en papel mojado

El colapso de Afganistán

"Presidente, ayúdeme a salvar la vida de mi familia, se lo suplico": el testimonio desesperado de un traductor afgano

Karwan fue traductor del ejército español durante seis años en las bases de Herat y Qala I Now.

- "Buenas noches, señor. ¿Para cenar?"

- "Sí, por favor. Somos dos".

En los veladores de un bar de tapas del centro de Sevilla, destaca entre los demás un camarero especialmente eficiente y atento.

- "Fuera de carta hay ortiguillas de Chipiona" - ofrece Karwan en un perfecto castellano.

Karwan tiene 30 años y nació en Kandahar (Afganistán), aunque se crió en Kabul porque sus padres pronto se mudaron a la capital. Durante seis años fue traductor de las fuerzas armadas españolas desplegadas en las bases de Herat y de Qala I Now. "Estuve codo a codo con ellos. Yo era muy joven y no solo hacía de traductor. Trasladaba munición, preparaba los campamentos, de todo". Trabajó para la Legión, para las fuerzas especiales y para los paracaidistas españoles hasta 2013. Sabiendo que tarde o temprano tendría que huir de su país si quería tener una vida tranquila lejos de la guerra y los talibanes, decidió aceptar el ofrecimiento de venir a España con permiso de residencia permanente. Desde entonces, se gana la vida como camarero.

Hace unos días recibió una llamada, relata Karwan a infoLibre. "Han venido los talibanes a casa preguntando por 'el traductor'. Le han puesto un cuchillo en el cuello a tu hermano. Dicen que si no apareces nos matan a todos". Al otro lado del teléfono hablaba entre lágrimas su madre, que sigue viviendo en Kabul junto a su padre y otros cuatro hijas e hijos. Él ha contactado con embajadas y consulados y se ha presentado en la Delegación del Gobierno en Sevilla pidiendo socorro. "Nadie me ayuda, me dicen que las listas ya están hechas y que intente llamar la semana que viene. Pero igual ya es tarde".

Reconoce que lleva más de una semana aterrorizado. "No como, no duermo. Solo trabajo y lloro. Estoy ya cansado de llorar. Necesito ayuda para salvar a mi familia". Tras las dificultades que está encontrando en la administración, lanza un mensaje desesperado al Gobierno de España: "Por favor, se lo suplico"…(se le quiebra la voz y llora). "Pido al Presidente, a Pedro Sánchez o a quien sea, por favor... Ayúdenme a salvar la vida de mi familia. Necesito sacarlos de allí porque me los van a matar. Y mi familia no tiene culpa de nada. Los van a matar porque yo fui traductor para las fuerzas armadas españolas".

Desde esa llamada de su madre, habla cada día con su familia. "Dicen que los talibanes estuvieron los dos primeros días tranquilos cuando entraron en Kabul. Pero que luego han empezado a ir casa por casa. Tienen chivatos que trabajan para ellos y uno le dijo que en casa de mi familia vivía un traductor". Una mañana llegaron preguntando por él: "Queremos a ese chico", le dijeron a su madre. Ella se inventó que estaba muerto. "Mi hijo murió en la guerra", les dijo con poco éxito. "No somos tontos, sabemos que está vivo. Como no aparezca os vamos a cortar la cabeza a todos", contestaron los talibanes.

Nos olvidaremos de Karwan

Nos olvidaremos de Karwan

Karwan tiene claro que no es una amenaza en balde. "Conocemos a los talibanes y sabemos que lo harán, han cortado muchas cabezas. Para los talibanes es muy fácil cortar una cabeza, lo hacen como si fuera un pollo. No miran ni por niños, ni por mujeres, ni por mayores". Desde aquella primera visita, los talibanes pasan por casa de su familia prácticamente a diario preguntando por él: "El último día han cogido a uno de mis hermanos y le han marcado la cabeza, la nariz y los dedos. Les han dicho que todo eso es lo que les cortarán si no aparezco".

Él, que los conoce bien, tiene claro que lo que algunos han querido interpretar como un cambio de actitud no son más que fuegos de artificio: "Son asesinos profesionales que no dejan hacer su vida a la gente. El otro día mi hermano pequeño estaba jugando al fútbol con unos amigos. Llegó un grupo de talibanes y les dijeron que no se puede hacer deporte sin estar cubierto por las túnicas, que el pantalón corto está prohibido".

El camarero que fue traductor del ejército español durante la guerra contra los talibanes pide ahora desesperadamente auxilio al país para el que trabajó, obsesionado con una imagen: "Los talibanes hacen fotos a las cabezas cortadas para extender su terror. Hace ocho años que no veo a mi familia. No quiero que la próxima vez que los vea sea así. Por favor, ayúdenme".

Más sobre este tema
stats