¡A la escucha!

El apagón

Helena Resano nueva.

Estos días seguro que alguien cercano, amigo o compañero de trabajo, le ha comentado que ha estado mirando generadores de luz, o que ha ido a comprar un camping gas o estufa, no vaya a ser que lo del gran apagón, al final, pase. Se ha publicado incluso un kit de supervivencia: una lista con todo aquello que deberíamos tener en casa, no vaya a ser que el mundo entero se quede a oscuras.

Mi capacidad de sorprenderme no se agota, soy así; como tampoco se agota la capacidad que la pandemia ha adiestrado en cada uno de nosotros para esperar que pase lo más improbable. Todo es posible, también que el mundo entero se vaya a negro y nos quedemos sin luz, ni agua, ni gas, por vete a saber tú qué, si un ciberataque, una sobrecarga de la red o una falta de suministros.

Es cierto que esta probabilidad no es una conjetura, ni un bulo, ni una invención de alguien hipocondríaco…, o sí. La noticia surge tras la alerta lanzada por el Ministerio de Defensa austriaco: asegura que se está subestimando la posibilidad, más que real, de que un gran apagón afecte a buena parte de Europa de aquí a 5 años. 5 años, ahí es nada, vete tú a saber qué ha pasado en esos 5 años, porque al ritmo que vamos, puede haber ocurrido de todo. El caso es que allí se lo han tomado en serio: están diseñando todo un plan sobre cómo mantener un mínimo de seguridad en caso de fallo masivo y de que no haya luz. ¿Cómo se organizará el tráfico, la seguridad, qué comisarías estarían operativas y cuáles no? ¿Cómo operarían los hospitales y servicios mínimos? No está mal tener planes de contingencia y de actuación según qué posibles escenarios. Y el del apagón es uno de ellos.

Pero el escenario austriaco, e incluso europeo, no es el mismo que el nuestro. Nuestra red eléctrica es otra, nuestras energías y dependencias son otras. Aun así, estos días, se han disparado las ventas de generadores. Me pasma la capacidad para guardar cosas: yo que optimizo el espacio al máximo, no me imagino dónde guardaría un armatoste así.

Red Eléctrica asegura que no existe "ningún indicio" de que se pueda producir un apagón eléctrico

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Ser precavidos está bien, prever cómo solucionar imprevistos es un plus, siempre y cuando no genere ansiedad. He comprobado que hay gente que comentando esta noticia estos días, no ocultaba cierta preocupación por lo que pudiera pasar. Y aquí es donde, con todo el respeto, creo que hay ser cautos. Ya tenemos niveles de ansiedad suficientemente elevados como para estar inquietos por si se cumplen hipotéticas catástrofes varias. ¡Que la lista puede ser eterna!

Yo he decidido poner diques. Puede que al final la ola me acabe pillando y me arrastre sin haber sido capaz de verla venir, pero necesito vivir con una cierta normalidad, retomar rutinas absurdas, y, sobre todo, poder dormir. Algo que en las últimas semanas ha sido complicado. Hay tantos frentes por los que preocuparse que prefiero acotarlos a lo básico: la salud de los míos. Si estamos bien, que pase lo que tenga que pasar, ya lo afrontaremos. Y nos haremos más fuertes, o al menos intentaremos aprender a serlo. ¿Todo lo demás? Pues todo lo demás será secundario.

Y en ese simplificar las angustias, también he añadido un nuevo propósito: no dejarme ningún sueño por cumplir. Algunos son difíciles de ejecutar, lo admito, pero son mis sueños y ahí están, intentaré seguirlos y cumplirlos en la medida de lo posible. Porque la vida es corta, impredecible pero hermosa a pesar de las putadas varias que te aguardan a cada paso. La vida hay que vivirla para sufrirla y gozarla al mismo tiempo. Mejor con luz que a oscuras, desde luego, pero de momento, aunque esté por las nubes, sigue habiendo luz.

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