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La AMMD es un movimiento de militares demócratas, antifranquistas y antifascistas, que surge del Manifiesto contra el Franquismo en las Fuerzas Armadas y tiene como objetivo erradicar las ideologías de carácter totalitario y antidemocrático de entre los miembros de las fuerzas armadas y la Guardia Civil.

La ministra de la guerra

Manuel Ruiz Robles

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La AMMD es un movimiento de militares demócratas, antifranquistas y antifascistas, que surge del Manifiesto contra el Franquismo en las Fuerzas Armadas y tiene como objetivo erradicar las ideologías de carácter totalitario y antidemocrático de entre los miembros de las fuerzas armadas y la Guardia Civil.

La señora Ministra de Defensa, que tan despectivamente trata al colectivo de Militares Contra la Guerra –acusándolo de equidistancia, por pedir el alto el fuego inmediato en Ucrania y el cese del envío de armas– promueve, sin embargo, costosísimos envíos de material militar a la zona del conflicto, que alimenta la hoguera de la guerra, contribuyendo con el dinero público al sufrimiento y la destrucción e incrementando inútilmente el número de muertos y heridos.

La Sra. Ministra no se pronuncia con idéntico “ardor guerrero” contra el genocidio que el gobierno neonazi de Netanyahu está perpetrando en la Franja de Gaza contra el martirizado pueblo palestino; ni pide al Gobierno que acuda en su ayuda con similares envíos de armamento al que pide para el régimen neonazi del corrupto Zelensky.

Un genocidio de civiles estremecedor, condenado por Naciones Unidas y la inmensa mayoría de la opinión pública, denunciado además por relevantes intelectuales judíos, que no se identifican en absoluto con la bárbara invasión sionista de la Franja de Gaza; genocidio también valientemente condenado durante la reciente gala de los premios Goya. Tampoco dice nada la Sra. Ministra de Defensa sobre la ocupación del Sahara Occidental, ni de la persecución del pueblo saharaui por parte de un rey sátrapa, que oprime a su pueblo. Un rey en cuyo territorio se cultiva masivamente hachís, base del narcotráfico en la provincia de Cádiz, que ha costado la vida recientemente a dos valientes servidores públicos, arroyados por un asesino en la mar, que pilotaba una planeadora de las mafias de la droga.