¡A la escucha!

Benditas miserias

Helena Resano nueva.

Me han pedido que me grabe un mensaje lanzando un deseo para este 2021, que cuente qué es eso que anhelo para este año del que ya hemos consumido sus primeros 36 días. Y me ha costado, mucho, elegir un solo deseo. ¡Hay tantos! Me he visualizado en una mesa muy larga, con mi familia, mis amigos, una sobremesa llena de risas, de quitarse la palabra, de cantar, de no saber qué hora es e improvisar una cena porque la hora de la merienda ya pasó. En esa reunión conseguimos por fin celebrar todo lo que no hemos celebrado desde marzo, cumpleaños, una boda pospuesta, las Navidades… He soñado con viajar, con coger la maleta y escaparme con mi marido, esos “viajes de novios” que nos regalamos el uno al otro desde que llegaron nuestros hijos. 24 horas fuera de casa, no más, pero solos, él y yo, sin nadie más, una cena, una charla y reencontrarnos tras semanas de ir de aquí para allá… He soñado con poder contar otras noticias, que no tengan nada que ver con el covid-19, que no hablen de crisis, de trabajos perdidos, de negocios cerrados…

Mismo guion

Mismo guion

Y al final, me he dado cuenta de que todo lo que anhelo, todo lo que deseo, es simplemente poder tener sueños que dependan únicamente de mí, de nosotros, de nadie más. Que no estén condicionados por un virus. Que lo que busquemos ser sea consecuencia de nuestra decisión, de nuestro esfuerzo, de nuestra preparación, de nuestra voluntad y de nada más. Volver en definitiva a la lucha de antes de todo esto, la que siempre hemos peleado, y que tantas decepciones, hay que decirlo, nos ha traído. Desde muy pronto aprendimos que no siempre el esfuerzo se recompensa, que no siempre el mérito es por lo que has hecho o demostrado. Conforme te haces mayor puedes ver esas actitudes de los conformistas, manipuladores y ambiciosos que viven entre nosotros y que llegan adonde llegan por quiénes son, con quién se relacionan, cómo se mueven en determinados círculos y a quién han hecho suficientemente “la pelota”. Quienes eran hábiles en esas maniobras viven más felices, (eso es al menos lo que hacen ver), se frustran menos y logran ascender mucho más rápido. Otra cosa es cómo te mantienes después… Si no aceptabas esas reglas de juego, sufrías mucho más, te enfadabas mucho más y veías, con cara de muy tonta, cómo te adelantaban por la derecha. Con la edad has aprendido a identificar esa mediocridad, la que se ha abierto paso a codazos.

Así que sí, pensándolo bien, me sorprendo soñando poder volver a vivir y sufrir las miserias de antes, pero sabiendo y reconociendo que, aunque son miserias, ahora las aceptamos como algo mucho mejor que lo que nos toca vivir en este momento. Podremos lidiar con ellas porque tendremos el poder de elegir si queremos aceptarlas o si pegamos un portazo y rompemos la baraja. Elegir. Decidir. Ahora mismo es complicado, nuestra capacidad de acción es limitada y flaquea muchas veces por el cansancio de una situación que dura demasiado.

Así que éste es mi deseo para ese vídeo que me han pedido: poder soñar y que hacer realidad esos sueños dependa sólo de nosotros. ¿Cuál es su sueño?

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