Y sin embargo se mueve

La gran duda, ¿causa cáncer el móvil?

América Valenzuela

Cada pocos meses aparece un estudio que sugiere que los móviles provocan cáncer. Aunque sean investigaciones menores y nada definitivas siembran la duda en la ciudadanía. Muchas personas terminan sintiendo que sus dispositivos les pueden poblar de tumores.

El último ha generado especial controversia. Hay científicos que consideran el estudio irrelevante y otros que aseguran que son los mejores datos hasta el momento aunque esté hecho con unas pocas ratas. Eso sí, todos coinciden en que no es ni de lejos concluyente, incluidos los autores, que reconocen que no es estadísticamente significativo. Me pregunto si dar eco a estos estudios perjudica más que beneficia a la población.

El estudio es obra del Programa Nacional estadounidense de Toxicología (NTP). A grandes rasgos expuso a las ratas a radiofrecuencias como las emitidas por el teléfono móvil de una manera equivalente a tener el móvil pegado a la oreja durante nueve horas todos los días durante dos años. Un grupo de ratas recibió dosis muy superiores a las permitidas hoy en día en Europa, otro ligeramente superior, otro inferior y otro nada. Analizaron la incidencia de dos tipos de cáncer bastante raros en animales y en humanos: el glioma cerebral y el schwannoma de corazón. Los científicos han observado que cuanta más dosis más incidencia de estos cánceres en sus ratas.

“Llevamos esperando información derivada de este estudio varios años”, me explica Elisabeth Cardis, coordinadora de Interphone, uno de los estudios más grandes sobre móviles y cáncer; aquel en el que se basó la OMS para determinar que los móviles son posibles cancerígenos. Este estudio concluyó que, aunque observó un aumento de los tumores cerebrales en adultos por el uso pegado a la sien media hora diaria durante 10 años, no había evidencias que vincularan cáncer y teléfonos móviles porque habían usado algunos datos que no eran robustos. “Los datos de este nuevo estudio son muy interesantes porque son coherentes con Interphone”, comenta.

El uso de los teléfonos móviles se generalizó a partir de 1990. Desde entonces su uso se ha disparado. Hoy rondan los 6.900 millones de contratos en todo el mundo, según la OMS. El organismo admite que existe una preocupación general por los niños y adolescentes porque en el futuro tendrán una exposición acumulada más elevada que los adultos de hoy.

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Ahora mismo hay una gran investigación en marcha para averiguar si los móviles tienen que ver con el aumento de incidencia de los cánceres de cerebro en jóvenes de entre 10 y 24 años de 14 países. Se llama Mobikids. También está involucrada Cardis. Han participado 900 jóvenes con glioma y 1.800 sanos. Son un gran número teniendo en cuenta lo poco común que es este cáncer. “A principios del año que viene se darán a conocer los resultados”, anuncia. La comunidad científica y las autoridades sanitarias están expectantes.

Mientras tanto, como la exposición a las radiofrecuencias desciende mucho con tan solo alejar un poco el dispositivo lo ideal es utilizar el manos libres para las conversaciones largas y enviar mensajes de texto. Lo cierto es que no nos costará cumplir la recomendación en estos tiempos de WhatsApp compulsivo con el que cada vez mantenemos menos conversaciones de voz. Hoy el móvil es menos teléfono que nunca.

Por el momento tenemos tan solo pinceladas en un gran lienzo. En unos años habremos pintado gran parte del cuadro y adivinaremos si el cáncer y los móviles van cogidos de la mano o la perspectiva engañó a nuestro ojo.

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