Derrota para la ultraderecha, victoria del buen periodismo y quienes lo apoyan

Hace unas horas lo celebramos. Ángel Munárriz, el jefe de Investigación de infoLibre, entró por videoconferencia desde Sevilla mientras el resto de sus compañeros, reunidos ante la pantalla de un ordenador, brindamos por el periodismo desde la redacción en Madrid. Fue un ratito a la hora de comer que nos sirvió, además de para tomar algo juntos, para recordar por qué hacemos lo que hacemos.

Ángel estaba entre aliviado por la noticia y concentrado en los temas en los que trabaja en la actualidad, para los que el nombre de Francisco Serrano hace tiempo que no es más que una puntual pero pesada distracción. Esta misma semana conocimos que la Audiencia Provincial de Sevilla archivaba definitivamente la denuncia que mantenía Serrano contra infoLibre desde finales de 2021. Ya había perdido en el juzgado de instrucción y la Fiscalía le había dado la espalda al reconocer la profesionalidad del trabajo hecho. Y ha vuelto a perder. Definitivamente (la palabra esperada). Ya era hora. 

Serrano, fiscal y juez en excedencia, abogado, dos veces cabeza de cartel de Vox en las elecciones andaluzas, acusaba a Ángel y a infoLibre de un delito de revelación de secretos, que puede comportar hasta cinco años de cárcel. El motivo era la excelente investigación publicada desde 2019 sobre la línea de financiación que inyectó casi dos millones y medio de euros a su negocio. La pidió mintiendo, ya que hizo constar que disponía de una infraestructura que nunca tuvo, algo que acabó reconociendo él mismo de forma involuntaria al intentar exculparse precipitadamente tras nuestra primera exclusiva. Nunca devolvió el dinero público. “Seremos fascistas, pero sabemos gobernar”, que diría el alcalde de Madrid. Lo que mejor, los asuntos propios. 

La investigación de infoLibre tuvo consecuencias: sacó a la luz la mugre de quien daba lecciones de limpieza, dio pie a una investigación judicial que ha acabado con el procesamiento de Serrano por presunta estafa y fraude en subvenciones y lo llevó a dimitir de sus cargos. 

Que no se olvide. Serrano, el azote de las “paguitas”, fue el estandarte del pacto sellado con el PP que hizo a Juanma Moreno presidente de la Junta de Andalucía tras cosechar el segundo peor resultado de los populares en la historia del partido (y, por supuesto, no ser la lista más votada). 

Todo parece nuevo (para que cuelen algunas cosas, es vital la desmemoria), pero es estéril no mirar al elefante de la ultraderecha en la habitación, o hacer que no existe, porque los carriles del coche que Feijóo conduce a toda velocidad habían sido puestos y probados antes de su llegada a Génova. Si hoy Moreno tiene mayoría absoluta y proyecta moderación, antes llegó con Serrano y Ortega Smith a un pacto programático que, por cierto, fue muñido por Teodoro García Egea, ex número dos del PP, que también denunció a infoLibre por revelación de secretos. Y también perdió. 

En sus palabras a la redacción de este jueves, Ángel lamentaba que en Vox apenas hayan asumido responsabilidades o dado explicaciones por un caso así y no pude evitar pensar en que eso, la impunidad, sólo es posible cuando fallan los contrapesos. Por eso algunos señores con poder siguen queriendo mangonear en los medios de comunicación para debilitar la democracia. Porque si todos deciden su futuro, no lo deciden unos pocos. 

Sólo hay impunidad de los que se saben poderosos, como el juez Serrano de Vox, cuando fallan contrapesos como los medios y la Justicia

¿A qué responde, sino a una gran e interesada distracción, que se dedique toda una campaña electoral a la pregunta de si ETA vive o si el PSOE preparaba un pucherazo? ¿Qué son, si no, esas demandas dirigidas a amedrentar a periodistas, que aunque no acaben en condena (ese no es su objetivo principal) no evitan desangrar las cuentas de medios a veces con pocos recursos, que se ven obligados a invertir horas interminables en preocupación y en preparar la defensa?

No siempre el buen periodismo tiene consecuencias. En este caso, las ha tenido para Serrano, alejado de la primera línea de la política y con propiedades embargadas por el negociazo que intentó hacer y que pretendía que fuera su secreto. 

Cuando seguro que el periodismo no tiene consecuencias es cuando no se practica. O cuando se desprecia el privilegio y la responsabilidad de ejercer este oficio de juntar letras y contar lo que sucede vendiéndose al mejor postor para que él decida la realidad e imponga los debates. O cuando dejamos de darle valor, pensamos que el buen trabajo es gratis (¡peligro!) o un derecho por el que no hay que luchar y comprometerse. 

En más de una década de periodismo en infoLibre, el medio nunca ha sido condenado por hacer mal su trabajo, aunque demandas o amenazas de demandas recibimos casi todas las semanas. No es lo habitual. 

Se habla mucho de que hay ciudadanos con valores pero, en cierto modo, pasivos. Que hay que meterles un buen meneo para lograr que la palabra fetiche se plasme en escaños: la movilización. Y es verdad. Como dice Luis García Montero, “los que saben que no es honesto hacer cualquier cosa para ganar unas elecciones, deben saber que tampoco es honesto dejar de hacer lo necesario para no perder unas elecciones”.

Si se cree en la democracia, tan importante es aceptar los resultados como luchar con uñas y dientes por un debate público sano y una ciudadanía informada. Porque la democracia es mucho más que votar un domingo y hay muchas maneras de defenderla cada día. 

Ángel ha estado un año largo con la mosca detrás de la oreja (cómo no estarlo cuando quien te denuncia es un juez), pero tranquilo por el apoyo de infoLibre, su equipo legal y, sobre todo, las socias y socios que con una suscripción hacen de infoLibre un proyecto libre. A las personas que aún no lo son (y a las que sí y quieren contribuir un poco más), seguimos apelando. Lo decimos a menudo. La información que recibes depende de ti. 

Y Francisco Serrano, que sepa que esta semana hemos brindado por el buen periodismo en infoLibre. Y que vamos a seguir practicándolo mientras le deseamos la sentencia que en justicia le corresponda en el juicio al que se enfrentará por presunta estafa y fraude en subvenciones. ¡Salud!

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