Modelo de Estado que piense en la mujer

Gerardo Centeno

La mejora del nivel económico y social de cualquier Estado pasa inexorablemente por las condiciones de igualdad de la mujer, comenzando por su completa y pareja integración en el mercado laboral. Los llamados países nórdicos, con Suecia, Noruega y Finlandia a la cabeza, bien lo han demostrado desde finales del siglo XX. Con unos guarismos rondando el 80% de sus mujeres en puestos de trabajo no precarios han visto aumentadas sus cotas de igualdad a la par que subidas notablemente las cotizaciones de sus regímenes de seguridad social y, por ende, han mejorado la calidad asistencial de su población.

Para este objetivo se hacen imprescindibles políticas de igualdad y de cuidado de las familias, posibilitando que tanto hombres como mujeres puedan y deban compaginar su vida laboral y doméstica. De ello se beneficiará toda la población, y esta tarea didáctica es responsabilidad de los políticos comprometidos con la igualdad. 

El denominado estadio del bienestar requiere posicionar a la mujer en el centro de las prioridades y, con ella, a la familia en general, pero no desde el concepto tradicional de la unidad patriarcal, sino desde la igualdad y la diversidad

Esta visión feminista debería ser común a todas las fuerzas políticas para que cualquier gobierno saliente de las urnas garantice el avance del empoderamiento de la mujer en beneficio del conjunto de la sociedad. El denominado estadio del bienestar requiere posicionar a la mujer en el centro de las prioridades y, con ella, a la familia en general, pero no desde el concepto tradicional de la unidad patriarcal, sino desde la igualdad y la diversidad. Tanto hombres como mujeres habrán de beneficiarse de las medidas que atiendan a la familia, desde idéntico plano.

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Gerardo Centeno es escritor, vocal asesor de Más Madrid. Este artículo pertenece 'A pedales, apuntes para una política moderna, verde y centrada en las personas'. 

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