TRUMP Y LAS DERECHAS
El PP de Feijóo teme más al impacto del trumpismo en la derecha europea que al propio Donald Trump

Donald Trump se convertirá —por segunda vez— en el presidente de Estados Unidos el próximo lunes 20 de enero, día en el que tendrá lugar la ceremonia de traspaso de poder por parte del actual presidente Joe Biden hacia el dirigente republicano en el Capitolio. Un regreso plagado de incógnitas por las políticas que se ha comprometido a llevar a cabo esta legislatura y las consecuencias que puedan tener, especialmente en política exterior.
En su toma de posesión el magnate ya quiere dejar bien claras sus alianzas y por ello ha invitado a la ceremonia a dirigentes internacionales de extrema derecha como el presidente argentino, Javier Milei, el salvadoreño Nayib Bukele, la italiana Giorgia Meloni, el húngaro Viktor Orbán y también al líder de Vox, Santiago Abascal, invitado en su condición de presidente del partido europeo Patriotas. Completan esa lista otros nombres como el expresidente brasileño Jair Bolsonaro o el eurófobo británico Nigel Farage.
Mientras el líder de Vox busca ser el alumno aventajado —al menos en España— del magnate estadounidense, en el Partido Popular encabezado por Alberto Núñez Feijóo han tratado de mantener las distancias con Trump, evitando a su vez confrontar con él como sí lo ha hecho el Gobierno de Pedro Sánchez. Este martes, por primera vez, el líder del PP ha admitido que "algunas declaraciones" de Trump le parecen "innecesarias" y otras “desafortunadas": "Me refiero a las relativas a Groenlandia, a Canadá, al canal de Panamá...", señaló el conservador en un desayuno informativo, en referencia a las declaraciones del republicano abogando por hacerse el control de los tres territorios.
Con todo, en una medida declaración, Feijóo evitó la crítica directa y exigió al Ejecutivo de Sánchez mantener una relación "fructífera" con la nueva administración Trump para garantizar la defensa de los intereses de España: "Cada uno puede tener su propia opinión, pero desde luego hemos de respetar la democracia en los Estados Unidos y la decisión mayoritaria del pueblo norteamericano que los Estados Unidos", señaló, avalando que los estadounidenses hayan "votado y elegido a Trump como presidente".
Mucho más contundente se mostró FAES, la fundación que encabeza José María Aznar y cuyos análisis siempre se leen con atención en toda la derecha. En un comunicado publicado tras la victoria de Trump el pasado noviembre, el think tank sostenía que no era "una buena noticia para España ni tampoco para la UE en su conjunto". "Trump encarna un populismo adobado de planteamientos proteccionistas y aislacionistas" y "de actitudes intemperantes" que en su momento, señalaba FAES, "llegaron al abierto desafío institucional" como al asalto de la turba al Capitolio en enero de 2021. La fundación de Aznar situaba a Trump en el grupo de los “demagogos impredecibles” y se permite una referencia a su "falta de decoro", algo "muy de moda" y no solo en EE UU.
La 'trumpización' de la derecha, Ucrania y la OTAN: los temores del PP
Lo que le preocupa realmente al PP de la vuelta del republicano a la Casa Blanca es la trumpización de la derecha europea y las consecuencias para la familia del Partido Popular Europeo (PPE). Hasta la llegada del multimillonario, diferentes representantes del PPE participaban tanto en las convenciones demócratas como en las republicanas, pero en 2016, los populares europeos decidieron no mandar ningún representante a Cleveland (Ohio), donde se celebró la convención que consagró la candidatura de Trump. En 2024 no asistieron ni a la demócrata ni a la republicana.
Fuentes del PP en Bruselas admiten en conversación con infoLibre que la llegada de Trump "supone un reforzamiento de la imagen y reputación de las tesis populistas". Estas fuentes consideran que Trump "refuerza a sus homólogos internacionales" porque, además de legitimarlos para gobernar como ya sucede en el caso de Orbán o Milei, también "normaliza su programa político" que cuestiona algunos "consensos básicos" en el seno de la Unión Europea e incluso puede "poner en peligro" la continuidad de la OTAN.
En el PP también temen que el plan de Trump para "un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania" implique la suspensión de las ayudas para Ucrania, lo que "supondría una debilidad defensiva que favorecería una victoria de Putin", según su lectura. El pasado año, mientras el Congreso estadounidense negociaba un paquete de ayuda exterior que asignaba 60.000 millones de dólares en suministros militares para Ucrania, Trump ya intentó influir presionando para que la ayuda se estructurara como un préstamo, en lugar de una subvención. Además, consideran que el plan de 'paz' de Trump podría conllevar que el presidente ruso se quede con los territorios ya ocupados del Dombás.
Otra de las consecuencias de la llegada de Trump a la Casa Blanca tiene que ver con la defensa, ya que el republicano ha manifestado en varias ocasiones que el presupuesto de los países europeos es considerablemente menor al de EEUU. En el caso España, que es el miembro de la OTAN que destina una parte menor de su Producto Interior Bruto a gastos en defensa (el 1,28%, según los últimos datos), el estadounidense "podría exigir un aumento significativo" e incluso, en el peor de los casos, "perpetrar un giro aislacionista" que dejara a la OTAN como un proyecto "meramente europeo", señalan en el PP.
El PPE mira a Von der Leyen para negociar los aranceles
Una de las lecturas en las que coinciden los principales referentes del PP en Bruselas, desde Esteban González Pons pasando por Antonio López-Istruriz y Dolors Montserrat, es que la UE debe "fortalecerse" ya que un sistema con tantos países y líderes dentro, sin un único interlocutor al que dirigirse, podría causar algún encontronazo con Trump. Por eso piden a la presidenta de la Comisión Europa y miembro del PPE, Ursula Von der Leyen, que de un paso adelante para liderar ese diálogo y "establecer condiciones" entre ambos.
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Es decir, "adelantarse" antes de que el republicano imponga aranceles de entre el 20% y el 10% a todas las importaciones a partir de 2025. En el caso español, el sector que más sufriría es el del campo al encarecer las exportaciones de productos como el aceite de oliva, el vino y las aceitunas. En 2019, Trump ya lo hizo con España, Francia, Alemania y Reino Unido, como penalización por las ayudas de Estado a la aeronáutica europea Airbus. Un 25% para el aceite de oliva, el vino, el queso y las aceitunas.
Este fin de semana se producirá un encuentro de trabajo de los primeros ministros y líderes del PPE en Berlín, al que también acudirá Feijóo, donde se abordarán, entre otras cuestiones, "los retos que afectan a los Estados miembros" como "la situación política y económica de la Unión Europea en el contexto internacional con la vista puesta en mejorar la competitividad y las soluciones tangibles a los ciudadanos", señalan fuentes del PP, en lo que parece una referencia a la política arancelaria del estadounidense.
Pese a las pérdidas económicas que podría ocasionar Trump en el campo español —que es, a su vez, uno de los principales ejes de la acción política de Vox—, en el pasado la formación de Santiago Abascal culpó de esos aranceles a la "falta de previsión" de unos gobernantes "ineptos" en Madrid y en Bruselas, evitando toda crítica al norteamericano. El PP, por su parte, sí que ha criticado abiertamente esa decisión, al igual que el Gobierno.