El bloque plurinacional se cohesiona ante los ataques del PP a las lenguas: “Madrid no es España”
“Ella no hablaba dentro de la reunión. No dijo ni una palabra mientras se pronunciaba en gallego su compañero Alfonso Rueda. Luego se salió un rato. Montó el vodevil para los medios. Lo hizo pensando en los titulares”. Así explica un miembro del Gobierno central la actitud de Isabel Díaz Ayuso en la pasada reunión a puerta cerrada de la Conferencia de Presidentes, en la que la madrileña boicoteó a Salvador Illa y a Imanol Pradales por hablar en catalán y en euskera.
Esa actitud negativa ante las lenguas cooficiales ha propiciado lo contrario de lo que busca el Partido Popular: los diputados de formaciones nacionalistas e independentistas ven más reforzado el bloque de investidura, a pesar de las diferencias internas, frente al intento del PP de que estalle la aritmética parlamentaria y se convoquen elecciones generales anticipadas.
Fuentes de EH Bildu, PNV, ERC, Junts, Sumar y el PSOE subrayan al unísono que es un absoluto error el comportamiento tanto de Díaz Ayuso en la Conferencia de Presidentes como la estrategia del Partido Popular en las instituciones europeas durante estas semanas para frenar el intento del Gobierno español de lograr la cooficialidad del catalán, el gallego y el euskera en la Unión Europea.
"Al final lo que hacen es alinear a partidos que no siempre están alineados"
Un diputado vasco lo analiza de esta forma: “Al final Ayuso ha hecho más líder en Euskadi a Imanol Pradales. A ella a lo mejor le funciona muy bien en los medios y entre ciertos sectores de votantes en Madrid, pero ha sido un torpedo para el PP vasco. En Euskadi el PP trata de robarle electores al PNV. No me puedo imaginar cómo estará Javier de Andrés…”
“Al final lo que hacen es alinear a partidos que no estamos siempre tan alineados”, señala otro diputado soberanista catalán. De hecho, los miembros del bloque de investidura comparten que la actitud del Partido Popular dificulta todavía más una ecuación de posibles acuerdos con la España periférica, algo casi imposible en estos momentos ya por la presencia de la ultraderecha de Vox. Fuentes de EH Bildu lo resumen así: “A pesar de lo que diga Ayuso, Madrid no es España”.
Y, además, entre los partidos del bloque de investidura se comparte la idea de que la actitud de Ayuso en la Conferencia de Presidentes supone también una afrenta directa a Núñez Feijóo, ya que rompió absolutamente la estrategia ideada por Génova 13 y ejecutada por los presidentes autonómicos del Partido Popular de exigir la convocatoria de elecciones generales anticipadas. Fuentes del Gobierno presentes en la reunión en el Palacio de Pedralbes en Barcelona describen la situación: “Lo que allí pasó fue un espectáculo. Cuando escuchas a Carlos Mazón pidiendo elecciones, ya ves que vale todo para el PP”.
En una entrevista con infoLibre publicada este miércoles, la coordinadora de Sumar, contestaba así a la actitud del Partido Popular sobre las lenguas cooficiales: "Por mucho que se ofendan y ladren Núñez Feijóo y Díaz Ayuso, vamos a seguir gobernando el país para el conjunto de la mayoría plurinacional. Es una realidad que forma parte de esta España diversa y plural, que es historia y presente. Estamos muy orgullosas de defender con todo nuestro tesón que la diversidad lingüística es riqueza cultural y que existen realidades territoriales plurinacionales".
La relación entre el Gobierno y Junts
El grupo que puede desestabilizar con más fuerza la legislatura es Junts, en quien paradójicamente el Partido Popular confía para poder tumbar a Pedro Sánchez. Los posconvergentes han criticado duramente la actitud de Ayuso durante la Conferencia de Presidentes estos días y han lamentado su “anticatalanismo”, a la vez que han pronosticado, en palabras de su ‘número dos’, Jordi Turull, que el “PP nunca será nada importante en Cataluña”.
Asimismo, diferentes parlamentarios pertenecientes al bloque de investidura reflexionan que la actitud de Ayuso la inhabilita de entrada para una Presidencia a nivel nacional porque representa un modelo que deja fuera a millones de habitantes y que sólo podría mirar a alianzas con Vox para poder llegar a La Moncloa, lo que puede suponer también una amplia movilización de la izquierda y de la España plurinacional.
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Junts, el socio que acapara más miradas, y el Gobierno tienen en manos estos días también otra negociación clave: el proyecto de ley para la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales. Se trata de la medida estrella impulsada por el ala de Sumar pilotada por la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. Este martes se volvió a prorrogar el plazo de enmiendas. Fuentes del Ejecutivo trasladan que esto es una muestra de que la negociación va bien en estos momentos y que se puede lograr un acuerdo con los poscovergentes a pesar de la amenaza de presentar una enmienda a la totalidad que podría tumbar el texto con una pinza entre ellos, el PP y la ultraderecha.
Desde que llegara al Palacio de La Moncloa, Pedro Sánchez ha tenido muy claro que había que tejer alianzas con la España periférica y dar cabida institucional a lo que es “normal” fuera de Madrid, como señalan fuentes socialistas. En este contexto, el jefe del Ejecutivo expresó durante la sesión de control de este miércoles, ante la pregunta de Maribel Vaquero, del PNV, su deseo de "cogobernar y decidir" en materia de industria y energía con las autonomías que no solamente tienen la competencia sino el "interés de fortalecer su gobierno o su autogobierno".
El Gobierno español trata de lograr, después de que se retirara del orden del día en el último Consejo de Asuntos Generales de la UE, que haya unanimidad entre los países europeos para lograr la cooficialidad del catalán, euskera y gallego. Sigue de manera discreta las negociaciones con otras capitales, a pesar de los movimientos de los populares. Entre sus argumentos: que son lenguas reconocidas en la Constitución, que el plan se irá implementando de manera gradual y que los costes económicos correrán a cargo de España.