Por qué el colectivo LGTB no ‘saca del armario’ al PP

La reconciliación entre el PP y el colectivo LGTB sigue sin producirse. El último desencuentro tuvo lugar este miércoles, cuando la organización de la marcha del Orgullo Gay vetó, al igual que hizo el año pasado, la presencia oficial de los conservadores en la celebración. El lunes, el PP no había enviado a ninguno de sus concejales al izado de la bandera arcoíris en el Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de Madrid.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, aseguró que este veto expreso a su partido es una contradicción y una “terrible equivocación”, ya que la lucha por la igualdad “está en el programa del Partido Popular”. Cifuentes sí ha sido invitada a la marcha de este sábado, pero en calidad de presidenta regional. En 2015, nada más llegar al cargo, colgó la bandera LGTB en el balcón de la Real Casa de Correos, sede del Ejecutivo regional, durante la semana del Orgullo. A pesar de lo que afirma Cifuentes, las desavenencias entre la formación liderada por Rajoy y el colectivo LGTB son profundas y tienen su propia historia.

A continuación infoLibre repasa algunos de los episodios que narran este conflicto:

Recurso de inconstitucionalidad a la ley de matrimonio homosexual

Esta es la raíz del problema, la primera gran desavenencia entre el colectivo LGTB y el PP. En el año 2005 el PSOE aprobó la reforma del Código Civil que permitía a las personas del mismo sexo contraer matrimonio. El PP, que en un primer momento intentó bloquear la ley en el Senado, interpuso un recurso de inconstitucionalidad ante el Tribunal Constitucional alegando que la ley modificaba “la concepción secular, constitucional y legal del matrimonio como unión de un hombre y una mujer”. En el año 2012 el TC rechazó el recurso y blindó de forma definitiva una ley que, durante siete años (desde el 2005 hasta el 2012) había permitido más de 22.000 matrimonios entre personas del mismo sexo.

Dislates de los dirigentes conservadores

Otro de los desencuentros entre el colectivo LGTB y el Partido Popular es consecuencia de declaraciones pronunciadas por miembros destacados de la formación. Durante su etapa en la oposición al Gobierno de Zapatero en 2005, Rajoy afirmó que “el matrimonio es una institución entre un hombre y una mujer para la procreación”. El entonces líder de la oposición también añadió que no tenía claro “que un niño se eduque mejor y viva mejor en un matrimonio de homosexuales que uno con padre y madre”.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, también protagonizó declaraciones polémicas que pudieron avivar el resentimiento de estos colectivos con los conservadores. Fernández Díaz aseguró que con la ley de matrimonio homosexual “la pervivencia de la especie no está garantizada”.

La más específica y temeraria a la hora de mostrar rechazo contra la reforma del Código Civil fue, sin duda, Ana Botella. La exalcaldesa de Madrid explicó que “el matrimonio entre homosexuales es tratar de la misma manera lo que es diferente. Si se suman dos manzanas dan manzanas, si se suman una manzana y una pera nunca pueden dar dos manzanas porque son dos componentes distintos”.

La cara friendly del PP: la boda de Maroto y la bandera de Cifuentes

Si el PP sacaba el hacha de guerra en el 2005 con un recurso de inconstitucionalidad y algunas declaraciones desafortunadas, buscó enterrarla en 2015 a través de un acto envuelto también en la polémica: la boda de Javier Maroto. El exalcalde de Vitoria y vicepresidente de los conservadores en el País Vasco celebró en septiembre del año pasado su boda con Josema Rodríguez, su pareja, al amparo de una ley que el propio PP había intentado vetar diez años antes. Varios miembros del Ejecutivo acudieron y respaldaron al político en el día de su boda: el presidente Mariano Rajoy, la vicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría, el ministro de Sanidad Alfonso Alonso y la número dos del PP, María Dolores de Cospedal, entre otros. Algunos interpretaron el apoyo de la cúpula a Maroto como un gesto de reconciliación con el colectivo LGTB.

En el mismo sentido, Cristina Cifuentes protagonizó otro hecho significativo una vez se hizo con la Presidencia de la Comunidad de Madrid: colocó en junio de 2015 una bandera con los colores del arcoíris (símbolo del colectivo LGTB) en la Real Casa de Correos sumándose de esta manera a la iniciativa de otras ciudades como Valencia, Cádiz, Santiago de Compostela o el propio Ayuntamiento de Madrid. Este año ha hecho lo mismo.

Cifuentes declaró que siempre había apoyado este tipo de reivindicaciones y añadió que “más allá de poner banderas, lo importante es tomar medidas legales que favorezcan al colectivo”.

Unos días después del despliegue de la enseña, la organización de la marcha del Orgullo vetó la presencia en el desfile a Ángel Garrido, consejero de la Presidencia y Justicia y portavoz del Ejecutivo autonómico, que aun así acudió para presenciar el acto desde la distancia. Garrido declaró que le parecía “un error” el veto, pero que no quería “alimentar la polémica”.

Este año, la organización de la marcha por el Día del Orgullo Gay vuelve a vetar al PP, demostrando que todavía no se ha producido ese acercamiento entre el colectivo LGTB y los conservadores del que hablan algunos de sus dirigentes. Sin embargo, sí que invitaron a Cifuentes, en calidad de presidenta regional, a la marcha, algo que la líder del PP madrileño tildó de contradictorio ya que, según declaró, es también “presidenta de la gestora del PP de Madrid”.

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"El PP sólo quiere desfilar, pero no apoya nuestras políticas"

Según Gabi Aranda, coordinador del área internacional de la FELGTB, "es cierto que el PP ha hecho pequeños guiños al colectivo, especialmente con la boda de Maroto, pero no es congruente que haga gestos y luego se abstenga a la hora de aprobar una ley de la transexualidad o reduzca las ayudas para luchar contra el VIH". Además, tal y como declaró Aranda, "el PP es el único partido que no pidió formalmente la invitación para acudir a la marcha" de este sábado. 

Desde la FELGTB aseguran que "el desfile y la imagen procolectivo que pretende proyectar el PP debe acompañarse de políticas". En cuanto a Cifuentes, Aranda aseveró que la han invitado "porque representa a todos los habitantes de la Comunidad de Madrid", algo que no tiene que ver, afirma, con invitar al PP.

La reconciliación entre el PP y el colectivo LGTB sigue sin producirse. El último desencuentro tuvo lugar este miércoles, cuando la organización de la marcha del Orgullo Gay vetó, al igual que hizo el año pasado, la presencia oficial de los conservadores en la celebración. El lunes, el PP no había enviado a ninguno de sus concejales al izado de la bandera arcoíris en el Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de Madrid.

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